Por Raúl Kollman y Carlos Rodríguez Con la prueba reunida hasta el
momento, el juez federal Carlos Villafuerte Ruzo estableció prima facie que
varios policías bonaerenses serán procesados por triple homicidio
calificado por los sucesos de Villa Ramallo, según información fehaciente a la que
tuvo acceso Página/12. Aunque todavía falta realizar una serie de pericias, a cargo de
la Gendarmería Nacional, que permitirían establecer desde qué armas partieron las balas
mortales, el magistrado llegó a la conclusión de que los policías que estaban apostados
sobre la calle Sarmiento al 1000, en el sector más alejado a la puerta por la que
ladrones y rehenes salieron de la sede del Banco Nación, están en una situación
crítica. Esto es así porque no hay duda de que los hombres que esperaban allí, la
mayoría del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Bonaerense, no
tenían motivo alguno para disparar como lo hicieron, aseguró una fuente cercana a
la investigación. Por otra parte, quedó confirmado que ya está identificado un cuarto
hombre que participó en el asalto al Banco Nación, tras cuyos pasos están los
investigadores. No es el único: en el juzgado tienen la convicción de que hay más
hombres involucrados en el caso. Sobre el tema, se consideraba inminente una importante
novedad en las próximas horas. El juez tiene en su poder dos grabaciones acerca de las
conversaciones mantenidas entre el mediador policial, el subcomisario Carlos Bressi, alias
Pablo, y los ladrones que estaban en el banco. Una de las grabaciones surge de
un trabajo realizado por las autoridades judiciales y la segunda fue obtenida por la
policía. Contrariamente a lo que sostiene el nuevo ministro de Seguridad, Carlos Soria,
los investigadores dicen que no hay una frase en las grabaciones que indique
fehacientemente que la policía sabía de antemano que los tres asaltantes huían
llevándose a los rehenes. El ministro, en cambio, sostiene que queda claro
que discutían sobre posibles vías de huida en que llevarían al contador, el gerente y
su esposa (ver aparte). Otro dato que se confirmó es que a los ladrones, antes de salir
del banco, se les escapó un tiro, que creó cierta alarma entre los topos de
la policía que estaban instalados sobre los tubos de ventilación interna de la entidad.
Uno de los puntos que se tienen en cuenta para señalar la rapidez con que se produjeron
los acontecimientos es que Pablo, cuando comenzó el tiroteo, todavía estaba
con el teléfono celular en la mano, confiando en la posibilidad de una salida
negociada.De todos modos, aunque no pudiera probarse que los policías sabían de antemano
que estaba en peligro la vida de los rehenes, la investigación le apunta de lleno a los
del GEO, que estaban sobre Sarmiento al 1000. Y entre ellos habrá varios imputados por
triple homicidio calificado. Eso, sumado a las lesiones graves producidas a la
esposa del contador, por ejemplo, habla a las claras que lo que se dirime en la causa es
la cadena perpetua de varios miembros del grupo de elite de la Policía Bonaerense. El
próximo paso, que podría concretarse la semana que viene, es el envío a Buenos Aires,
por vía aérea para evitar cualquier tipo de sorpresa en el traslado por tierra, de los
tres vehículos que tienen que ser periciados por la Gendarmería Nacional. Se trata del
Volkswagen Polo de color verde del gerente muerto en el hecho, de una camioneta que
pertenece al GEO y de otro rodado similar, marca VW Saverio que estaba estacionada frente
al garaje del banco y que fue empujada por los ladrones para poder salir hacia el camino
que llevó a la muerte. El Polo verde, donde se encontraron ya diez vainas de distintos
calibres, será virtualmente desmantelado por los peritos de Gendarmería para encontrar
nuevas evidencias. Como se sabe, ya existen como prueba contundente seis proyectiles que
fueron hallados en el cuerpo del gerenteChaves, el contador Santillán y el ladrón Javier
Hernández. Los expertos confían en que podrán establecer no sólo la procedencia de
esos seis disparos sino la de los cien impactos registrados a lo largo de la cuadra de
Sarmiento al 1000. En las últimas horas se supo que existe, cuando menos, el famoso
cuarto hombre del que se venía hablando desde el comienzo del caso.
Villafuerte Ruzo siempre creyó que podrían haber sido más de tres los delincuentes y
que incluso podría haber habido un cuarto ladrón dentro del banco. Un abogado, que ahora
prefiere preservar su nombre, le dijo en los primeros días a Página/12 que uno de los
ladrones mantuvo varias conversaciones telefónicas con un hombre de apoyo, fuera del
banco, que esperaba en un automóvil y que tuvo que irse ante la rápida llegada de
decenas de policías. Ahora se cree que existe más de un prófugo: hacia allí se orienta
la investigación.
