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UN CONJUEZ INVESTIGARA AL JUEZ DE SAN NICOLAS POR LA MASACRE
Munición gruesa contra Villafuerte

La denuncia de Aníbal Ibarra recayó en un abogado de San Nicolás, designado como conjuez. En otra causa, ordenan la exhumación del cadáver del ladrón muerto en la comisaría para hacer una nueva autopsia.

Villafuerte Ruzo, acusado por Ibarra de “triple homicidio por omisión”.
Lo cuestionan los foros de siete ciudades, capitaneados por la gobernación.

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Por Horacio Cecchi Desde San Nicolás

t.gif (862 bytes) Un abogado de San Nicolás es, por ahora, el encargado de investigar la participación del juez federal Carlos Villafuerte Ruzo en la masacre de Ramallo. Se trata de Juan Murray, un destacado penalista del foro local, a quien le cayó por sorteo la denuncia ratificada ayer por el candidato a jefe de Gobierno porteño Aníbal Ibarra, que acusa al juez por el delito de “triple homicidio por omisión”. Murray fue designado conjuez, después de que el propio Villafuerte se excusara de actuar en la causa porque no podría investigarse a sí mismo, y de que el otro juez federal local también rechazara la causa, por su amistad con el juez denunciado. Esta investigación podría derivar en un pedido de juicio político contra Villafuerte Ruzo. En tanto, en la causa en que se investiga la muerte del detenido Martín Saldaña, en la celda de la comisaría de Villa Ramallo, ya fue firmada la orden de exhumación del cadáver para realizar una nueva autopsia (ver nota aparte).
Mientras esto ocurría en San Nicolás, en Buenos Aires la Gendarmería recibía al fin, a once días de la tragedia de Ramallo, las 130 armas usadas por las fuerzas de seguridad en la masacre. Descansan en el edificio Centinela, incluyendo tres FAL que “olvidaron” entregar los Halcones. El plazo que tienen los peritos para realizar el informe es de 30 días. Mientras tanto, la Gendarmería ya le pidió al juez que ordene la reconstrucción de la masacre, para constatar el resultado de la pericia con la declaración de los policías que dispararon.
La denuncia de Ibarra, que también acusa a los policías de homicidio por comisión, se sumó a una investigación que en el foro local ya está considerada como un “verdadero galimatías”. En este caso, Villafuerte se excusó de investigar la denuncia razonando con lógica que no podría investigarse a sí mismo, y trasladó el pedido al juez federal local en lo civil José María Acosta. “Me excusé. Tengo afinidad con Villafuerte Ruzo”, manifestó Acosta a Página/12. El pedido regresó al juzgado penal donde, a las 10.30, se realizó un sorteo sobre una lista de diez abogados designados por la Cámara de Apelaciones de Rosario. Resultó electo Juan Murray, un reconocido penalista que en su foja personal lleva inscripto un caso muy recordado dentro y fuera de los límites de San Nicolás: logró la primera condena a perpetua para dos policías en territorio bonaerense por tortura seguida de muerte. La víctima fue el albañil Ramón Bouchón, fallecido en la comisaría 1ª local el 14 de marzo del ‘93. El fallo tuvo lugar 14 meses después. El abogado de la familia de la víctima era Murray.
Pero el letrado designado como conjuez para investigar a Villafuerte todavía no fue enterado oficialmente. “La investigación podría derivar en un pedido de juicio político, pero Villafuerte podría seguir trabajando en la causa. Esto se ya parece un Bernasconi II”, comentó una fuente.
Entre tanto, en el juzgado federal se tomó declaración a ocho Halcones y un gavilán. Los Halcones salieron como habían entrado: en formación silenciosa. En la puerta dijeron una obviedad de origen poco dudoso: “Estamos orgullosos de nuestro jefe (Gerardo Ascacíbar). Fue honesto al declarar que dio la orden de disparar a los neumáticos”. Los Halcones habían sido citados. El “Beto” Andino, no. Se trata de un policía de la Bonaerense exonerado, que cayó sin invitación para deslindar su nombre, relacionado por algunos medios con la banda que asaltó el Banco Nación. “No los conozco”, dijo, y se retiró con su abogado Hugo Lima, quien había defendido tiempo atrás a Martín Saldaña, el delincuente que apareció muerto en prisión, después de la masacre.
Además de la denuncia de Ibarra, Villafuerte sumó otro cuestionamiento. Esta vez de los foros comunitarios de siete ciudades: San Nicolás, Lincoln, Ramallo, San Pedro, Arroyito, Baradero y Capitán Sarmiento, quepidieron su recusación. La presentación tiene su marca en el orillo: está firmada por Marta Arriola, secretaria de Relaciones con la Comunidad. Su jefe es el ministro de Seguridad Carlos Soria.

 


 

SEGUNDA AUTOPSIA AL LADRON MUERTO EN LA SECCIONAL
Una exhumación por las dudas

Por H.C.

t.gif (862 bytes) La Justicia provincial dictó ayer la orden de exhumación del cuerpo de Martín Saldaña para realizar una segunda autopsia, que resultaría clave en la investigación sobre su extraña muerte en la celda de la comisaría 2ª de Villa Ramallo. Saldaña fue el único delincuente que salió ileso de la masacre, pero apareció colgando de una tela de colchón hecha jirones a las pocas horas de haber sido detenido. La nueva pericia intentará descifrar al menos tres cuestiones: las causas de un hematoma en el nacimiento del cuero cabelludo, el mecanismo que provocó el ahorcamiento, y una serie de lesiones en la espalda que el parte oficial señala como provocadas por esquirlas, pese a que Saldaña llevaba puesto un chaleco antibalas. En coincidencia, hoy se presentarán a declarar ante el fiscal provincial que lleva la investigación, Vicente Botteri, los tres peritos que realizaron la primera y cuestionada autopsia.
“El decreto ya está firmado, falta enviar el pedido al juez”, aseguró a este diario un allegado a la fiscalía de Botteri, refiriéndose a la orden de exhumación del cuerpo. “Botteri se anticipó al pedido de los familiares de Saldaña actuando de oficio. Sólo faltan ajustar detalles. La autopsia se realizará en las próximas horas”, agregó la fuente.
Según María del Carmen Verdú, abogada de la Correpi y de los familiares de Saldaña, la primera autopsia “deja muchas dudas sobre una muerte demasiado dudosa”. Una de las primeras observaciones se concentra en una serie de lesiones puntiformes en la espalda, que supuestamente corresponden a esquirlas. “Es raro, porque tenía un chaleco antibalas”, dijo Verdú a Página/12. La intención es corroborar las heridas con los orificios que necesariamente deberían haber provocado las esquirlas en el chaleco y la remera de Saldaña.
Por otro lado, “hay poca precisión sobre un tremendo hematoma en el nacimiento del cuero cabelludo –señaló la abogada–. Los peritos determinaron que se había producido no más de tres horas antes del deceso”. Saldaña murió alrededor de las 14, diez horas después del tiroteo. “Y se determinó que el golpe fue producido al chocar con o contra una superficie lisa, dura y redondeada”, detalle que en muchos casos corresponde a la superficie de los bastones policiales.
El otro punto a investigar es la asfixia por ahorcamiento. La marca del cuello de Saldaña no sería acorde con su peso: corresponde a una fuerza de 5 kilos. La ubicación de los huesos en la zona del cuello determinará si murió al colgarse de la tela del colchón.
Hoy se presentarán ante Botteri los autores de la primera autopsia, los peritos Hugo Zunino, Roberto Silicani y Enrique Aguer.

 

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