Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


Piden a Soria que explique qué participación tuvo la policía

La Comisión de Seguimiento de la Reforma Policial bonaerense pedirá a Soria informes sobre los ex miembros de la Maldita Policía imputados en Ramallo, la AMIA y las profanaciones.

Los diputados quieren saber la situación actual de los policías involucrados en Ramallo.
También demandan qué medidas se tomaron para prevenir una profanación en La Tablada.

na16fo01.jpg (14044 bytes)

Por Miguel Bonasso

t.gif (862 bytes) Hoy al mediodía la Comisión Bicameral de Seguimiento de la Reforma Policial del Congreso bonaerense presentará un pedido de informes al nuevo ministro de Justicia y Seguridad, Carlos Soria, acerca de la situación de revista de numerosos jefes, oficiales y suboficiales de la “Maldita Policía” imputados o mencionados en el atentado a la AMIA y las masacres de Wilde y Ramallo. El escrito lleva la firma del presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, Alejandro Mosquera (Frepaso-Alianza) y está redactado en términos enérgicos y precisos. Se habla de una “actuación policial decididamente criminal” en el Caso Ramallo y se sostiene que “desgraciadamente este accionar criminal reconoce antecedentes no tan lejanos”. También le reclama al flamante ministro explicaciones sobre la falta de vigilancia adecuada en el cementerio judío de La Tablada, víctima reciente y recurrente de profanaciones racistas. Fuentes parlamentarias de La Plata revelaron a Página/12 que el ministro Soria, experto en estas lides, intentó bajar los decibeles del reclamo, invitando a “consensuar” posiciones en un almuerzo, pero el convite fue rechazado expresamente por el presidente de la Cámara de Diputados, que quiere trazar una “línea formal y rigurosa” en el tema de la seguridad y no diluirla en “consensos”. En el pasado reciente, Mosquera y otros diputados han sido víctimas frecuentes de amenazas.
En los fundamentos del pedido de informes se destaca, “independientemente del curso que transiten las investigaciones judiciales en que se investiga dicho accionar, se hace necesario saber cuál es la situación actual de revista de los funcionarios policiales con algún grado de participación en aquellos trágicos sucesos (Wilde, AMIA y Ramallo)”. La primera pregunta está referida a ocho policías imputados en la masacre de Wilde y mencionados en la causa AMIA, entre los que sobresalen el comisario César Osvaldo Córdoba y el subcomisario Roberto Oscar Mantel. Aunque la requisitoria no lo consigna, la disuelta Comisión Asesora Técnica (CAT), creada para investigar el atentado a la AMIA, informó en su momento al gobernador Eduardo Duhalde que tanto Córdoba como Mantel integrarían “una banda de policías corruptos” que habría “contratado delincuentes para cometer asaltos a bancos”. A esta misma banda pertenecería el suboficial Carlos Stoghe, sospechoso de haber participado en el asesinato de José Luis Cabezas, que recuperó su libertad sin que el juez José Luis Macchi hubiera chequeado su coartada. Este grupo fue favorecido después del asesinato del fotógrafo. Mantel, que ingresó en la fuerza en 1975, fue felicitado por 22 muertes “legales” en tiempos democráticos, incluyendo las de la masacre de Wilde. En su legajo número 013.065, hay un significativo blanco en el verano de 1997. En diciembre de ese mismo año fue ascendido.
El punto dos está referido a cuatro suboficiales que participaron en la masacre de Wilde. El tres, a 47 efectivos mencionados en la causa AMIA. Los tres puntos siguientes indagan acerca de la situación en la fuerza de estos policías, antes y después de la AMIA y Wilde. El punto 8 pretende aclarar cuáles fueron las actuaciones administrativas que se labraron en el ámbito del Ministerio de Justicia y Seguridad en relación con 16 comisarios, entre los que se destaca el ex jefe de la bonaerense, Pedro Klodczyk. El 9 exige se informe cuáles fueron los criterios para disponer ascensos, pases, bajas o retiros de estos uniformados. El 10 quiere saber si alguno de estos efectivos resultó posteriormente implicado, “en forma aislada o juntamente con otro personal policial, en hechos de semejantes y trágicas consecuencias”. El 11 requiere la nómina de la “totalidad” (subrayado en el texto) del personal policial que intervino en la masacre de Ramallo, “tanto de los grupos GEO y Halcón, así como del personal de Seguridad y de Investigaciones de las comisarías y Departamental, como así también de sus destinos anteriores”. El 12 pregunta cuáles fueron los criterios de reclutamiento empleados al momento de conformar el GrupoEspecial de Operaciones (GEO) “y cuáles fueron los antecedentes tenidos en cuenta con respecto al personal convocado a integrarlo”. El 13 inquiere acerca de la preparación recibida por los integrantes de este Grupo Especial. Las siguientes cuestiones apuntan a deslindar responsabilidades en la masacre de Ramallo, con particular énfasis en varios jefes presentes en la matanza, como el director de investigaciones, comisario Santiago Allendes; el director de investigaciones complejas y narcocriminalidad, comisario Carlos Miniscarco, el comisario Rubén Parravicini, que tenía a su cargo la coordinación operativa de los grupos GEO y Halcón y el comisario Eduardo Martínez, titular de Evaluación de Información para la Prevención del Delito, “convocado a contar y a prestar en tiempo información confiable, suficiente y precisa, tendiente a prevenir estos sucesos”. El pedido inquiere también “cuáles son las investigaciones administrativas internas que se realizan sobre la conducta de estos funcionarios” y quiénes fueron los jefes que debieron preservar la escena del crimen y no lo hicieron. Los últimos dos puntos del documento pretenden determinar si es verdad o no que el ex ministro de Justicia y Seguridad Osvaldo Lorenzo recibió información sobre un posible atentado contra el cementerio judío de La Tablada y si es así qué medidas se tomaron para prevenir el hecho “y quiénes fueron los funcionarios responsables de implementarlas”. El ministro Soria tiene la palabra.

 

PRINCIPAL