Por Claudio Zlotnik En el Gobierno hay entusiasmo.
Los funcionarios que están en tratativas con las autoridades brasileñas para superar la
crisis comercial piensan que el acuerdo no se demorará. Ya estamos cerca de
reencaminar la relación con Brasil. Desde la Cancillería hemos promovido las
negociaciones entre los sectores en conflicto y somos optimistas de que los acuerdos van a
llegar rápidamente. Los empresarios han demostrado una gran madurez para impedir el
desmoronamiento del Mercosur. Carlos Menem escuchó con satisfacción el informe de
Jorge Campbell, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, quien, desde la
Cancillería, comanda las negociaciones con el país vecino. La pelea comercial con Brasil
fue uno de los temas en la agenda durante la reunión de gabinete de ayer. La raíz
del conflicto hay que buscarla en la brusca caída del volumen comercial entre ambos
países, que se dio tanto por la recesión en la Argentina como por la crisis en Brasil.
Los problemas generaron malhumor y la crisis en el Mercosur estalló. Pero ya estamos en
camino de solucionarla, añadió Campbell ante Menem y los ministros.Según comentó
un alto funcionario del Palacio San Martín a este diario, de los tres sectores en pugna
calzados, siderurgia y papel, dos ya están a un paso de lograr un acuerdo:
calzados y siderurgia. En el caso de los fabricantes de zapatos, la principal diferencia
radica en la metodología para aplicar los cupos. Mientras los argentinos pretenden que se
fijen mensualmente de acá a fin de año sin compensar en caso de que las
importaciones resulten inferiores al máximo establecido los brasileños quieren que
se fije un límite global para lo que queda del año. La discusión para el cupo del 2000
en principio de 11 millones de pares- también está centrada en la metodología que
se aplicará. Los empresarios sostienen que el acuerdo definitivo se firmará la próxima
semana en Montevideo.Por su parte, los empresarios del papel continúan negociando en base
a un preacuerdo al que habían llegado en abril. Aunque una resolución dictada por el
Gobierno puso en alerta a los brasileños. Se trata de una norma que obliga a los
importadores del país vecino a sacar licencias para poder vender en el mercado argentino.
En Brasil ya estaban al tanto de esta medida y no va a ser impedimiento para un
rápido acuerdo entre los privados. Los permisos podrían eliminarse si los empresarios se
ponen de acuerdo, subrayaron a este diario en la Cancillería.Ante el avance de las
negociaciones, desde Brasil también dieron señales claras sobre la voluntad de evitar
nuevas fricciones en el Mercosur. de hecho, por ahora, la traba al ingreso de 400
productos argentinos ha quedado en suspenso y los exportadores le continúan vendiendo a
Brasil tal como lo hacían la semana pasada, antes de que el gobierno de Fernando Henrique
Cardoso amenazara con implementar la fuerte restricción. Los alimentos están
ingresando a Brasil como siempre, no se les exigió ningún tipo de información o
autorización distinta a la de siempre, confirmó Alberto Alvarez Gaiani, presidente
de la Copal, la entidad que reúne a la industria alimentaria.La sangre no va a
llegar al río. Es natural que existan conflictos de este tipo. Quien imagine que el
Mercosur es un camino lineal sin problemas se equivocó de mundo, tranquilizó
Félix Peña, el subsecretario de Comercio Exterior. La operación Salven al
Mercosur se desarrolla a pleno. Carlos Menem hará lo imposible para llevarla al
éxito. No quiere que, después de diez años, una de sus cartas ganadoras se le escurra
en el último tramo de su mandato.
BELGRANO CARGA PARA EL GREMIO
Premio por menemista
Después
de años de negociación, el dirigente ferroviario José Pedrazza tuvo su anhelado premio.
A través de un decreto publicado ayer en el Boletín Oficial el Gobierno le adjudicó en
forma directa el servicio de cargas del Ferrocarril Belgrano, que el gremio explotará
hasta el 2029. Para esta tarea contará con la importante prerrogativa de un subsidio
anual de 45 millones de pesos durante el primer lustro. La subvención fue una innovación
introducida por el Gobierno, luego de que fracasara en su intento de licitar la línea sin
subsidio. La sociedad beneficiaria, denominada Belgrano Cargas, está integrada por la
Unión (51 por ciento), la Cooperativa Industrial Laguna Paiva (48 por ciento), y el
Estado, (que conserva el 1 por ciento restante). El grupo asume el compromiso de invertir
ese dinero en nuevo equipamiento y vías para el servicio del que tomará posesión desde
el 15 de octubre.Con esta adjudicación, el gremio accedió a la explotación de casi 10
mil kilómetros de vías de un ferrocarril con recorrido estratégico, que atraviesa
alrededor de trece provincias, y llega a la frontera de Paraguay, Bolivia y Chile.Pedrazza
es un sindicalista adscripto al menemismo, que allanó el camino para privatizar los
ferrocarriles neutralizando la oposición gremial a estas concesiones. Desde el comienzo
mismo del proceso licitatorio, la Unión Ferroviaria planteó al Gobierno su intención de
quedarse con el Belgrano, pero como el gremio no pudo demostrar solvencia para costear un
imprescindible plan de inversiones, Economía se resistió a concederle lo que pedía.
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