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REPORTAJE A LEON ARSLANIAN SOBRE RAMALLO, LOS MUERTOS Y LA POLICIA
“¿Lo grave? Los gestos de Lorenzo y las palabras de Ruckauf”

El ex camarista que juzgó a los comandantes de la dictadura y ex ministro de Duhalde en la reforma policial explica el peligro de los discursos de ley y orden, dice que en Ramallo hubiera hecho solo un operativo de rutas y prefiere la seguridad de las personas antes que la del Estado.

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Por Martín Granovsky

t.gif (862 bytes) "¿En serio anuncian lluvia?", pregunta descorazonado. Es viernes a la tarde y León Carlos Arslanian sufre como peronista por el acto de Eduardo Duhalde en River. Durante una hora de charla por nada del mundo criticará a su candidato a Presidente, que como gobernador quitó el apoyo a la reforma policial que se propuso desarticular el aparato mafioso de la Bonaerense. Para el ex ministro de Justicia y Seguridad los blancos, en todo caso, tienen otros nombres: Carlos Ruckauf, candidato a gobernador por el PJ, y Osvaldo Lorenzo, su reemplazante en el cargo, que renunció después del operativo en Villa Ramallo.

--Supongamos que usted fuera hoy ministro de Justicia y Seguridad y le comunican una toma de rehenes en el banco de Villa Ramallo. ¿Qué hace?

--Primero establezco todo el dispositivo policial. Al mismo tiempo doy órdenes muy precisas, como las que di en marzo cuando fue tomada como rehén en su propia casa María Esther Ure, la abogada de Punta Chica.

--¿Cuáles fueron las órdenes de ese momento?

--Privilegiar siempre la vida del rehén.

--¿Usted mismo dio las órdenes? ¿A través de quién? ¿Llamó a la policía departamental?

--A través del secretario de Seguridad, cuando tomamos noticia del hecho bajamos las directivas al jefe departamental. Fueron claras: "Acá lo que importa es la vida de los rehenes".

--¿Fue una idea para ese momento o es un principio para cualquier caso?

--Forma parte de una doctrina.

--¿Con qué objetivo?

--Separar muy claramente el concepto de seguridad del Estado del concepto de seguridad de la personas, privilegiando la seguridad de las personas. Si la seguridad fuera solo cumplir la ley a rajatabla, siguiendo el famoso imperativo categórico de Kant de que aunque el Estado se disuelva, hasta el último delincuente tendría que cumplir la pena, llegaríamos a una concepción muy autoritaria. Preferiríamos la fuerza y la figura del Estado. Solo enviaríamos un mensaje: "Con el Estado no se jode". Y nos olvidaríamos de la vida de los ciudadanos.

--Bien, ésa es la doctrina. Pero, ¿cómo se garantiza el cumplimiento de la orden de no tirar y resguardar la vida de los rehenes? ¿Cómo se evita que un loco tire?

--Nunca se puede garantizar que un loco no tire. Lo que sí se puede asegurar es que, a partir de la responsabilidad que tienen las distintas jefaturas de los distintos cuerpos como los GEO, como los Halcón, uno puede dar órdenes eficaces, de las que sabe que serán cumplidas por la persona que las recibe. Esto tiene que ver con la selección y la identificación de recursos humanos, con tener en claro quién es quién a la hora de cubrir jefaturas. Hay que elegir a un policía experimentado y que además no tenga desvíos ideológicos respecto de la reforma policial. --O sea que, en su opinión, el jefe del GEO que participó en Villa Ramallo no reunía esas condiciones.

--(Silencio) Honestamente, no lo conozco. Hay muchos grupos GEO. Uno por cada departamental.

--Al jefe de la departamental sí lo conoce...

--Lo cambió este hombre (por Osvaldo Lorenzo) cuando llegó. Lo conozco... En fin, lo conozco.

--Al anterior lo conocía.

--Sí.

--¿Era confiable?

--Sí... En fin, no quiero entrar en este terreno. Ahora, volviendo a la situación de crisis, yo hubiera garantizado que estuviera unificado el mando.

--¿En manos de quién?

--De un jefe la departamental. La policía tiene dos grandes áreas. Una es la de prevención, que es la policía de seguridad. Las 18 departamentales, que trabajan para evitar que los delitos se cometan o para reprimirlos cuando se cometieron. La otra es la policía de investigación, que trabaja esclareciendo el hecho cuando ya se produjo. El de Villa Ramallo era un hecho en curso de ejecución. La responsabilidad clara pertenecía al jefe de departamento en cuyo territorio el hecho se produjo. Bien. Hacia él debían converger el Halcón y los Geo.

--No pasó. ¿Y el juez?

