Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


MENEM ASEGURO A LOS SINDICALISTAS VOZ Y VOTO PARA MANEJAR 400 MILLONES
Entre hoyo y hoyo, la gran promesa

Página/12 pudo establecer que ayer, durante un partido de golf, Carlos Menem garantizó a los sindicalistas un decreto que les reserva tres puestos en la administración del dinero regular y especial de las obras sociales por los próximos cuatro años. El período coincide exactamente con todo el mandato del gobierno que sucederá al de Menem.

na03fo03.jpg (7810 bytes)

Rodolfo Daer, jefe de la CGT.
Cumplirá un viejo anhelo.

na03fo04.jpg (7671 bytes)

West Ocampo, de Sanidad.
Ocuparía uno de los lugares.

na03fo05.jpg (8162 bytes)

Luis Barrionuevo, la llave.
Siempre haciendo de puente.


Por Diego Schurman

t.gif (862 bytes) Carlos Menem hizo conocer el compromiso cuando avanzaba hacia el décimo hoyo del Club Armenio. “De acá me voy a firmar el decreto”, dijo el Presidente. A los sindicalistas Luis Barrionuevo y Carlos West Ocampo se les iluminaron los ojos. Poco les importó el cielo plomizo que amenazaba con interrumpir la partida de golf. No era para menos. El Presidente daba el último paso para dejar en manos de la CGT el manejo de los 400 millones de dólares que se originan de la recaudación anual de las obras sociales.
El decreto, que se conocerá en el transcurso de esta semana, incorpora a tres sindicalistas en el directorio de la Administración de Programas Especiales (APE), la encargada de la redistribución de los fondos de las obras sociales. West Ocampo, titular del gremio de Sanidad y jefe de prensa de la CGT, es uno de nombres cantados para ocupar uno de esos tres lugares.
Las negociaciones para recuperar el manejo de los fondos comenzaron hace meses. Pero se aceleraron la semana pasada, durante un encuentro reservado en la sede del sindicato mercantil en el que participaron el dueño de casa, Armando Cavalieri, el gastronómico Luis Barrionuevo, y José Luis Lingieri, titular de la Superintendencia de Salud.
Se trata de un viejo anhelo sindical. Durante años, la CGT manejó ese dinero a través de la Administración Nacional del Seguro de Salud (ANSSal). Por imposición del Banco Mundial ese organismo se transformó en la Superintendencia de Salud, que rápidamente fue cooptado por los sindicalistas. Pero las presiones del organismo internacional le quitaron a la Superintendencia la posibilidad de distribuir dinero. Esa potestad quedó exclusivamente para la APE.
El fondo de 400 millones de dólares se compone del 10 por ciento de los aportes de trabajadores y empresarios. La mitad se redistribuye automáticamente entre todas las obras sociales para compensar
a las más deficitarias. Los otros 200 millones de dólares se reparten de acuerdo a las demandas de servicios de alta complejidad, trasplantes y atención a portadores de sida. Pero al realidad indica que esa asignación es discrecional y responde a intereses políticos.
