Por Cristian Alarcón Selel Cavallero era hasta el
lunes el tesorero del Banco de La Pampa de General Pico y en eso de contar dinero ajeno se
le habían ido 35 años de una vida tan recta como el horizonte de sus pagos. Pero la
existencia puede cambiar sin preámbulos como le pasó a Mario Fendrich. En este caso el
bancario ni siquiera escapó por meses sino que salió de su casa, pasadas las siete,
caminó hasta una comisaría y en una cortísima declaración se autoinculpó por un
faltante de 810 mil dólares en la bóveda a su cargo, ausencia que ayer comprobó la
Justicia. Para mayor sorpresa se negó a explicar el destino de una cifra que podría
ocupar, en billetes de a cien, hasta tres maletines llenos. Y no quiso declarar ante el
juez Arturo Fresco, al que conoce desde siempre, y quien además le dijo a este diario que
no hay pista firme para avalar una hipótesis sobre el destino del dinero. Quizá en pos
del éxito la confesión de Cavallero parece una conmemoración. Fue también un 27 de
setiembre cuando se descubrieron los millones faltantes en el tesoro que custodiaba el
santafesino Fendrich, el hombre que podría salir en un mes más de la cárcel. Teniendo
en cuenta su conducta intachable y su autoacusación, Cavallero, preso e imputado por
defraudación, podría obtener una excarcelación casi al mismo tiempo.
El lunes, su mujer, con quien tiene dos hijos y vive en una casa de techo bajo y ladrillos
a la vista pintados, lejos de cualquier lujo, dice que lo vio salir pensando que iba hacia
su oficina, en la da esquina de 15 y 22. Pero Selel partió derecho a la comisaría.
Faltan 810 mil pesos del banco. La responsabilidad es mía, pero no puedo decir
dónde están, le dijo a un atónito oficial. Había comenzado su carrera en los
setenta prefiriendo la seguridad de un puesto bancario a las visicitudes de la militancia,
que eligió su hermano, Edel, el mismo que fue vicegobernador de la provincia mucho
después, durante el mandato del justicialista Néstor Ahuad, entre el 87 y el
91. La única pasión que siempre se reservó Selel fue la del deporte. Así se hizo
conocido en su provincia donde, si se pregunta, las generaciones más veteranas lo
recuerdan jugando al fútbol o al básquet, siempre en forma.
Pasado el tiempo de las canchas Cavallero siguió en el área, aferrado a su querencia
deportiva, el Pico Fútbol Club. Y esa misma efusión, la que ahora forma parte de una de
las hipótesis que investiga el juez de instrucción Arturo Tito Fresco. El
magistrado, ante quien Cavallero se negó ayer a prestar declaración indagatoria, le dijo
a este diario que después de la particular declaración del tesorero ante la policía
debió comprobar la autodenuncia. Hicimos un arqueo de caja con un equipo de
tribunales y un contador asesor y existe un faltante importante cuyo monto no vamos a
revelar, sostuvo. Fresco dice que todavía no hay elementos para inclinarse
por ninguna hipótesis, pero reconoce que se trabaja en tres de ellas. Una es la que
incluye al club de su corazón. Es una posibilidad que se baraja, que en lugar de
haber sacado la plata de a poco del banco haya sido derivada para tapar deudas del
club.
¿Usted no investiga la posibilidad de que se trate de un simple ladrón que
reconoce el delito pero podría disfrutar tardíamente del dinero? le preguntó
Página/12 a Fresco.
También podría ser un hombre extorsionado. El caso es distinto al de Fendrich,
porque acá hay un hombre que se autoinculpa pero no dice más nada. Además son
diferentes perfiles.
Es cierto. Nadie cree en General Pico que Cavallero sea un estafador profesional, un
especulador que tramó durante largo tiempo el golpe de su vida. Pero también es cierto
que hasta el momento el tranquilo vecino es también el protagonista del que sería el
mayor ilícito financiero de la provincia. Eso si no se tiene en cuenta el
escándalo que produjo en la provincia un desfalco en el que se vieron involucrados el
club rival al Pico Fútbol, Independiente, y la misma sucursal bancaria: hace casi un año
cayeron el gerente y el subgerente del BLP por una serie de cheques bajocaución por casi
dos millones de pesos, los que nunca fueron cobrados por la entidad debido a la ausencia
de fondos de los avales de Independiente.