--Debió haber subsanado la falla. Desde que el juez interviene, las fuerzas policiales pasan a estar bajo su dependencia, subordinadas a él, y respetando sus órdenes. El juez obviamente no puede garantizar que no haya un desmadre, pero lo que sí debe hacer es identificar su interlocutor. Saber cuál es la persona que recibirá sus órdenes. Quién será el responsable.

--En este caso, además, no está claro si la orden fue solo "no tiren", "no tiren primero" o "no tiren bajo ninguna circunstancia".

--Bueno, un buen diagnóstico de la situación habría indicado que las variables no eran tantas, ¿no? O tomar por asalto al lugar para liberar a los rehenes, o ceder a las exigencias. Cada variable tiene un curso de acción y una respuesta posible. Así van sellándose las órdenes. Pero insisto en que debe haber un mando claro hasta para saber quién convoca a otros cuerpos como el Halcón y por qué.

--¿Un policía puede negarse a obedecer una orden ilegal?

--Sí.

--¿Por ejemplo, desobedecer la orden de disparar contra el auto?

--Sí. El último día de mi gestión en la provincia junté a los jefes departamentales y les dije: "Desobedezcan las órdenes ilegales". Yo quería neutralizar la presión que lleva hacia el gatillo fácil, la tortura y la eficacia basada en tirar unos cuentos muertos todos los días. Muchas veces les avisé que, después de esa presión, pedirían sus cabezas. O sea, ya.

--¿Usted hubiese ido al lugar?

--Claro, claro. No hubiera dirigido yo mismo las operaciones pero hubiera estado en el lugar. Por la gravedad del hecho, y porque la presencia de un jefe sobre el personal policial suele ser importante. Refirma la doctrina y da garantías. Cuando diseñamos el Ministerio de Justicia y Seguridad establecimos que de la Secretaría de Seguridad iba a depender una Subsecretaría de Coordinación, con un civil como responsable político del uso coordinado de los recursos humanos y policiales. Recién por debajo del subsecretario habría un policía como director de Coordinación. Nosotros nos manejábamos con el director y con el jefe de la Departamental, aclarando cada orden. En Villa Ramallo no funcionó esa articulación, ni la articulación con el juez.

--Secretario de Seguridad no había. Acababa de renunciar Héctor Lufrano, el ex defensor del Gordo Valor. Doctor, ¿su experiencia en el ministerio le indica que los GEOs son confiables?

--Sí.

--¿No les queda grande un operativo como el de Villa Ramallo?

--No, están entrenados específicamente para situaciones de esta naturaleza. Muchos de ellos han hechos cursos en el exterior, en los Estados Unidos...

--¿Y el grupo Halcón?

--Tiene mucha más experiencia. Más antigüedad, incluso. Como grupo de élite, está considerado entre los mejores del mundo.

--¿Hubiera mezclado GEO y Halcón?

--(Silencio) No. No era necesario tener tanta gente en el lugar. Lo que importaba era disponer para después de la salida de un buen sistema de cerrojo e intercepción de rutas. Con un grupo de élite en el lugar bastaba.

--En términos futbolísticos, hubiera marcado zona.

--Efectivamente.

--¿Hubiera llamado a la Federal?

--No. Su presencia en la provincia de Buenos Aires es normalmente casi nula.

--¿Tampoco hubiera convocado al GEOf, el GEO de la Federal?

--No, hubiera evitado al superposición. La verdad, tampoco tengo claro si al GEOf lo llamaron o concurrió espontáneamente, o concurrió porque lo mandó el secretario de Seguridad Interior (por Miguel Angel Toma). Desconozco.

--¿Por qué cree que no hay ningún disparo a las gomas, por ejemplo?

--No sé, no vi la pericia, pero también era desaconsejable disparar a las gomas, porque en la medida en que el auto iba con rehenes...

--O sea, era desaconsejable cualquier disparo.

--Era desconsejable un disparo. Al disparar, los captores podían ejecutar en el acto a los rehenes.

--¿Habría que haberlos dejado ir?

--Habría que haberlos dejado ir y haber tendido operativos de cerrojo, colocados a la distancia, discretos y sorpresivos. Es obvio que habiendo tantos policías en el lugar los delincuentes seguramente habrán evaluado la posibilidad de una encerrona. O sea que ahí, frente al banco, no había sorpresa posible. Los delincuentes no estaban con las defensas bajas. El otro gran error, en mi humilde opinión, es la duración. La decisión --cualquiera: tomar por asalto o acceder a las condiciones de los rehenes-- debió haber sido tomada en las primeras horas.

--¿No conviene cansar a los captores?

--No hay reglas, y menos si hay psicópatas o si se estimulan con cualquier cosa. Nerviosos, pueden matar a los rehenes.

--¿No jugó aquí el fantasma de la jueza María Cristina Piva de Argüelles, la que dejó ir a los captores de María Esther Ure?