En la actualidad el APE, que depende del Ministerio de Salud, está presidido por Carlos “Gato” Lapadula. La incorporación de los sindicalistas al directorio, que se convertirá en tripartito ya que también participará el empresariado, le permitirá a la CGT no sólo el manejo del dinero sino una cuota importante de poder. Es que el decreto prevé una duración de cuatro años en los cargos. Así, el APE será una fuerza de choque para negociar, desde una posición de privilegio, con las autoridades nacionales que surjan de los comicios de octubre.
La decisión de Menem responde a dos objetivos: asegurarse el respaldo de sus amigos gremialistas ante la eventualidad de un gobierno de la Alianza y acallar los reclamos de la CGT por una deuda de 1000 millones que el Gobierno mantiene con las obras sociales sindicales y el PAMI.
El compromiso del Presidente de estampar su firma en el decreto fue celebrado por toda la dirigencia sindical.
El primer gesto de agradecimiento provino de West Ocampo y Barrionuevo, quienes se dejaron vencer al golf a pesar de las continuas “papas” –como se dice cuando se malogra un golpe– de Menem.
Alberto Kohan también demostró la misma generosidad. El secretario General de la Presidencia es uno de los pocos que, según sus propias palabras, no se deja ganar ni siquiera por su jefe. Pero esta vez creyó conveniente no empañar la fiesta cegetista. Lo mismo habrá considerado Jorge De Luca, profesor de golf de Menem.
Los festejos continuaron a las dos de la tarde con un asado monumental servido para una treintena de dirigentes sindicales. Por allí se vio de buen talante al titular de la CGT, Rodolfo Daer, quien hace días fue internado de urgencia por una dolencia cardíaca. También se paseaba sonriente Cavalieri, el petrolero Antonio Cassia, el mecánico José Rodríguez, el estatal Andrés Rodríguez, el telefónico Rogelio Rodríguez, Oscar Mangone, de Gas del Estado, y el bancario Juan José Zanola, entre otros.
Todos se entretuvieron con los chistes de Armando Gostanian, un íntimo del Presidente que tiene casa propia en el Club Armenio. En esa casa, según se escucha en los mentideros políticos, podría alojarse Menem cuando el 10 de diciembre se aleje del poder.
Gostanian no fue la única figura emblemática del menemismo que se hizo presente. Jocoso y acompañado por una joven señorita, se mostró el titular del PAMI, Víctor Alderete. Y muy cerca de él hicieron lo propio los sindicalistas Domingo Petrecca y Reynaldo Hermoso, dos barrionuevistas de al primera hora que también integran el directorio de la obra social de los jubilados.
El Club Armenio está en el kilómetro 42,5 del ramal Pilar de la ruta Panamericana. Es un predio exclusivo donde habitualmente Menem aterriza para jugar partidas de golf. El terreno contiguo pertenece a Higland, otro country donde frecuentan personalidades del poder y donde el ministro del Interior, Carlos Corach, y el ex ministro de Obras y Servicios Públicos Roberto Dromi, tienen casa propia.

