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 “Hasta
ahora no recibí invitación. Pero si me invitan voy”, dijo Carlos Menem durante el
programa televisivo que conduce Mirtha Legrand y que se transmitió anoche por América.–¿Por qué no lo invitó (Eduardo) Duhalde?– retrucó Chiquita Legrand. –Seguramente se va a sentir más cómodo sin mi presencia. Podrá decir cosas que, por ahí, si estoy yo, no se siente cómodo –se jactó el riojano arrojando una piedra contra el acto que en pocas horas más el candidato del PJ realizará en el club preferido del Presidente, River Plate. La frase se conoció poco después de que el bonaerense anunciara que “el acto tiene previsto sólo dos oradores, Ramón Ortega y yo”. De esta manera, y a menos de 30 días de los comicios, los dos dirigentes más importante del justicialismo reanudan su tormentosa relación. Todo indica que atrás quedó esa tarde que compartieron juntos la caravana y las fotos y abrazos en Misiones cuando llegaron para apoyar al candidato justicialista local. Es historia y apenas pasaron 15 días. Es por ello que la frase de Menem que se conoció anoche, pero que en realidad fue grabada el jueves para el programa “Mirtha de noche”, puso en guardia a los hombres del bonaerense. Estos comenzaron a debatir qué harán en caso de que el Presidente se les aparezca hoy en el acto. Algunos creen que sólo se trata de “una bravuconada del riojano”. Otros, en tanto, recuerdan las palabras que el ministro del Interior, Carlos Corach, pronunció ayer durante sus habituales conferencias de prensa matinales: “No dijo nada (que no irá), de cualquier manera es el presidente del partido; no necesita invitación para ir a un acto del justicialismo, ¿o ustedes creen que es como en los casamientos, que algunos son participados, otros invitados?: no”, indicó. Pero por si acaso, Duhalde tiene previsto hablar por teléfono con Menem para saber a ciencia cierta cuál será la actitud del riojano. Es por ello que oficialmente el bunker duhaldista se juega por la ausencia del Presidente. “No creo que venga”, arriesgan al tiempo que cruzan los dedos y sostienen que lo de hoy “será un espectáculo, una fiesta del peronismo”. Fiesta o no, nadie se atreve a mostrar la lista de invitados que incluye a los gobernadores electos y los que están con mandato. De esta manera, intentan evitar la ingrata tarea de tener que justificar los faltazos, si los hubiere. Otra incógnita del acto es la cantidad de participantes. Los cálculos se incrementan minuto a minuto. Primero dijeron que esperaban la presencia de 50 mil almas, pero esta cifra luego trepó a los 80 mil. Finalmente anoche, mientras preparaban el palco en River, los más entusiastas presagiaban “la presencia de 100 mil peronistas”. Pero los indexados números de participantes que anuncian algunos de los duhaldistas son inversamente proporcionales a la brecha que, según Duhalde, achica su diferencia con Fernando de la Rúa, en cuanto a preferencias electorales se trata. El candidato justicialista dice que continúa creciendo en los sondeos de opinión y por esto arriesgó a sostener que la muestra más palpable de ello lo dan los resultados que arrojan la encuesta que ordenó realizar luego de la masacre de Ramallo. “Hemos crecido entre el 8 y 10 por ciento”, dijo Duhalde para luego recordar que el violento final que tuvo el atraco a la sucursal del Banco Nación “fue utilizado por un sector de la Alianza para perjudicarme”. Estos datos, según el candidato, se producen porque “la gente está realizando una defensa cerrada hacia el gobernador por el ataque recibido”.
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