Todos contra el juez El directorio del Banco de la Nación Argentina (BNA) hará hoy un nuevo
intento, ante la Cámara de Apelaciones de San Nicolás, de apartar al juez federal Carlos
Villafuerte Ruzo, de la causa en la que se investiga el asalto con toma de rehenes y
muertos ocurrido en la sucursal de Villa Ramallo. El magistrado ya rechazó por
inadmisible un pedido de recusación de los abogados del banco formulado el martes y
ayer hizo saber que no veía motivos para alejarse de la causa. No es, sin embargo, el
único embate que debe atajar: el magistrado es cuestionado y criticado por los familiares
de las víctimas y las más altas figuras del gobierno bonaerense. El nuevo ministro de
Seguridad, Carlos Soria, le apuntó con toda la artillería disponible. Consideró que al
juez no le dio el cuero para manejar la situación y que los acontecimientos
lo sobrepasaron. Ya Duhalde había opinado que debía apartarse. A eso se suma
un pedido de juicio político presentado el miércoles por cinco diputados nacionales del
PJ ante el Consejo de la Magistratura. |
CARLOS SORIA, NUEVO MINISTRO DE
SEGURIDAD
Sabían que iban los rehenes
Por Eduardo Videla
Los
policías y el juez Carlos Villafuerte Ruzo sabían que los asaltantes del Banco Nación
iban a salir con los rehenes: esa información surge del informe que recibió el ministro
Carlos Soria por parte de los efectivos del Grupo Halcón, sobre la masacre de Villa
Ramallo. Por eso, el jefe de los Halcones dio la orden de disparar a las ruedas. Que
no hayan acertado ni un tiro es otra historia, dijo anoche Soria a Página/12. El
funcionario confirmó que la tercera llave que reclamaban los asaltantes estuvo todo
el tiempo adentro del banco y que la clave que les hubiera permitido acceder al
tesoro la tenía el tesorero, que no estaba enfermo ni internado, como se dijo, sino
que estuvo siempre con el juez, en la escuela. Con esta información, el ministro
sugirió que una solución sin violencia con los ladrones hubiera sido posible y estaba en
manos del juez. Cuando el abogado Carlos Varela ex defensor de uno de los
delincuentes mantuvo el último contacto telefónico con (Javier) Hernández, se
escuchan como fondo los diálogos de los otros dos delincuentes, que discutían cómo
salir, por qué calle, y donde queda claro que van a irse con los rehenes. El oficial Juan
Bressi (alias Pablo) interfirió esa comunicación y luego le pasó la información al
juez, dijo Soria a Página/12. Esto ocurrió apenas unos minutos antes del
desenlace.El ministro mantuvo la línea de cuestionamiento a la actuación del juez que
conduce la investigación. En ese sentido, precisó que a las 2 de madrugada, cuando los
topos del grupo Halcón que habían ingresado en el banco tenían a
punta de pistola a los tres delincuentes y el juez nunca dio la orden de intervenir.
De acuerdo con el informe que recibió Soria, los halcones estaban en una situación
inmejorable: Los rehenes estaban durmiendo en un sector del banco, y los asaltantes
discutían entre ellos en otro lugar. Sólo dos de ellos estaban armados: al tercero lo
habían desarmado e incluso lo habían golpeado, porque era el único que estaba dispuesto
a entregarse.Soria aseguró que el jefe de Investigaciones, comisario Santiago
Allendes, le ofreció al juez canjearse él mismo por los rehenes. Y que el jefe de
Investigaciones complejas, Carlos Miniscarco, sólo estuvo presente en el lugar para
informarse de lo que ocurría. Por esos motivos, explicó, ninguno de los dos fue
separado de su cargo.Fuentes vinculadas con la investigación informaron a este diario que
la tercera llave que buscaban los delincuentes para acceder al tesoro estaba en el cajón
de un escritorio, dentro del banco, y que esta situación era conocida por los
funcionarios del banco que estaban como rehenes. El acceso a esa llave y a la clave
hubiera permitido ahorrar horas de cautiverio a los rehenes.De acuerdo con los primeros
informes, las balas que mataron a los delincuentes provinieron de los fusiles FAL que
portaban efectivos del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Bonaerense. Según
fuentes cercanas a la causa, un escollo para conocer cuántos policías dispararon
realmente es la demora para secuestrar las armas. El secuestro se hizo dos horas
después del tiroteo. En ese lapso pudieron cambiarse algunas armas, sugirió la
fuente. Lo cierto el que el grupo GEO parece tener las horas contadas. El viernes, el
gobernador Eduardo Duhalde había anunciado la disolución de ese cuerpo. Anoche, el
ministro Soria admitió que hay una dificultad para hacer efectiva esa decisión: El
cuerpo fue creado por ley y debe ser disuelto por ley. Mientras tanto, se puede reasignar
otras funciones a sus integrantes. De todas formas, para Soria, debe haber un solo
grupo especial y ése es el Halcón.
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