Por Irina Hauser Discúlpeme, pero por
una cuestión de conciencia no lo voy a atender, dijo Miguel Armella, el empleado de
Aerolíneas Argentinas que en la tarde del 23 de agosto estaba atendiendo el mostrador de
clase ejecutiva. La frase le salió del alma, según relató a Página/12, cuando vio en
el pasaje el nombre del ex gobernador de facto y actual gobernador de Tucumán, Antonio
Domingo Bussi. Desconcertada, la veinteañera que hacía el trámite en nombre del general
dio media vuelta. Casi instantáneamente la jefa de tráfico se acercó a Armella.
No te podés negar, cuenta él que le advirtió la mujer. Hasta que se cansó
y tomó la posta ella. Tres semanas más tarde, Armella que además es delegado de
la Asociación de Personal Aeronáutico (APA) fue sorprendido con una grave
amonestación. Representantes de la empresa dijeron que a cualquier pasajero
que se presente con un ticket hay que atenderlo y todo empleado que no cumpla con su
trabajo debe recibir un apercibimiento. Bussi no es un pasajero común, es un
genocida, recuerda Armella que argumentó después, en privado, ante Irene
Sczlendak, la jefa que le había insistido con que tratara al generalísimo como al resto
de la gente. Con ese criterio no tendríamos que dejar subir a ningún diputado
corrupto rebatió ella, vestida de uniforme azul y camisa a lunares. No, lo
mío no es una cuestión política sino de principios. Y si ahora me encuentro en esta
disyuntiva es gracias a que la maldita Justicia de este país nunca metió preso a Bussi
como debió haberlo hecho. No pienso atenderlo ni ahora ni nunca contestó él,
enfurecido. A los cinco días me pidieron que elevara un informe oral sobre lo
sucedido, pero consideré que no tenía por qué hacerlo, contó Armella.
Entretanto, representantes de APA intentaron entenderse con la gerencia de recursos
humanos. No lo logramos, dijo a este diario Ariel Basteiro, secretario general
del gremio. Poco después Armella recibió el llamado de atención: Imponemos a Ud.
sanción de grave amonestación y lo apercibimos que de incurrir nuevamente en este tipo
de actitud aplicaremos a Ud. sanción más severa conforme a la ley. Firmado: Daniel
F. Espiñeira, jefe base Aeroparque, Aerolíneas Argentinas. ¿Por qué decidió
rechazar a rajatabla atender a Bussi? le preguntó este diario a Armella. Yo
tengo 42 años y los militares se encargaron de destruir mis mejores años. En junio de
1977 estuve veinte días detenido en forma ilegal. En esa época estudiaba arquitectura y
estaba haciendo un relevamiento para la facultad en una plaza. Ahí me agarró un
operativo conjunto de la Policía y el Ejército. Yo no tenía militancia política en ese
entonces, pero estoy seguro de que si la hubiera tenido no volvía nunca más. Igual
quiero aclarar que no es por eso que rechacé atender a Bussi. Como expliqué en una carta
documento que mandé a la empresa, me basta con saber que se encuentra entre los más
conocidos acusados de genocidio y otros delitos de lesa humanidad. ¿Y por qué cree
usted que la empresa lo amonestó? No entiendo, pero sospecho lo peor. Pareciera que
hay una manifiesta simpatía por este tipo de personajes. De hecho, no hubo queja alguna
por parte del pasajero, Bussi. No tenían necesidad alguna de apercibirme, si eso era lo
que querían se podían haber inventado cualquier otra excusa. ¿Supone que hay
algún problema personal con usted? Supongo que lo tienen algunas de las personas
con las que tengo trato diario. Especialmente porque soy delegado gremial y no me callo
nada. Consultado por Página/12, un encumbrado representante de Aerolíneas fundamentó la
postura de la empresa: Somos una empresa privada, expedimos boletos aéreos y
vivimos de despachar pasajeros. Si un empleado se niega a atender a un pasajero que se
presenta con su ticket, consideramos que debemos apercibirlo porque no cumple con su
trabajo. Para nosotros es indiferente quién es la persona que viaja. Tanto Armella,
que tiene once años de antigüedad en la empresa, como APA iniciaron acciones judiciales
y decidieron denunciar el conflicto públicamente. Plantean que el trabajador tiene
derecho a la objeción de conciencia por cuestiones éticas, morales, ideológicas y/o
políticas (...) los ciudadanos en forma individual y colectiva tenemos el derecho de
condenar socialmente a los genocidas y sus cómplices. Si Aerolíneas no se
retracta, harán la denuncia correspondiente ante el fuero laboral. El domingo a la noche
empapelaron las oficinas no públicas del Aeroparque Jorge Newbery con afiches en los que
declaraban a Sczlendak persona no grata. Ayer pegaron otra tanda. Hasta donde
sabemos nunca hubo una sanción laboral a un empleado por una situación así. Por
ejemplo, a aquel empleado de las aerosillas de Bariloche que le pegó a Astiz nunca lo
sancionaron, comentó Basteiro. En Diputados también hubo reacciones. El socialista
Jorge Rivas presentó un proyecto de declaración en repudio a la actitud de la
empresa. También adhirieron los legisladores socialistas Alfredo Bravo y Héctor
Polino y los aliancistas Marcela Bordenave, Gustavo Galland y Rubén Giustiniani. El
martes a las 11 APA hará un escrache en las oficinas de Aerolíneas de Perú 2.
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