El
presidente Carlos Menem acusó ayer a la Alianza de “echar al ruedo de la
politiquería bastarda” el asilo político concedido al ex general golpista Lino
César Oviedo y volvió a asegurar que esa figura “es un instrumento sagrado del
Estado de Derecho que no merece ser objeto de venganza personal ni botín de demagogia
electoralista”. “A mí me extraña que los paraguayos desconozcan lo que firman
y me extraña del radicalismo, que ha sido la vestal del derecho y la democracia, termine
desconociendo las leyes existentes sobre la materia”, dijo el Presidente, en otro
intento de defender la decisión argentina de negar la extradición del ex militar, quien
será confinado a Ushuaia por haber violado las leyes del asilo.u Menem les preguntó
“a los difamadores que hablan de pactos o segundas intenciones, qué hubiera sucedido
si los países que generosamente resguardaron la integridad física de figuras
fundamentales en el combate contra la última dictadura militar, o casi medio siglo atrás
la del general Perón, se hubieran apartado del respeto a la esencia del derecho al asilo
político, dejándose llevar por opiniones o evaluaciones asentadas en los odios,
acusaciones y disputas irreductibles del instante”.u El riojano también criticó la
actitud del ex presidente Raúl Alfonsín porque en un principio se pronunció a favor del
asilo a Oviedo “y después parece que dio una voltereta en el aire y se puso de la
vereda de enfrente”.u José Estabillo, gobernador de Tierra del Fuego insistió en
que “cualquier intento de actividad política de Oviedo que viole las normas de asilo
político brindadas por nuestro país, será inmediatamente denunciado
públicamente”. En la provincia, mientras tanto, crece el rechazo de la clase
política y de las organizaciones no gubernamentales a la presencia del ex militar
paraguayo. Al decreto del intendente de Río Grande, el aliancista Jorge Colazo, en el que
declaró a Oviedo “persona no grata”, se sumaron las declaraciones del dirigente
radical Alejandro Vernet. “Espero que Tierra del Fuego no se convierta en un basurero
de dictadores”, dijo, mientras la Asociación Trabajadores del Estado criticó al
gobierno fueguino por “arrodillarse ante el poder de Menem” y fuentes gremiales
adelantaron que estudian la posibilidad de organizar “una marcha de repudio ante el
inminente arribo de Oviedo a la provincia”. La Red Patagónica de Organizaciones
Sociales por los Derechos Humanos, por su parte, se agregó a la ola de rechazos al
asegurar que la Patagonia “no quiere ni un basurero nuclear ni un basurero de
políticos” y señaló que “el lugar donde debe estar Oviedo es en la
cárcel”.u Federico Pinto Kramer, abogado de Oviedo, aseguró ayer que no le
extrañaría “en lo más mínimo” que si el candidato presidencial de la
Alianza, Fernando de la Rúa, gana las elecciones “lo agarra al señor Oviedo y lo
pasa a la Justicia”, pero consideró un “slogan meramente electoralista” la
promesa de De la Rúa de echar a Oviedo del país el 11 de diciembre. De la Rúa había
dicho el viernes que “Si el 10 de diciembre Oviedo sigue en la Argentina, el 11 se va
porque en mi gobierno, el país no va a ser refugio de golpistas”.u Sobre ese tema,
Menem consideró que “habrá que ver si el general Oviedo se queda hasta el diez de
diciembre y si Fernando de la Rúa está en condiciones de echarlo sin violar los acuerdos
que existen a nivel internacional sobre esta materia”. u También cuestionó al
gobierno paraguayo por mantener una “actitud muy de enfrentamiento” con su par
argentino y dijo que no cree que las diferencias entre ambos países en torno del tema
Oviedo se solucionen a partir del cambio de gobierno. “Los hijos del difunto
vicepresidente del Paraguay Luis María Argaña, que son funcionarios del gobierno
paraguayo, dijeron barbaridades de mi persona y de mi investidura que le pertenece al
país y no tan sólo a los justicialistas sino también a los radicales”, se quejó
el Presidente. |