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Por David Cufré Desde Washington
El encuentro se extendió por algo más de una hora. Aunque Machinea y Ter Minassian remarcaron ante este diario que fue un diálogo informal, "para intercambiar ideas", como describió la economista italiana, en los hechos marcó el puntapié inicial de la negociación del nuevo acuerdo entre el FMI y la Argentina, en caso de que la Alianza finalmente se imponga en las elecciones. Hubo un tema preponderante: el control del déficit fiscal. Los funcionarios del FMI insistieron en que el próximo gobierno debe ajustarse al compromiso de que ese desequilibrio no exceda los 4500 millones de pesos, tal como establece el proyecto oficial de Presupuesto del 2000. "Estamos de acuerdo en la necesidad de reducir el déficit fiscal. Pero eso no se puede hacer de cualquier manera. Es especial, no aceptamos la idea de aumentar impuestos, porque es anticompetitivo", afirmó Machinea, en una clara respuesta a la sugerencia que anteayer había lanzado Raichmann, deslizando que "podría llegar a ser necesaria una suba de impuestos". En cambio, el economista de la Alianza admitió que "la reducción del déficit vendrá de la mano de un menor gasto público, logrando que sea más transparente, y del recorte de algunas partidas". A la par del ajuste que anticipa si llega a ministro, Machinea señaló que "hará falta combatir frontalmente la evasión, y para eso pensamos en darle mayor poder a la DGI e impulsar la creación de un fuero judicial tributario, encargado únicamente de las causas impositivas". Además de la lucha contra la evasión, el economista se manifestó a favor de "la generalización del IVA y la eliminación de algunas exenciones en el impuesto a las Ganancias". Esto formará parte de la batería que prepara la Alianza para tener bajo control las cuentas fiscales. "Estuvimos hablando detalladamente sobre el nuevo proyecto de coparticipación federal", indicó Machinea. Como anticipó este diario, los funcionarios del FMI estaban especialmente interesados en tratar este tema, debido a que consideran central que se revea la relación entre la Nación y las provincias. Ter Minassian asegura que "los gobernadores gastan mucho y mal", y que el déficit fiscal de las provincias termina complicando al gobierno central. Por eso promueve que la nueva ley de coparticipación imparta premios y castigos para desalentar el desborde del gasto público en el interior. "No hablamos del tema del financiamiento", le dijo Machinea a este enviado cuando le preguntó sobre uno de los temas candentes de la relación entre el FMI y el futuro gobierno. --¿Pero la Alianza va a pedir un desembolso de 10 mil millones al FMI o buscará cubrir sus necesidades de financiamiento en los mercados de capitales? --El financiamiento debe venir de todos los organismos internacionales (FMI, Banco Mundial y Banco Interamericano) y de los mercados --precisó Machinea--. En qué proporción, no lo sé. Eso lo veremos cuando tengamos totalmente definido el programa de gobierno. Se lo presentaremos a los argentinos y recién ahí nos sentaremos a discutirlo con el Fondo. Ese punto aún es materia de discusión en el equipo de la Alianza. La opción del desembolso directo de fondos es vista por Machinea como una buena forma de resolver de entrada la cuestión del financiamiento. La Argentina necesita que le presten 24 mil millones en el 2000. Sin embargo, a él le preocupa que esa demanda de recursos sea interpretada por los inversores como una señal de debilidad de la economía argentina. Finalmente, expuso algunas de sus ideas en materia laboral. Dijo que les interesa "extender el período de prueba de los trabajadores", que pasaría de los actuales 30 días a tres meses. Además, señaló que quieren "impulsar la descentralización de las negociaciones", que pasarían de ser comandadas por las conducciones nacionales de los sindicatos, a un diálogo directo de las empresas con sus empleados. "Este tema influye sobre la competitividad de la economía, que es un aspecto fundamental que debemos resolver", concluyó.
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Loser le respondió así al director del Departamento de Investigaciones del FMI, Michael Mussa, quien el miércoles aseguró que la Argentina podría disponer de un crédito por 10 mil millones, a tomar mediante la firma de un Acuerdo de Facilidades Extendidas. Por su parte, Roque Fernández señaló que "la mejor estrategia es tener siempre disponibles los fondos del FMI, pero no hacer uso de ellos. Mientras la Argentina tenga acceso a los mercados, es recomendable que use esa vía". El ministro ofreció ayer aquí una conferencia ante banqueros y empresarios estadounidenses. Relajado, contestó preguntas sobre el panorama fiscal argentino, la competitividad y la reforma laboral. Este último fue un tema sobre el que insistieron los empresarios. A menos de tres meses de abandonar su cargo, el ministro decidió darse algunos gustos. Sostuvo que "Carlos Menem no utilizó todo su poder para conseguir cambios serios" en materia laboral. También se refirió a Graciela Fernández Meijide, quien en el mismo ámbito afirmó hace algunas semanas que "no hay consenso para una reforma laboral". "No crean el ciento por ciento de lo que dicen los políticos en campaña", aconsejó Roque.
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