No hubo
mohín que les alcanzara ayer a las chicas del caso Coppola para despreciar esa
cruel acusación del fiscal federal Ernesto Rizzi que podría dejarlas tras
las rejas. La fiscalía consideró que Samantha Farjat y Julieta La Valle eran cómplices
del ex secretario del juzgado federal de Dolores, Roberto Schlagel, y de los policías
allí adscriptos, para cometer los delitos de falsedad ideológica y privación ilegal de
la libertad del ex futbolista Alberto Tarantini. Por eso pidió que Samantha fuera
condenada a cuatro años y dos meses de prisión efectiva y a tres años y dos meses para
Julieta La Valle. Para el segundo del juez Hernán Bernasconi, la pena solicitada fue de
ocho años y nueve meses. Para sus ex amigos y otrora policías dilectos del juzgado,
Rizzi solicitó entre seis y ocho años de cárcel. La acusación de Rizzi se vislumbraba
desde el martes, cuando explicó por qué no les cree a las jovenzuelas cuando aseguran
que le plantaron la droga al Conejo bajo presión. El fiscal, un hombre mayor en cuya voz
hay un dejo de cansancio, dijo que las muchachas fueron la herramienta
consciente para comprometer a Tarantini. Y en un lirismo judicial respetable tituló
su acusación La anatomía de la perversión.Ayer ya era de noche cuando el Robin de la
dupla Bernasconi-Schlagel (o sea Schlagel) seguía con su monólogo final, el alegato de
la propia defensa que asumió él mismo, prescindiendo de su abogado Néstor Blondi. Los
de Guillermo Coppola, querellante junto a Tarantini en la causa, ya habían pedido para el
secretario 9 años de prisión. Los de Tarantini, 10.Con un sistema basado en la teoría
conspirativa de los hechos, Schlagel se despachó ayer contra la acusación que le cupo.
Atacó a Rizzi sugiriendo que recibió presiones de la fiscalía de
primera instancia, en referencia al fiscal Eduardo Taiano. El dardo fue seguido de
cierto pedido de clemencia. Schlagel quiere que el fiscal Rizzi revea la acusación sobre
su supuesta participación en una asociación ilícita dedicada a inventar causas para
meter presos a personajes famosos al vincularlos con el tráfico de drogas. Esa
asociación ilícita es la misma por la que deberá responder el recién suspendido
Bernasconi ante la Comisión de Juicio Político del Senado.El vodevil en el que se han
visto envueltos los personajes de este juicio oral, acusados y acusadores, comenzó en la
primavera de 1996, hace casi tres años. La noche del 3 de octubre de aquel año cayó
preso el entonces novio de Samantha y hombre de la noche, Héctor Yayo Cozza.
Junto a él, el productor de rock Esteban Paco Simonelli. Era la punta de un
largo ovillo que se iría enredando con los días hasta terminar en el escándalo
mediático más sabroso y básico de los tiempos en que reinaba el talk show a la Viale.
Como los policías Daniel Diamante y Antonio Gerace empezaron por robarle el teléfono
celular a Yayo, apenas Samantha lo llamó, hicieron que la chica saliera rauda en su cero
kilómetro hacia Dolores con su amiga Julieta. En la acusación fiscal queda claro que las
convocaban para usarlas de puente y señuelo. Ellas serían las encargadas de dar con el
Conejo y de colocarle cocaína antes de un programado allanamiento autorizado y
supervisado por Schlagel y el Batman de la dupla, Bernasconi.En este juicio oral se han
repasado los hechos que derivaron en la detención de Tarantini y de la otra batichica del
caso, la conversa cantante de cumbia Natalia De Negri. Fue en el departamento de la calle
Quintana donde vivía la De Negri donde se concretó el famoso allanamiento en el que
Samantha y Julieta según ellas mismas relataron al tribunal hicieron lo que
les pedía Bernasconi y supervisaban Diamante y Gerace, o sea, poner cocaína a Tarantini.
En ese punto, en cómo fue que las ex lolitas trabajaron para los narcopolicías, es donde
la acusación de la fiscalía difiere con la de las querellas. Mariano Cúneo Libarona no
pidió que se las encarcele porque considera que actuaron bajo coacción. Las chicas juran
que eran amenazadas por los policías con ser involucradas en el narcotráfico si no
actuaban a gusto y piacere policial. Pero Rizzi, como Taiano en la primera instancia,
consideró que tal presión no existió. A Farjat la encontró responsable como coautora
de falsedad ideológica de instrumento público y privación ilegítima de la libertad en
dos ocasiones y en calidad de partícipe necesario. A La Valle le imputó la
participación necesaria en las dos privaciones ilegítimas de la libertad. Rizzi
considera que sin la colaboración de las chicas, quienes además firmaron tardíamente el
acta del allanamiento en Quintana, hubiera sido imposible que los planes futuros de
Bernasconi y sus hombres se concretasen. Entre otros, esos planes incluían la detención
de Guillermo Coppola. El manager, según el veterano Rizzi, era el auténtico y
obscuro objeto de deseo de la supuesta banda de cazafamosos. Y para llegar
habrían pasado por Tarantini, un objeto de deseo menor, a quien le armaron la causa por
drogas. Esa causa es la que el fiscal considera la anatomía de la
perversión. El final del juicio se aproxima. Pero lento. Ayer Schlagel se
consustanció tanto con su alegato que el tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta hoy
a las 9.30. Y tras Robin, alegarán las defensas de las chicas y de los batipolicías.
Coppola debe explicar El intercambio verbal en torno del juez federal Hernán
Bernasconi mantenido hace dos domingos en la Bombonera entre Guillermo Coppola y el
senador justicialista Antonio Cafiero se definirá el martes próximo al mediodía en el
Congreso, ante la Comisión de Juicio Político del Senado. En esa oportunidad, Coppola
deberá ratificar o rectificar sus dichos ante los senadores. Según Cafiero,
el manager de Diego Maradona le habría asegurado que ahora vamos por Bernasconi y
después vamos a ir por ustedes, en alusión a los senadores que (hasta el
miércoles) le dieron protección al cuestionado juez.Coppola negó ayer
rotundamente haber amenazado a Cafiero y aseguró que pese a tener
pasajes sacados hacia Frankfurt-Barcelona, para firmar un importante contrato con mi
representado, Diego Maradona, voy a ir al Senado el próximo martes para hacer las
aclaraciones correspondientes.Según el senador aliancista Raúl Galván, presidente
de la Comisión de Juicio Político, los dichos, de ser ciertos, constituyen a
nuestro juicio una amenaza al tribunal de juicio político. Sólo fue un
intercambio de opiniones entre plateístas y el senador, en el cual yo intervine,
aseguró Coppola, vecino de platea de Cafiero en la cancha de Boca. Galván manifestó que
de ninguna manera se trató de una reacción corporativa del cuerpo de senadores,
sino que es la defensa de un tribunal de la República. |
|