 


 

EL PRESIDENTE PRESENTO SU LIBRO Y ANUNCIO QUE CONTINUARA
El universo de Menem y Neustadt


Por Luis Bruschtein

t.gif (862 bytes) Un Bernardo Neustadt con su tradicional bronceado de lámpara y de impecable traje negro, vital pero algo encogido por los años, presentó ayer el libro testimonial del presidente Carlos Menem Universos de mi tiempo. O sea que el veterano periodista fue el encargado de presentar el universo menemista, que por otro lado estaba muy bien representado en el salón del Palais de Glace donde el Presidente aprovechó para despedirse a medias: “Mi tarea está inconclusa –advirtió– y por eso voy a continuar, no les quepa la menor duda”.
“Antes de morir, Emilio Perina me dio la idea de hacer este libro -recordó Menem– y me dijo que lo presentara en 1999 antes de abandonar la Presidencia, que sería un gesto de valor.” El síntoma más claro de los pocos meses que le faltan para dejar el gobierno fueron los pocos políticos de primera línea que se encontraban en el salón. Y tanto en sus palabras como en las de Neustadt hubo más de una nota quejumbrosa por el oportunismo de los que les dieron la espalda. En estos casos, la soledad del poder no es nada comparada con la que viene después. Ya en la recta final, el Presidente toma nota, más que nunca, y con cierta amargura, de los que siguen en el barco.
Allí estaban los más fieles. Pepe Parada se sacó algunas fotos con Carlos Spadone y Armando Gostanian, mientras en otra parte del salón Víctor Bo aguardaba no muy lejos de Amadeo Carrizo y Horacio Ferrer. El Tula no perdió ocasión de hacer la “V” cerca del periodista Pedro Olgo Ochoa. Y una Matilde Menéndez casi adolescente, muchísimo más joven que varios años atrás, hacía bromas en un grupo muy animado. La modista Elsa Serrano se mantuvo discretamente a un lado, un poco más atrás de Adelina Dalesio de Viola, y Julio Mahárbiz se paseó por el salón mientras Pacho O’Donnell –autor del prólogo titulado “El gran transformador”– departía con Daniel Scioli. Había señores de traje y corbata y señoras de traje sastre, algunos desconocidos y otros amigos del Presidente, como el coronel Simón Argüello, que fue el oficial jefe del conscripto Carlos Menem.
Gloria Rodrigué, editora de Sudamericana, indicó que el libro forma parte de una colección con títulos similares sobre Gorbachov, el Rey de España y el papa Juan Pablo II y anunció que Universos... ya agotó las tres primeras ediciones a poco de llegar a las librerías.
Neustadt fue muy elogioso y le agradeció a Menem muchas cosas, pero sobre todo “haber conseguido en la Argentina la palabra que más amé y que menos conocí: el crédito”. Primero había destacado el coraje civil que significaba estar allí. “Cuando dije que iba a estar en este acto, muchos me advirtieron que iba a quedar pegado con Menem y yo les respondí que iba a quedar pegado con la historia. Gracias Presidente Menem por dejarme formar parte de la historia.” Fue un gesto de modestia, porque en realidad, no será solamente por este acto que Neustadt quede pegado en la historia.
Menem agradeció a la señora Rodrigué, a O’Donnell y a Daniel Herrendorf, “que desgrabó más de cien horas de charlas”. Pero al que más agradeció fue a Neustadt, a quien definió como “el mejor periodista de las últimas décadas”. Y reconoció que “la prédica de Bernardo fue una de las que yo tuve en cuenta para iniciar la transformación del país”. El mismo Neustadt había que dicho que no lo votó en el ‘89, cuando Menem hablaba de salariazo y revolución productiva: “Tenía terror de que llegara a ser presidente y todavía me sorprende lo que hizo en su gobierno”. Una sorpresa parecida, pero al revés, de la que tuvieron los que lo votaron.
La única crítica que concedió Neustadt, luego de aclarar que “hasta Beethoven dejó una sinfonía inconclusa”, fue por no haber dejado “apóstoles”, como que no confía mucho en Eduardo Duhalde, Palito Ortega o Carlos Reutemann. Menem, entre vivas y gritos de “pegue Carlos”, tampoco los nombró, parafraseó por única vez a su “maestro y numen, el presidente Juan Perón” y dijo que el mejor apóstol que dejaba era el pueblo. Pero,como si el apostolado popular definitivamente no lo convenciera jugueteó en dos o tres oportunidades con su regreso. Cuando hizo el cálculo de sus 19 años en el poder, aclaró que no contaba los que estaban por venir y allí amenazó con “retornar para finalizar la tarea inconclusa”. Al finalizar, el universo menemista se le fue encima. Una tromba de señoras rubias con peinados raros se acercó para que les autografiara el libro. Entre los apretujones de tanta señora, Neustadt sonreía, como si en Universos de mi tiempo de Carlos Menem se hubiera hecho realidad su propio sueño, el universo de su famosa Doña Rosa.

 


 

A María Julia ni Duhalde la quiere

El candidato del PJ dijo que no la tendría ni un día en su gabinete, diferenciándose nuevamente del gobierno. Silencio en la Rosada.

Diferencia: No es la primera vez que Duhalde se diferencia de los funcionarios menemistas. En otras ocasiones criticó a Corach, Alderete y Roque Fernández.

