Por Elio Brat Desde Neuquén Las elecciones de hoy en
Neuquén tienen un ingrediente poco común en esta provincia: el nombre del ganador no
está cantado. La tradición de cuatro décadas manda que el nuevo gobernador sea
consagrado de hecho cuando terminan las internas del Movimiento Popular Neuquino, y que el
día de votación no produzca sobresaltos. La Alianza neuquina piensa que este domingo
puede terminar con los cuarenta años de dominio del partido fundado por el gobernador
saliente, Felipe Sapag.La fórmula de la oposición, el frepasista Oscar Massei y el
radical Rodolfo Popo Quezada, confían en una fuerte polarización
que, afirman, les da un empate técnico entre la Alianza y el partido
provincial. El candidato oficialista, Jorge Omar Sobisch, insiste que estamos
ganando por más de 30 puntos en toda la provincia y hasta dobla la apuesta:
La diferencia es tan grande que vamos a consagrar las dos diputaciones nacionales
que están en juego. Su segundo en la fórmula, un político que lleva el apellido
más influyente en la historia neuquina, Jorge Sapag, coincide con quien fuera gobernador
entre 1991 y 1995, época en que lo acompañó como su ministro de Gobierno y Justicia. Y
agrega que decir que el MPN y la Alianza estamos cabeza a cabeza es una burda
operación de prensa. Esta tarde, apenas una o dos horas después de cerrado el
comicio, se sabrá quién tiene razón. Estas diferencias tan marcadas en la
interpretación del humor de los neuquinos tiene su historia. En la campaña, a Oscar
Massei le costó muchísimo despegarse de su propia confesión de que el MPN nos
lleva (a la Alianza) 30 puntos de ventaja. Lo dijo en mayo, a días de la elección
interna del MPN que consagró a Sobisch por sobre el sobrino de Felipe Sapag (y hermano de
su compañero de fórmula), el senador Rodolfo Pipe Sapag.Eso nos
despertó e hizo que duplicáramos nuestro esfuerzo hasta llegar a este momento, donde
tenemos a un virtual empate técnico, con posibilidades ciertas de ganar, explicó
Massei a Página/12. El oficialismo interpreta las cosas de otro modo: los más allegados
al candidato Sobisch dicen que ése fue un rapto de sinceridad que demuestra la
realidad. Decir ahora lo contrario es creer en los milagros y en política eso no
existe.Lo cierto es que desde ese momento, las huestes aliancistas no dejaron de
atraer para su molino toda disidencia entre los seguidores de los ya hace más de ocho
años enfrentados Felipe Sapag y Sobisch. Es que son muchas las heridas abiertas dentro
del MPN por las tres últimas elecciones internas, dos ganadas por Sobisch al hijo (1991)
y al sobrino de Felipe (1999), y una ganada por el viejo caudillo (1995), que lo llevó a
su actual mandato. No por casualidad Carlos Chacho Alvarez -.quien en el
último mes estuvo tres veces en Neuquén junto a su compañero de bancada Oscar
Massei dijo a la prensa local que para ganar esta provincia hay que contar con
los votos del MPN. En coincidencia con estos esfuerzos de la Alianza, en los
últimos veinte días el mensaje principal de Sobisch fue hacia su frente interno,
buscando evitar una fuga de votos entre los 103.000 afiliados del mayor partido provincial
del país. El candidato no logró que su principal opositor, Felipe Sapag, hiciera ningún
gesto ni participara en ningún acto de su campaña. El veterano político apenas declaró
que yo voy a votar por los candidatos de mi partido. Antes, se había sacado
una foto en la Casa de Gobierno con el candidato a presidente Fernando de la Rúa
(le deseo mucha suerte como próximo presidente de los argentinos) y con el
mismísimo Massei. La tercera fuerza política neuquina, el justicialismo, se apresta a
vivir una de las derrotas más duras de su historia de la mano de su candidata, la
ultramenemista Norma Miralles de Romero. La actual diputada nacional salió a la palestra
nacional cuando dijo no sólo estar a favor de la pena de muerte, en coincidencia con el
pensamiento presidencial, sino que ésta debería cumplirse con sufrimiento
previo, como en la Edad Media. Miralles de Romero fracturó el PJ local cuando se
negó a llamar a internas para elegir la fórmula y se autoconsagró candidata en un
congreso del Consejo Provincial partidario que ella misma preside. Muchos son los
observadores que le dan a lista justicialista apenas un diez por ciento en el total de los
sufragios cuando empiece el recuento de votos esta tarde. Los neuquinos sienten que
entraron en una época diferente, sin el liderazgo político indiscutido y monolítico de
los últimos cuarenta años. La suya es una provincia marcada por la pueblada de
Cutral-Có y, sobre todo, la de Plaza Huincul de abril de 1997, en la que cayó asesinada
la trabajadora doméstica Teresa Rodríguez. Neuquén vive una fuerte resistencia al
ajuste por parte de gremios estatales como ATE y los docentes de ATEN, que siguen
reclamando en ruidosas manifestaciones (varias veces violentamente reprimidas) la
recuperación en sus salarios del 20 por ciento que por zona desfavorable se les quitó
hace más de 40 meses. La elección de hoy no es una de tantas.
Siete candidatos las fórmulas de Jorge Sobisch/Jorge Sapag, del Movimiento Popular Neuquino,
de Oscar Massei/Rodolfo Quezada, por la Alianza (Frepaso, UCR, PSP, DC, PI y otras
fuerzas), y Norma Miralles/Hugo Gonçalvez, del Partido Justicialista, se le suman en la
carrera por la gobernación de Neuquén otras cuatro fórmulas, todas de izquierda. El
Frente para la Resistencia se presenta con la fórmula Jesús Escobar/Paula Sánchez,
ambos dirigentes de la Corriente Patria Libre. El ex dirigente de la UOCRA neuquina y
miembro del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) Héctor Etchebaster vuelve a
presentarse, esta vez como candidato a gobernador de Izquierda Unida. Lo acompaña Elías
Ortega, del PC neuquino. Los candidatos del Partido Obrero son Alberto Vidal, acompañado
por la dirigente de los docentes universitarios del Comahue Silvia Mansilla. Y,
finalmente, el Partido Humanista lleva como candidata a Lidia Velázquez, con Miguel
Zorzit de vice. El padrón electoral de Neuquén suma 283 mil votantes, casi 20 mil más
que en la última elección, en 1997. Además de gobernador y vice, este año se eligen
dos diputados nacionales, 35 legisladores provinciales y 32 intendentes. |
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