--Es que para mí ella actuó bien. Yo la defendí en su momento. Si el juez Villafuerte la hubiera imitado, tal vez no hubiera habido muertos.

--En aquel momento la policía no estuvo de acuerdo con la jueza. Pero no disparó.

--Hay un tema de órdenes y de doctrina, pero también de historia y de prácticas de gatillo fácil y ratoneras.

--¿El instinto de la policía es disparar?

--Son profesionales. ¿De qué instinto me habla? Los grupos de élite están preparados para mucha tensión, desgaste, incertidumbre y alto riesgo. No se les escapa un tiro por nervios. Villa Ramallo es una cuestión de órdenes mal dadas o confusas. E insisto: faltó unidad de mando. Los grupos no pueden autonomizarse.

--¿Y los teléfonos? ¿Por qué no anularon líneas telefónicas y unificaron la interlocución?

--Fue un error grave, porque es obvio que la banda tenía apoyo externo.

--Carlos Ruckauf dijo que en Villa Ramallo hubo algo raro. ¿Está de acuerdo?

--No tengo información para concluir eso. Prefiero pensar en una ratonera o en el mando confuso. No sospecho de una conspiración.

--¿Confía en el juez Villafuerte Ruzo como investigador?

--No. Es un error que él investigue, porque él mismo pudo haber cometido errores. Debe apartarse de la causa.

--El ex camarista Ricardo Gil Lavedra dijo que todos los policías que participaron del cerrojo debieron haber sido apresados de inmediato bajo el cargo de homicidio.

--Estoy de acuerdo. Podía haberse arrestado inmediatamente a todos los policías que participaron, como primer paso en la pesquisa por homicidio. No eran tantos como para que no entraran en las comisarías de la provincia.

--¿No siente que la reforma policial es muy frágil?

--Es frágil si no se sostiene la doctrina democrática que la alienta. No se puede sacar el pie del acelerador porque entonces los nostálgicos de reacomodan. Pero a la vez la reforma es fuerte porque está apoyada en los foros de la comunidad.

--Y perdió el apoyo de Duhalde, que como mínimo la congeló la reforma cuando designó a Lorenzo.

--No lo creo. Duhalde siempre siguió hablando bien de la reforma, y veo que Carlos Soria también.

--Pero usted mismo dijo que lo discursivo cuenta. Y Lorenzo contó.

--Bueno, lo discursivo cuenta por la estructura jerárquica piramidal de la policía, que es un cuerpo obediente. Cuando hay confusión en la orden, ese cuerpo se desorienta. Y eso es letal. El punto crítico fue la combinación entre las palabras de Ruckauf y los gestos de Lorenzo.

 

"Duhalde me llamó después"

--¿Cómo vivió personalmente la masacre de Ramallo?

--Con mucha angustia. Me quedé mirando la televisión todo el tiempo, esperando el final, hasta que a las dos de la madrugada me quedé dormido. Cuando me levanté, supe que después de las cuatro el auto había sido baleado y los rehenes habían muerto. Espantoso.

--¿No habló con Duhalde?

--Sí. Me llamó después del hecho.

--¿Qué le dijo el gobernador?

--Lo más simple. Me hizo preguntas: "¿Qué opinás?", "¿Qué hacemos con esto?".

--¿Usted qué le contestó?

--Depurar y meter presos a los policías que habían participado, a resultas de la investigación posterior, revisar la responsabilidad de Osvaldo Lorenzo y del juez de la causa. Y después, consolidar la reforma.

--¿Qué respondió Duhalde?

--Me escuchó.

"Lo discursivo importa"

--Carlos Ruckauf pidió "meter bala". ¿Tiene responsabilidad en la masacre de Villa Ramallo?

--No. Pero hay que tener en cuenta que en todo el mundo hay una tensión entre dos políticas posibles: la democrática de base legal y la autoritaria. Por eso lo discursivo importa. Repercute dentro de la policía. Cuando Luis Patti planteó esquemas autoritarios, yo reaccioné porque temí que el discurso despertara en la policía ciertas tendencias que en ese momento estaban contenidas por la reforma. Las palabras de Ruckauf, después, produjeron un revulsivo similar. Y la asunción de Osvaldo Lorenzo en el ministerio generó una cierta laxitud respecto de la reforma. También me parece grave la actitud de algunos medios de prensa que denostaron a la jueza Piva de Argüelles y alimentaron en el personal policial aquellas fuerzas dormidas.

--Pero un gobierno, aunque naturalmente no controla a los medios que hacen campañas fascistas de mano dura, sí debe controlar a sus funcionarios.

--No estoy quitando responsabilidades. Doy una explicación. Lamentablemente la campaña de ley y orden es a veces la música que el personal policial quiere escuchar.

 

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