Hasta ayer los pocos elementos reunidos por el juzgado de Fresco eran las declaraciones de
los cajeros y los empleados jeráquicos del banco. De acuerdo a esos testimonios Cavallero
tenía una autonomía importante en el manejo del tesoro. La bóveda del banco
se abre con dos llaves y dos claves que suman el contador y el tesorero. Pero desde
temprano, una vez que el contador abre, el tesorero puede entrar y salir libremente del
tesoro. A Cavallero los clientes lo recuerdan repartiendo efectivo entre las cajas. Y sus
compañeros como un funcionario al que se le tenía una confianza ciega. Tanto
que, si bien auditores del BLP habían hecho controles hacía una semana, el arqueo del
tesoro no era supervisado hacía varios meses, según informó una fuente
judicial a este diario.
La estrechez de Selel Cavallero con el tesoro donde habría metido la mano es tal que los
investigadores que revisan las cintas de seguridad del banco se sorprenden de las
costumbres del bancario. Sacaba y metía plata con la cotidianidad del que saca o
pone la yerba en la estantería, declaró uno de los pesquisas. Parece que era tal
su comodidad tras las rejas del tesoro que en los videos, frente a la cámara fija,
cultivaba su físico deportivo con ejercicios matinales. Ahora permanece incomunicado. En
diez días el juez podría procesarlo por uno de dos delitos. Si se considera al BLP, que
es una entidad mixta, como una empresa privada sería defraudación, cuya pena es de entre
1 y 6 años. La presentación espontánea y la carencia de antecedentes juegan a su
favor. Podría otorgársele la excarcelación, dijo ayer una fuente judicial en el
pueblo donde se lo nombra entre la sorpresa y la admiración.
CUMPLIO DOS TERCIOS DE SU CONDENA
Fendrich saldría en un mes
El
próximo 29 de octubre, el ex subtesorero del Banco Nación de Santa Fe, Mario César
Fendrich (55), alias el Correntino, acusado y condenado a 8 años de prisión
por el robo, en setiembre de 1994, de 3.200.000 pesos nunca recuperados del banco en el
que trabajaba, saldría en libertad condicional tras haber cumplido con excelente
conducta en el penal santafesino de Las Flores, los dos tercios de la condena que le
aplicó el Tribunal Oral Federal, en noviembre de 1996. Fendrich, quien se hizo acreedor
de un lugar en el Libro Guinness de los Records (por la cifra más alta robada por un
hombre sin violencia), podrá, si prospera el pedido de sus abogados defensores, Iván
Raimundi y Antonio Ciaurro, asistir en persona al estreno en el país del film
Tesoro Mío y ver las cualidades actorales de Gabriel Goity para representar
su vida.
Me voy a pescar y vuelvo el domingo. Con está frase se despidió Fendrich, la
cálida tarde del 23 de setiembre de 1994, de su esposa Mirta Saliva y se perdió en
dirección a una laguna abordo de su Fiat Duna Weekend roja, en cuyo interior no sólo
llevaba cañas sino también más de tres millones de pesos que acababa de sacar del
tesoro que se encontraba a su cargo, en la sucursal del Banco Nación en la que trabajaba.
El faltante fue descubierto recién el martes 27 cuando se pudo abrir la
bóveda cuyo cerrojo electrónico fue programado por el bancario devenido pescador.
Los 120 días siguientes de Fendrich se convirtieron en un enigma y su destino, junto al
de los 3.200.000, en tema de debate nacional en todas las mesas de café. Como un día
desapareció, de la misma manera misteriosa volvió a aparecer. Se entregó el 9 de enero
de 1995, sin los tres millones, en compañía de tres abogados y con una particular
historia para contar ante la Justicia, que no le creyó.
El Tribunal Oral Federal, el 12 de noviembre de 1996, lo encontró único autor
responsable del delito de peculado (art. 261 del Código Penal) y lo condenó a 8
años de prisión, más la inhabilitación absoluta y perpetua para ocupar cargos o
empleos públicos, multas y costas, informó uno de los abogados defensores del ex
subtesorero, el doctor Antonio Ciaurro, quien en diálogo con Página/12 confirmó el
cumplimiento de los dos tercios de la condena y recordó que la decisión final
sobre el otorgamiento en octubre de la Libertad Condicional dependerá del Tribunal Oral
Federal que lo juzgó.
Fendrich, quien confesó su robo luego del juicio frente a las cámaras de la televisión
santafesina, deberá justificar el origen de todo dinero que se encuentre en su poder, una
vez en libertad, según informó su abogado. Mientras, el hombre de los tres millones
espera su libertad contenido por su familia a la que visita una vez al mes y por la
informática con la que se encuentra extramuros 3 veces por semana. Según Ciaurro A
computación asiste sin custodia por su buena conducta y pensando en su futuro laboral y
económico cuyo presente es trágico, por el daño económico y el juicio civil que
le inició su ex empleador, el BNRA, reclamándole lo robado.
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