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“Lo de Letelier fue terrorismo internacional”

Alejandra Matus es la autora de “El libro negro de la justicia chilena”. Por esa razón, vive exiliada en Miami. Recientemente entrevistó al ex fiscal de la causa por el asesinato del ex canciller Orlando Letelier en Washington. En Chile nadie se animó a publicar el reportaje, que aquí Página/12 ofrece a sus lectores.

El ex canciller socialista Orlando Letelier.
Fue muerto por la DINA en Washington junto a su secretaria.

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Por Alejandra Matus
Desde Miami

t.gif (862 bytes) A sus 54 años, Lawrence Barcella es un prestigioso abogado de la firma Paul, Hastings, Janofsky and Walker en el exclusivo centro de Washington. Es un especialista en delitos de "cuello blanco" que cuenta entre sus clientes al controvertido banco BCCI. Cuando Barcella tenía poco más de 30 años y trabajaba en las oficinas de la Procuraduría General, le correspondió supervisar las pesquisas por el asesinato del ex canciller Orlando Letelier y de la estadounidense Ronnie Moffitt, en su rol de superior del perseverante fiscal Eugene Propper. Diez años después abandonó el puesto para ejercer privadamente, pero nunca se desprendió del caso. A fines del año pasado, tras la detención del senador vitalicio en Londres, escribió una columna en el influyente Washington Post, que motivó la reapertura del expediente y la designación de un grupo especial de fiscales para indagar la presunta responsabilidad del ex dictador chileno en el atentado.

--¿Qué significó el caso Letelier en su vida?

--Una inmensa marca. El asesinato de Orlando Letelier y Ronnie Moffitt fue el primer acto de terrorismo internacional que ocurrió en nuestra capital nacional. Su investigación y juzgamiento fue, por cierto, una tremenda experiencia de vida.

--"A menos que Pinochet creyera que había un ángel viajando por el mundo y asesinando a sus enemigos, es inconcebible que no supiera lo que estaba pasando", fue una de sus afirmaciones en Madrid. ¿Usted todavía sostiene que el general Pinochet ordenó matar a Letelier?

--Ese es ciertamente mi más fuerte convecimiento. Se me preguntó bajo juramento si yo creía que el general Pinochet ordenó el crimen, y yo dije que ésa era mi convicción a fina de los '70 y todavía lo es.

--¿Por qué no inculparon ustedes a Pinochet en su tiempo?

--Porque no pudimos reunir las suficientes pruebas legales.

--¿Cuál fue, de acuerdo con su experiencia como fiscal investigador en el caso Letelier-Moffitt y con lo que sabe hasta hoy, el rol que jugó el general Pinochet en ese atentado?

--Hay que distinguir entre dos grupos de apreciaciones. Uno, corresponde a las evidencias que legalmente pueden constituir prueba en un juicio. El otro, al sentido común. La prueba admisible que reunimos durante nuestra investigación nos permitió llegar hasta Contreras. Había otras piezas sueltas que cierta y fuertemente apuntaban al inculpamiento del general Pinochet, como la persona que dirigió y ordenó el asesinato. Pero si recuerda la situación, hacia fin de los '70 y comienzos de los '80, era realmente difícil para nosotros obtener cualquier evidencia del gobierno chileno. No obstante, existe todo un volumen de conclusiones lógicas y de sentido común que se desprenden de la información reunida en el caso, como que la DINA fue una creación del general Pinochet y que Contreras respondía directa y solamente ante él. Que ambos se reunían prácticamente todos los días, como primera actividad de la mañana, para analizar lo que la DINA estaba haciendo y lo que iba a hacer. La idea de que el general Contreras y la DINA hubieran ordenado y ejecutado una operación de la magnitud que significó el atentado contra Orlando Letelier, en Estados Unidos, sin la autorización y aprobación del general Pinochet es irrisoria. ¡Es ridícula! Algo así simplemente no hubiera ocurrido.

--Entiendo que usted ha estado colaborando con Mark Richard (el asistente para el área criminal del procurador general del país en el Ministerio de Justicia), quien supervisa esta nueva fase de la investigación.

--No directamente con él, pues él es un alto funcionario del Departamento de Justicia que sólo supervisa, pero sí los empleados de la Procuraduría General y de Justicia que trabajan en el caso han estado llamándome para pedirme asistencia y hacerme preguntas como si recuerdo cosas que hicimos durante nuestra investigación, y yo he tratado de otorgarles cualquier asistencia que pueda.

--¿Cuál es su opinión de Mark Richard? ¿Cree que él llegará hasta el final?

--El es un funcionario de carrera en el Departamento de Justicia. Un hombre de tremenda experiencia, integridad y alguien que, en mi experiencia, siempre ha estado por encima de los criterios políticos, que conforma sus opiniones y sólo se deja conducir por los hechos y la ley.

--¿Usted cree que su equipo podrá reunir las pruebas que ustedes no pudieron hace 25 años?

--Espero que sí. Ahora hay evidencia disponible a la que antes no tuvimos acceso. Chile es un lugar completamente diferente hoy de lo que fue hace veinte años. Los chilenos siempre han sido gente maravillosa, honesta y con un gran sentido de justicia. Ahora tienen mucha más libertad, y espero que las personas que tenían pruebas hace 20 años, pero que no las entregaron por temor o porque no podían, hoy se sientan libres de hacerlo.

--¿Usted cree posible que Estados Unidos pida la extradición de Pinochet, si Richard encuentra suficientes evidencias para inculparlo?

--Es mi deseo que si el Departamento de Justicia encuentra suficiente evidencia legal, lo procesará, pedirá y obtendrá su extradición. Francamente, creo que si tiene los elementos suficientes, lo hará.

--¿Qué pasa con los demás agentes comprometidos? ¿Es posible insistir en las extradiciones de Contreras y Espinoza?

--Recuerde que nosotros pedimos la extradición de ambos a fin de los '70 y que ésta fue rechazada por la Corte Suprema. No puedo responder si sería apropiado pedir su extradición de nuevo. Ciertamente, lo que yo trataría de hacer es obtener la información que ellos puedan poseer, tratar de obtener su testimonio veraz, tanto si son extraditados como si no.

--La prensa internacional ha estado informando sobre los intentos de Chile de negociar con España e Inglaterra para enviar a Pinochet de vuelta a Chile. Paralelamente, el Departamento de Estado siempre ha respaldado la postura del gobierno chileno en este caso. ¿Se cruzarán criterios políticos superiores en esta nueva fase del caso Letelier?

--Yo espero que los criterios políticos no se impongan sobre los judiciales, pero una extradición es, de hecho, un proceso tanto político como judicial. En nuestro sistema, primero se siguen los procedimientos judiciales de rigor, pero en última instancia es algo tiene que ser resuelto por las instituciones políticas. Desafortunadamente, la política siempre puede interferir. Pero, como he dicho, creo que hay una gran diferencia entre la petición española y un eventual requerimiento de Estados Unidos si se reúnen las pruebas suficientes. Los españoles están buscando la extradición por violaciones a los derechos humanos contra ciudadanos españoles y otras personas ocurridas en territorio chileno, durante el régimen de Pinochet. Pero el crimen de Letelier, aunque ordenado y dirigido desde Chile, ocurrió fuera de ese país, en Estados Unidos. Es un caso muy distinto al español. Es el clásico caso de extradición. Si la evidencia existiera, la petición estadounidense sería mucho más fuerte y simple que la española.

 

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