María Julia Alsogaray, una funcionaria favorita del Presidente.
Una investigación televisiva desató sobre ella un vendaval de críticas.

na02fo01.jpg (9796 bytes)

t.gif (862 bytes) Eduardo Duhalde se diferenció nuevamente del Gobierno al asegurar que no tendría “ni un día” en su gabinete a una funcionaria como María Julia
Alsogaray. El candidato del PJ habló luego de conocerse el incremento patrimonial de un integrante de esa cartera y al que la secretaria de Recursos Humanos defendió denodadamente. En el Gobierno, en cambio, optaron por hacer un silencio de radio sobre el tema. Y hasta el propio presidente Carlos Menem, quien siempre salió en defensa de la ingeniera, evitó cualquier tipo de pronunciamiento.
Duhalde ya había mostrado distancia de Alsogaray en otras oportunidades. La manera en que la funcionaria afrontó los incendios de Bariloche fue una de ellas. Ahora el gobernador bonaerense volvió a la carga. “No estoy de acuerdo en al forma en que se ha manejado”, señaló.
María Julia defendió a rajatabla al titular del Instituto Nacional del Agua (INA), Mario de Marco Naón, sospechado de haber incrementado ostensiblemente su patrimonio. En una investigación del Canal 13 se informó, además, que Naón se contrató a sí mismo para brindar un servicio a la Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable (ver nota aparte).
Duhalde también se refirió puntualmente a Naón. Dijo que “de ser cierto, porque eso hay que comprobarlo y hay que darle derecho a réplica, son los funcionarios que tendrían que estar presos”. De paso, remarcó que una situación similar nunca se produciría en la provincia de Buenos Aires ya que “todos los organismos de control están en manos de la Unión Cívica Radical”.
No es la primera vez que Duhalde se diferencia de los funcionarios menemistas. En este año se quejó duramente de Carlos Corach por el cronograma electoral. Desde el Ministerio del Interior se dio el okey para que las elecciones provinciales se hicieran en distintas fechas, impidiendo así que los candidatos provinciales puedan trasladar el apoyo local al postulante justicialista. Duhalde fue crítico en muchas oportunidades con la ortodoxia demostrada por el ministro de Economía, Roque Fernández.
También habló pestes del titular del PAMI, Víctor Alderete, sobre quien dijo que tendría que renunciar a su cargo. La diferenciación con la administración menemista también se dio por vía indirecta. La mujer de Duhalde, Hilda “Chiche” González, una vez señaló que ella no invitaría ni a Guillermo Coppola ni a Diego Maradona a la residencia presidencial, justo después de que Menem los recibiera en Olivos.
Lo más curioso ayer fue, sin embargo, el silencio de Menem. Cada vez que María Julia fue blanco de denuncias el Presidente salió en su defensa o se mostraba junto a ella en una demostración de respaldo político. Ayer eso no sucedió. Es más: la funcionaria tenía participación para asistir al Palais de Glace, a la presentación del libro con la biografía de Menem (ver nota aparte), pero pegó el faltazo.
En la Casa Rosada son contados los funcionarios que defienden a la ingeniera y más los que la tienen en la mira. Pero como saben que es una “debilidad” del Presidente nadie se animó a decir una sola palabra. Apenas se escuchó una declaración del titular de la Oficina de Etica Pública, Luis Ferreira, quien no descartó iniciar un sumario –pero no contra María Julia sino contra Naón– si se demuestran irregularidades.

 

Chacho quiere investigar

Carlos “Chacho” Alvarez anunció ayer que la Alianza designó un “equipo especializado” que se encuentra recolectando información sobre presuntas irregularidades en la gestión de María Julia Alsogaray. “Para apurar los tiempos, estamos trabajando para entregarle a la Justicia las pruebas que transformen la condena social de los responsables de la corrupción menemista, como María Julia Alsogaray, en sanción efectiva”, señaló el jefe del Frepaso. “La sociedad no quiere impunidad, no quiere que estos personajes se vayan del país a vivir de la plata del pueblo, quiere ver entre rejas a los corruptos”, añadió Alvarez. Y recordó las denuncias contra el titular del Instituto Nacional del Agua (INA), Mario de Marco Naón, quien depende de la Secretaría de Recursos Naturales que dirige María Julia. La comisión especial está integrada por los legisladores del Frepaso Nilda Garré, Jorge Giles y Rafael Flores. La Alianza ya presentó ocho pedidos de informe sobre la gestión de Alsogaray y el lunes radicó una denuncia ante la Justicia.


