Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


“Jerarquicé la pizza y popularicéel champagne”

El Presidente cenó con Mirtha Legrand enOlivos. Menem vestía de azul y amarillo: “Los colores papales”, explicó.

na06fo01.jpg (10577 bytes)

Por Nora Veiras
t.gif (862 bytes)  La fachada de la Residencia de Olivos reflejada en la inmensa piscina. Mirtha Legrand entrando envuelta en una capa negra con cuello de piel y Carlos Menem esperándola de traje azul y camisa amarillo suave. “Está de Boca”, lo provocó ella. “No, son los colores papales”, retrucó él. La escena preanunció el coqueteo del diálogo. “Además de ser un hombre inteligente, soy divertido”, dijo el Presidente, y siguió regodeándose por “sus éxitos”. Sólo se lamentó porque “no lo dejaron” presentarse para la re-reelección y confesó su orgullo por la propaganda Menem lo hizo: “A mí me encantó, el problema fue que a la jueza no le gustó”. Exultante como si acabara de ganar la presidencia, Menem jugó a mostrar como mérito el aquelarre de su poder: “Yo jerarquicé la pizza y popularicé el champagne”.

–“¡Qué linda está la residencia! Ha habido cambios –exclamó ella mientras él la ayudaba a sacarse la capa.

–Todo era un desastre y todavía nos critican. Pareciera que quieren vivir en al roña, en la suciedad –dijo él. La rapidez de la tele le impidió recordar cuando justificó la fiebre reformista en que “cuando vino a visitarme Julio Iglesias, a poco de mi ascenso al poder, en confianza me dijo: ‘Carlos, mi mucama vive mejor que vos. Ahora gracias a las refacciones, puedo mostrarla con orgullo”. Gastó poco más de 10 millones de pesos en la remodelación que incluyó un quincho con galería, sala de conferencias, caballerizas, cancha de fútbol, polígono de tiro, canchas de tenis, de paddle, de golf, un gimnasio, un helipuerto, un ring de boxeo, la pileta y el solarium. “Charlie no es que quiera seguir siendo presidente. El tema es que no se quiere ir de Olivos”, ironizó hace poco Charly García después de ofrecerle un show privado a Menem y su séquito.

El Presidente vaticinó el triunfo de Eduardo Duhalde porque “el pueblo no se va a equivocar de nuevo como en el ‘83”. Mirtha Legrand le preguntó qué va a hacer y él contestó “política, lo que he hecho toda mi vida”.

–¿En la oposición? –buscó ella la contradicción.

–No sé, no sé. Voy a procurar volver en el 2003.

Sólo matizó el tono relajado cuando se refirió a la situación del golpista paraguayo Lino Oviedo. “El general (N. de la R.: es ex general) ha incursionado en política, se le había advertido que el tema estaba vedado para él”, dijo y calificó como “un despropósito total” la actitud del presidente de Paraguay, Luis González Macchi, quien dijo “ver para creer” cuando el gobierno argentino informó que trasladaría al sur a Oviedo. Menem reiteró que “el asilo implica que no se otorga la extradición”.

–¿Está enamorado? –inquirió ella.

–¿Quién?, ¿yo? –retrucó entre sonrisas–. No... Se acuerda cuando Paris Match me adjudicó como cien mujeres.

–Es que usted es un privilegiado. Pero lo dicen por la periodista chilena que fue Miss Universo. ¿A usted le gusta?

–¿A quién no? Pregúnteles a los muchachos.

Después de chancear a la gente que estaba detrás de cámara, Menem dijo que al candidato de la Alianza, Fernando de la Rúa, “no le veo fibra para presidente”. Se enojó y llegó a decirle a la conductora que “hay que informarse bien” cuando ella leyó un mensaje de una jubilada que cobra 145 pesos y su marido no tiene atención médica. “Cuando subí yo, esa jubilada ganaría entre 15 y 20 dólares. Hay cuatro millones y medio de jubilados ¿por qué leen un mensaje? ¿Dónde llamó? –inquirió dejando al descubierto que el programa había sido grabado.

Menem repudió al juez español Baltasar Garzón que al pedir la detención del ex dictador Augusto Pinochet “intenta someter judicialmente a América Latina”. Reiteró que no viajará a Cuba. Calificó a Zulema Yoma y a María Julia Alsogaray como “mujeres excepcionales”. Menem se entusiasmó al hablar del éxito de su autobiografía: “Ya agotó 20 mil ejemplares y va por al tercera edición”. Su invitada quiso saber si lo ayudaron:–Por supuesto, si a Borges lo ayudaban también –retrucó. Por la mañana había dicho “Pude ser Cervantes y preferí ser el Quijote”.

El show había llegado a su fin. “No diga que es la última vez que me entrevista como presidente. Nos veremos en el 2003”. “Usted puede ser, yo no creo”. “Pero Mirtha, a este paso, usted va a enterrar a más de uno”, la despidió.

 

PRINCIPAL