Por Laura Vales El juicio oral por el ataque a
la casa de Eduardo Menem entró en su etapa final. Ayer, la fiscalía y los abogados del
senador pidieron que se condene con reclusión perpetua a dos de los acusados
Mauricio Rolón y Carlos García por el homicidio de uno de los custodios del
senador y la tentativa de asesinato de otro. El tercero de los imputados, Dante Salto,
tuvo mejor suerte: en las audiencias orales salió a la luz que había sido involucrado
con confesiones arrancadas bajo tortura y reconocimientos inducidos por la policía. En su
caso, los querellantes y el fiscal directamente pidieron su absolución por falta de
pruebas. Los defensores de Rolón y García insistieron en que los jóvenes son inocentes
y deslizaron que, en realidad, toda la investigación estuvo dirigida en un solo sentido:
implicar a tres perejiles que no tuvieron nada que ver con el tema. En el nudo de sus
cuestionamientos está el rol del magistrado que reunió las pruebas del caso: el ahora
destituido Francisco Trovato. Pero también los hombres de Robos y Hurtos de la Policía
Federal.
Como telón de fondo, acusadores y defensores dieron ayer su interpretación de lo que
ocurrió en el chalet del senador el 6 de julio de 1996. Esa noche, tres desconocidos
entraron al garage, donde había cinco custodios. Todo ocurrió en cuestión de segundos:
uno de los agresores intentó llegar a la cocina, donde el senador estaba con su esposa.
Otro se quedó en la puerta y desde allí, sin que nadie intentara dispararle, mató a
quemarropa a Aníbal Sopeña e hirió de gravedad al guardaespaldas Escalante. Después
huyeron en un automóvil que los esperaba a veinte metros del lugar. En la esquina se vio
además a un Fiat Ducato haciendo de apoyo, desde el que también dispararon.
Para el fiscalía y la querella se trató de un intento de robo que terminó de la peor
manera. Todos los días vemos episodios similares, dijo el fiscal general
Pablo Ouviña, si el dueño casa no hubiera sido quien es, poca bulla se hubiera
dado a todo el incidente. Los defensores opinaron todo lo contrario: Eso fue
cualquier cosa menos un intento de robo. Los que entraron se fueron porque quisieron;
tenían todo bajo control, sostuvo a su turno el abogado de Rolón, Manuel Benítez.
Al pedir una pena de reclusión perpetua, el abogado de Menem consideró probado que
Mauricio Rolón fue quien, desde la puerta de entrada del garage, mató a Sopeña e hirió
al segundo custodio. Pero también García le disparó, explicó Marcelo
Rocchaetti.
Existen dos elementos de prueba centrales contra Rolón y García. En primer lugar, ambos
fueron reconocidos cada uno por dos custodios en álbumes de fotos de
malvivientes y luego en rueda de detenidos. Por otra parte, una pericia probó que una de
las vainas encontradas en la casa del senador fue disparada por la misma arma con la que
García cometió un asalto en el barrio de Saavedra.
Mucho más oscuro es lo que tiene que ver con otra decena de elementos que apuntalaban el
caso, pero que quedaron muy sospechados en las audiencias orales. El testigo Mario
Nakamura, por ejemplo, reveló que había sido inducido en dos reconocimientos
fotográficos distintos. Las pruebas contra Dante Salto cayeron una tras otra. Daniel
Zella, que había descrito a dos de los atacantes, resultó ser totalmente trucho: había
firmado una declaración sin leerla, que contenía frases que la policía le habría
sugerido.
Por eso ayer, los defensores intentaron trasladar las mismas sombras a las pruebas que
quedaron en pie. Cuestionaron el relato de los custodios sobre lo sucedido en el garage de
la casa del senador y sembraron dudas sobre los reconocimientos que hicieron de Rolón y
García. El abogado Eduardo Soares sostuvo que en la pericia que incrimina a García la
vaina fue cambiada, y pasó revista a una serie de presuntas irregularidades cometidas por
los hombres de Robos y Hurtos de la Federal. Básicamente, sus alegatos se centraron en
que Trovato nunca investigó cualquier pista que lo alejara del intento de robo. El
tribunal dará a conocer su veredicto el próximo 12 de octubre. Los jueces también deben
decidir sobre una decena de pedidos de falso testimonio contra los testigos de coartada de
Rolón y García y contra el policía Eduardo Soto, quien juró que la casa de Menem era
custodiada por la Federal. También, si las denuncias de tortura escuchadas en el juicio
oral tienen para el tribunal suficiente entidad para ser investigadas.
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