Elogios en lo de Mirtha

Ya era el final del diálogo cuando Mirtha Legrand, en ese extraño rol de invitada-anfitriona, le propuso un ping-pong. Relajado, el presidente Carlos Menem se prestó a las definiciones cortas. El único que provocó chispazos fue el de su “protegida”, la secretaria de Medio Ambiente, María Julia Alsogaray. “Es una mujer excepcional, a la que critican por envidia porque en este país no se perdona a nadie que triunfe”, dijo el hombre.
–¿Le parece que triunfó? –inquirió “Chiquita”.
–Basta andar por el mundo y ver lo que significa María Julia en el mundo... cómo se la conoce por la privatización de los teléfonos.
–¿Pero lo del Riachuelo? –retrucó ella en alusión a los famosos 1000 días en que el cauce contaminado pasaría a ser una fuente cristalina.
–Se está trabajando.
–¿Y los incendios en Bariloche? –insistió.
–¿Acaso no hay incendios en Estados Unidos? –cerró el tema el Presidente. Era el viernes a la noche y todavía no se había difundido la investigación sobre el crecimiento patrimonial de uno de los colaboradores de la funcionaria.


 

La Alsogaray se despega de su subordinado
“Es un instituto autárquico”

t.gif (862 bytes) Se casó en Alaska. Lo difundió por Internet. En esa época, Mario de Marco Naón consiguió que una nutrida tropa de amigos y funcionarios viajasen en un charter a su boda en las heladas tierras del norte de América. Ahora, desde que una investigación de Canal 13 difundiera las dudas sobre cómo hizo este presidente del Instituto Nacional del Agua (INA) para incrementar su patrimonio en forma desmesurada tan rápidamente, ha dejado de convocar a los amigos. Y menos a los funcionarios. Tan es así que ni siquiera la secretaria de Recursos Naturales, María Julia Alsogaray, inmediata superior de De Marco Naón, se atrevió a respaldarlo.
De Marco Naón se autodefinió como una “persona muy honesta” antes de que las cámaras de “Telenoche” difundieran su veloz crecimiento patrimonial: en 1990 poseía un Fiat 128 y un departamento de un ambiente; ahora tiene un Audi A6 de 60 mil dólares y dos departamentos en Barrio Norte, valuados en 500 mil dólares. La teoría de su honestidad fue derrumbándose cuando la investigación consignó además que a pesar de que su sueldo como funcionario es de 4600 pesos, posee dos terrenos de cuatro hectáreas en Cañuelas y una cuenta bancaria en los Estados Unidos.
El informe televisivo señala que también es accionista mayoritario de la empresa Transportes y Servicios S.A., con la que firmó un contrato para transportar a los ejecutivos del INA y por el que se pagó 1,5 millón de pesos. Naón se defendió así: “Fui lentamente avanzando en mi patrimonio, no se olvide que soy abogado”.
En una segunda parte, emitida anoche, la investigación destaca que César Osvaldo González, gerente de administración del INA y responsable de la tesorería, figuraría junto a De Marco Naón como titular de la empresa que aporta los remises al instituto. “Telenoche” sostuvo también que el funcionario habría abierto por lo menos cinco cuentas en el Banco Ciudad de Buenos Aires, donde se deposita el dinero que ingresa por los servicios que el INA presta a terceros. El único autorizado para extracciones sería el propio De Marco Naón. En el informe se mostraron recibos en los que aparece Juan Carlos Maciel, delegado gremial de UPCN en el INA, cobrando dinero por orden de De Marco Naón.
Por su parte, la Alsogaray intentó deslindar responsabilidades. Ayer afirmó que el organismo en que se habrían producido maniobras irregulares se maneja en forma autónoma. “El INA es un instituto autárquico. Esto quiere decir que tiene su propio presupuesto y lo administra y realiza sus propios actos administrativos, de contratación, etcétera”, dijo Alsogaray.

 

PRINCIPAL