Tanto va el
detenido al hospital, que al final lo liberan. Esta parece ser la frase de cabecera en el
entorno ex dictador chileno Augusto Pinochet. En silla de ruedas, con cara de dolor y
decaído, Pinochet se sometió ayer a estudios médicos por enésima vez en las últimas
semanas, en una clínica cercana a su residencia en Londres. Desde Nueva York, el
canciller chileno Juan Gabriel Valdés señaló que el estado del ex dictador es
irreversible y cargó contra el juez español Baltasar Garzón, a quien acusó
de ser un justiciero internacional. Cuando faltan sólo tres días para el
inicio del proceso de extradición contra Pinochet en un tribunal londinense, los
ministros del Interior británico y español, Jack Straw y Jaime Mayor Oreja, se reunieron
ayer pero, según declararon, no hablaron del caso. De todas maneras, desde Suiza, el
vocero de la Oficina Central de la Policía, Folco Galli, advirtió que si los
británicos rechazan la extradición de Pinochet hacia España, reactivaríamos nuestra
demanda de extradición.Galli consideró ayer que la demanda de extradición que el
gobierno suizo envió a Londres sigue válida, ya que Gran Bretaña no la ha rechazado en
la medida en que Londres no la ha rechazado. Además de Suiza, Francia y Bélgica también
pidieron la extradición de Pinochet por el caso de detenidos, torturados y desaparecidos
de esas nacionalidades, y de algunos chilenos residentes en esos países. Estas
solicitudes podrían ser rechazadas por el fallo mismo que emitió la Cámara de los Lores
británica en marzo: sólo podrían juzgarse los delitos de torturas cometidos después
del 1988. Y todos los casos presentados por las Justicias suiza, francesa y belga son
anteriores a ese año.Otra cuestión que podría desactivar estos pedidos de extradición
es la liberación de Pinochet por motivos humanitarios. Y aquí es donde pone
sus fichas el gobierno chileno, ya que el ministro Straw tiene la capacidad de decidir
sobre el asunto una vez finalizado el proceso que iniciará la semana próxima el tribunal
de extradición de Bow Street. Las otras fichas están puestas en La Haya. Luego del
fallido intento de que España aceptara ir a un arbitraje internacional sobre el caso, el
gobierno chileno presentará la cuestión al Tribunal Internacional de esa ciudad. Dos
representantes de la Cancillería chilena ya están en la localidad holandesa, pero sólo
pretenden obtener información y realizar actuaciones de
cortesía, según informaron fuentes oficiales chilenas. Chile presentaría el
caso recién después del proceso de extradición. Desde Estados Unidos, el canciller
Valdés volvió a insistir con la salida humanitaria y arremetió contra el gobierno
español y en particular contra Garzón, a pesar de que Madrid y Santiago habían acordado
bajar los decibeles de la disputa. No es una buena idea que Pinochet muera en
Londres, declaró Valdés, y doctores muy competentes ya califican su estado
físico de irreversible. El canciller aclaró que su país no buscará nuevas
consultas diplomáticas con España sobre el caso Pinochet, pero que tampoco se llegará a
romper relaciones con esa nación. Y dedicó unas palabras a algunos países europeos
pretenciosos y arrogantes que pretenden decirnos cuándo debe terminar
nuestro proceso de transición y a algunos jueces que mezclan lo judicial con
lo político y a la vez se consideran justicieros internacionales.
UN DOCUMENTO ACUSA DE PASIVA A LA IGLESIA
CUBANA
A Dios rogando (y nada más)
El País de Madrid
Por Mauricio Vicent Desde La Habana
La
Iglesia Católica cubana vive estos días un pequeño terremoto a causa de la filtración
de un documento elaborado por un grupo de presbíteros de las diócesis orientales de Cuba
en el que se acusa a la jerarquía católica de quedarse con los brazos
cruzados, así como de desaprovechar los espacios abiertos por el Papa para no
arriesgar los avances logrados tras su visita. El polémico
documento, que califica al gobierno de Fidel Castro de totalitario, fue
elaborado como material de trabajo para un encuentro de religiosos que se
celebró en julio en Santiago de Cuba. El arzobispo de esta diócesis, Pedro Meurice, fue
el protagonista de las mayores críticas al gobierno durante el viaje del Papa. Fuentes de
la Iglesia Católica minimizaron la importancia del documento y negaron las versiones,
publicadas en la prensa de Miami, de que había sido elaborado por un grupo de al menos 50
sacerdotes y laicos orientales. Todavía lo estamos analizando. Lo que es seguro es
que no fue elaborado por 50 sacerdotes de oriente, dijo a El País el jefe de la
oficina de prensa del arzobispado de la Habana, Orlando Márquez. Y aseguró que ni
siquiera está comprobado que el documento sea el mismo que fue presentado en el encuentro
de Santiago de Cuba. Las críticas al gobierno atribuidas a los presbíteros de las
diócesis orientales son duras y directas, quizás las más críticas hechas por un sector
de la Iglesia hasta ahora. La situación que ha caracterizado el desarrollo de los
últimos 40 años de evolución socioeconómica y cultural de Cuba se sintetiza en un
nombre: totalitarismo, dice el documento de 13 páginas, que circula ya en medios
diplomáticos. El documento denuncia que la Iglesia no ha dado un apoyo firme
a una disidencia que es eminentemente pacífica y lamenta que el llamado papal
para una apertura con diálogo y reconciliación haya quedado en el vacío ante un sistema
que ha copado todos los aspectos de la vida, hecho ante el cual, dice, la
Iglesia ha actuado con pasividad. Fuentes religiosas señalaron que el documento ha
causado gran inquietud entre la jerarquía eclesiástica. Desde hace tiempo, la Iglesia
Católica en Cuba está recelosa de las actitudes de algunos sacerdotes de base de
Oriente, que en el pasado ya han realizado críticas al gobierno sin contar con sus
superiores.
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