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Los zapatos ya no le aprietan
tanto al vecinito de al lado

El acercamiento de posiciones entre los empresarios del calzado de Brasil y la Argentina descomprimió el mayor conflicto del Mercosur.

La industria del calzado local acordaría cupos con los brasileños.
Este año se importarían 11 millones de pares. El 2000, en discusión.

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Por Claudio Zlotnik

t.gif (862 bytes) La guerra por los zapatos entre la Argentina y Brasil, que tensionó al máximo la relación comercial entre ambos países, ingresó en etapa de definiciones. El acuerdo definitivo entre los empresarios argentinos y brasileños podría quedar sellado entre hoy y mañana. Desde la Cancillería se entusiasmaron con que, una vez firmada la paz entre los hombres del calzado, Brasil dé marcha atrás con las restricciones al ingreso de productos argentinos. “Es muy posible que en una semana queden cerrados los diversos conflictos que conspiran contra la unión comercial”, aventuró en diálogo con Página/12 un alto funcionario del Palacio San Martín.
En la práctica, Brasil mantiene latente la medida lanzada el último viernes, pero por ahora no le está poniendo trabas al ingreso de mercadería argentina. Durante todo el día de ayer, funcionarios de primera línea de ambos países mantuvieron sucesivos diálogos telefónicos. El primer planteo común fue bajarle el perfil a la disputa comercial evitando cualquier declaración explosiva. En segundo término, los gobiernos decidieron ponerse al frente de las negociaciones sectoriales, para evitar nuevas convulsiones en el Mercosur.
La premisa de bajarle el tono a la pelea la dio el propio canciller Guido Di Tella, ayer a la tarde, después de una reunión con su par brasileño, Luiz Felipe Lampreia. “Los montos involucrados en el sector calzados no justifica mantener un ambiente de crisis. Debemos hacer un esfuerzo para poner a salvo el Mercosur”, le dijo Di Tella a Lampreia en el mediodía de Nueva York. “Es necesario encontrar una solución, y rápido”, añadió el brasileño durante el encuentro de media hora.
“Estamos muy cerca del acuerdo. Entre mañana (por hoy) y el viernes arreglamos y, posiblemente, el lunes nos juntamos en Montevideo para firmar los papeles”, le reveló Carlos Bueno, el presidente de la cámara del calzado, a este diario. La base del acuerdo podría ser la siguiente: los industriales brasileños podrían colocar en la Argentina entre 1,5 y 1,7 millón de pares de zapatos en lo que resta del año. Pero los desacuerdos persisten respecto de lo que acontecerá en el 2000. Mientras los argentinos desean que no se superen los 11 millones de pares del ‘99, los brasileños quieren que el cupo se fije en 14 millones.
La crisis movilizó a funcionarios, legisladores y empresarios. Con el conflicto al rojo vivo, Alieto Guadagni, titular de Industria, se corrió ayer hasta el despacho del diputado justicialista Emilio Martínez Garbino para pedirle que la bancada del PJ deje de lado la sanción del proyecto de ley que impone a las automotrices utilizar la mitad de componentes locales en la fabricación de vehículos. A cambio, el secretario organizó un nuevo encuentro entre los autopartistas y las terminales –los dos subsectores en pugna– para que sigan negociando entre ellos antes de enviar una nueva mala señal al país vecino.
“Dentro de una semana podríamos estar cantando victoria. Las conversaciones entre los siderúrgicos y papeleros están muy avanzadas. Estamos entusiasmados, pero los arreglos van a llegar en tanto y en cuanto desde ambos países se le baje el tono al conflicto”, comentó la fuente de Cancillería. Para la Casa Rosada, dejar al próximo gobierno un Mercosur limpio de conflictos se ha convertido en una obsesión. Carlos Menem ve su política exterior como uno de los puntos más fuertes de su administración. La incógnita es si Fernando Henrique Cardoso va a ayudarlo a cumplir con uno de sus deseos más íntimos.

 


 

REPUNTE DE 3,2 POR CIENTO DE LA INDUSTRIA EN AGOSTO
Una luz al final del túnel

t.gif (862 bytes) Las estadísticas de FIEL muestran, en línea con los datos oficiales publicados la semana pasada, que, si bien la recesión sigue instalada, la caída de la producción ya no es tan pronunciada. En agosto, el índice de producción industrial cayó 7,4 por ciento en relación con igual mes del año pasado. En relación con julio pasado, en tanto, la actividad muestra un repunte de 3,2 por ciento.
Así y todo, el derrumbe de la producción industrial para los primeros ocho meses del año es impresionante: 11,5 por ciento. La encuesta, realizada por FIEL entre empresas industriales, revela, además, que “no hay mejoras en las variables cualitativas”, ya que 25 por ciento de las firmas consultadas consideran su situación como mala, 71 por ciento como normal y sólo cuatro por ciento como buena. Más aún, siguen siendo mayoría (55 por ciento) los que califican la tendencia de la demanda como “desalentadora”.
Por otro lado, 90 por ciento de los encuestados advierte que no esperan que su situación varíe en los próximos meses, mientras que cinco por ciento espera que mejore y otro porcentaje similar estima que su situación va a empeorar. De otro modo, para la mayoría de los industriales no hay reactivación a la vista. Tampoco se espera un repunte en los deprimidos precios industriales: 92 por ciento dice que no variarán, 7 cree que continuarán cayendo, y 1 por ciento estima que van a mejorar. Según FIEL, 64 por ciento de las firmas trabaja con “niveles normales de stocks”, lo cual es lógico, ya que la recesión fue tan prolongada que hace rato que los empresarios ajustaron sus niveles de producción. Mientras tanto, 35 por ciento registran inventarios por encima de los deseados.
Ayer también se difundieron datos de producción del sector siderúrgico, que si bien sufrió el peso de la recesión no experimentó un derrumbe en su actividad como otras ramas. En agosto, con respecto a julio, la producción de hierro primario aumentó 9,6 por ciento, la de acero crudo, 0,9 por ciento y la laminados en caliente, 3,8 por ciento.

 

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