Por Hilda Cabrera En lugar de melodramático,
melodrama. La compañía Dos Atores, de Río de Janeiro, se ha propuesto partir del
sustantivo y no de la adjetivación (que tiene carácter peyorativo) para
crear un espectáculo sobre el género con nueva mirada. En principio, apunta al mundo de
las emociones, a los gestos de amor y furia, e intenta elaborar personajes
capaces de entretener y hacer reír y llorar. Ese es el quid de Melodrama,
obra de Filipe Miguez que se verá mañana a las 17, en el Teatro de la Ribera (Pedro de
Mendoza 1821) dentro de la programación del festival. La intención no es actuar y opinar
en escena: No queremos que el texto aparezca como dicho desde afuera, dice a
Página/12 la actriz Susana Ribeiro junto a su colega Cesar Augusto, integrantes del
elenco que completan Bel Garcia, Marcelo Valle, Gustavo Gasparani, Marcelo Olinto e Ignês
Vianna, cada uno componiendo varios personajes. Los dirige el peruano Enrique Díaz,
cultor del teatro latinoamericano y montajista, entre otras piezas, de Rua Cordelier, A
Morta y So eles o sabem. Todas con este equipo, a las que suma la performance Campanha
contra a Fome y Projeto Arte/Cidade, concretado en San Pablo. Díaz, quien no viajó esta
vez con el elenco, ha estrenado gran número de obras de autores brasileños: de Augusto
Boal, Góes, Bia Lessa y Guel Arraes. En cuanto a Ribeiro y Augusto, éstos dividen su
tiempo entre el teatro, el cine y la televisión. Ni ellos ni sus compañeros de tablas se
especializan en melodramas, pero la posibilidad de investigar sobre éstos los atraía a
todos. La obra que traen al Teatro de la Ribera se nutre de variadas fuentes, también de
novelas radiales. La autora Dulce Régis, por ejemplo, cedió algunas de las
situaciones iniciales que aparecen en la trama. Dos Atores fue creada en 1988
y desde entonces ha montado obras de diferente temática y género. En nuestros
primeros trabajos utilizábamos un lenguaje inventado -.cuentan los intérpretes,
practicábamos el grammelot y aspirábamos a que los espectáculos tuvieran ritmo
interior. ¿Qué les atrae del melodrama? En estos últimos años
creció en nosotros el deseo de poner una obra que, además de reflejar la cultura
latinoamericana, fuera también popular, como la telenovela en Brasil. Y elegimos el
melodrama, que no es un género menor, como se dice peyorativamente. Es popular, que
no quiere decir de pobres... No hay teatro de pobres, pero la telenovela le importa
al pobre. ¿Quisieron que Melodrama se refiriera sólo a conflictos sentimentales o
se tentaron con algún asunto de la política? Nuestra intención era hacer un
recorrido por el melodrama, mostrando cómo se da en Brasil y en otros países. En esta
investigación descubrimos que lo común a todos no eran los aspectos políticos o
sociales sino más bien las emociones, llevadas al extremo, hiperactuadas. Por eso nuestra
interpretación es bien arriba. Otra relación que encontramos está en el ritmo, en la
música, que es muy importante. El melodrama es una expresión cultural
cantada que podemos encontrar en la ópera, el bolero, la letra de los tangos;
en las situaciones de gran conflicto emocional y en la polarización de los
sentimientos.¿Se ha modificado con el paso del tiempo? En esencia, no. Hoy se
cuentan las mismas historias que en otro tiempo. Y de la misma manera: hay choques,
cruces, exageraciones... No ha cambiado mucho porque el melodrama tiene una estructura muy
cerrada. Y perdura de esa manera... Eso facilita el trabajo de encontrarle analogías. En
la obra, Quique (el director Enrique Díaz) buscó también un equilibrio entre la
emoción y la crítica.¿Cuál es la estética del grupo? No seguimos
estrictamente una estética, pero intentamos no apartarnos de un lenguaje popular. Para
esta obra investigamos durante dos años, y ensayamos ocho meses. Creemos que tiene
diversos niveles de lectura, y eso impresiona mucho al público carioca, como la música,
con la que hacemos una mixtura. Por ahí aparece un tango, un tango teatral que en nuestro
código significa estar apasionado.
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