 ”No se
olvide del vuelo de LAPA 3142.” A un mes del accidente en el que murieron 67
personas, los familiares y amigos de sus víctimas poblarán desde la mañana el
Aeropuerto Ambrosio Tarabella, de Córdoba, y el Aeroparque Jorge Newbery, de la ciudad de
Buenos Aires, para que los ciudadanos se adhieran a su duelo y no vuelen por ninguna
línea aérea. Los familiares enarbolarán pancartas alusivas y entregarán lazos negros a
quienes transiten por los aeropuertos. “Queremos que la gente tome conciencia de que
es muy grave volar en las condiciones en que se está volando”, es la consigna que
repiten quienes perdieron a alguien cercano ese 31 de agosto.En Aeroparque estarán
también los familiares de las víctimas de Austral, el accidente que se produjo el 10 de
octubre de 1997 en Fray Bentos, Uruguay, y en el que murieron 74 personas. “Vamos a
hacer acto de presencia para preservar la memoria”, dijo a Página/12 Laura Frigerio,
de 27 años, que perdió a su padre en ese vuelo. “Para los que preguntaban qué
hacíamos cada 10 en Aeroparque –se enfurece–, lo que hacíamos era tratar de
que esto no pase, que no haya un nuevo accidente, pero pasó; por eso decimos que fue la
crónica de una tragedia anunciada.”Desde las 10 de la mañana, los allegados a las
víctimas de los dos accidentes se plantarán en los aeropuertos. Harán turnos rotativos
durante todo el día y se ocuparán de convencer a la gente de que no vuele. A los que
deban hacerlo, les pedirán que no viajen por LAPA. Y a los que aún así se embarquen,
les repartirán crespones negros. “No sé si la gente nos va apoyar pero al menos
queremos que tomen conciencia de que es muy peligroso volar en las condiciones que se
vuela actualmente”, comentó Mirta de Salvadores, muy convencida, aunque sin saber
hasta qué punto la sociedad va sumarse al reclamo. “Cuando vos no tenés el dolor no
te podés adherir al dolor del próximo –agregó–, tu vida sigue. Mi hija tenía
toda una vida por delante y por culpa de la negligencia no está más, es la única
realidad. Por eso queremos que la gente sepa que en general las líneas aéreas te han
hecho creer que estás en el Primer Mundo porque ahora muchos puede acceder a volar, y no
es así.” Verónica Paola Salvadores tenía 26 años. Había viajado a Buenos Aires
para hacer un curso de cosmetología y debía volver el 31 de agosto en el avión que
explotó en Aeroparque. Desde entonces, la vida de su hermano Martín se transformó. Como
otros familiares de víctimas, recorre incansablemente la distancia que los separa de
“la casa”, como le dicen al espacio que cedió el gobierno de la provincia de
Córdoba para que pudieran organizarse y reclamar justicia. Allí todos los martes se
reúnen para apoyarse mutuamente y encarar un programa conjunto de lucha.Gustavo Luna
Asís fue, hasta el 31 de agosto, el intendente electo por el PJ, en la localidad
cordobesa de Cruz del Eje. Su esposa Blanca ve todo con resignación: “Ya qué podés
hacer, además, qué vamos a lograr nosotros frente a las empresas más poderosas”,
dijo a este diario con voz apagada. Daniel Bojanich perdió a su mujer. Era la primera vez
que se separaba de Griselda, después de cinco años de casado. A un mes de aquel último
día, sólo Nacho, su hijo de tres años lo espera en Córdoba. Los trámites y la
organización del acto lo acaparan desde hace días en Buenos Aires. Está parando en la
casa de los Frigerio, la insensatez de las dos tragedias unió a las familias. “Nos
conocimos por la desgracia en un programa de televisión y me ofrecieron su casa para lo
que necesite”, comentó. A las ocho de la noche, iniciará el acto en el hall central
de LAPA, en Aeroparque. “Vamos a decir algunas palabras y a leer la lista de las
víctimas.” A las ocho y cincuenta y cinco, un minuto de silencio, que esperan se
escuche en todo el país, concluirá la ceremonia. |
