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Por Fernando Cibeira "Queridos amigos...", comenzó bajito. Hacía algunos minutos que sobre él volaban papelitos, claveles rojos y blancos y explotaban fuegos artificiales. Muchos de los que estaban abajo, entre los más de 30 mil que llenaron la cancha de Estudiantes de La Plata, lo miraban con lágrimas en los ojos. "Queridas amigas...", siguió, suave. Eran justo las 21.50 y el ex presidente Raúl Alfonsín concretaba a su retorno a la política, la pasión que casi lo mata hace poco más de tres meses cuando volcó la camioneta que lo llevaba a un acto en un pueblo perdido en Río Negro. Lo que no conseguía con la prédica, al ex presidente se lo posibilitó la fatalidad. Alfonsín se reconcilió con la gente, que ahora lo considera uno de los políticos más prestigiosos del país. Si algo le faltaba a la exitosa marcha proselitista de la Alianza, era el toque emotivo del retorno de Alfonsín a 23 días de las elecciones. Federico Storani lo anunció cuando promediaba el acto. "El hombre que simboliza la democracia, que está por encima de las banderas", dijo. Entonces lo fue a buscar y lo acercó de la mano hasta el atril. Alfonsín había esperado el momento de subir en un vestuario del estadio separado del resto de candidatos y dirigentes. Según explicaban a su alrededor, el motivo era que no quería que le sacaran fotos fuera de las del acto. Hubo un momento en el que Alfonsín se emocionó. Hizo un alto en el discurso y le habló a la gente que lo escuchaba. "Les agradezco a todos por este acto conmovedor. Por la solidaridad con que me acompañaron en los días difíciles", dijo y devolvió un clavel a la gente mientras lo aplaudían. "Se trata, como comprenderán, de un discurso difícil", aclaró aunque no lo parecía. Estaba previsto que hablara entre 15 y 20 minutos, según cómo se sintiera, pero siguió por media hora. Alfonsín se dedicó a delinear lo que será su discurso hasta el fin de la campaña. Aclaró que los temas puntuales de lo que haría la Alianza en el gobierno se lo dejaba a Graciela Fernández Meijide y a Fernando de la Rúa que hablarían después, porque él se dedicaría "a los grandes valores que queremos presentar" y pobló sus frases de palabras como "nación", "república" y "democracia". "La Alianza terminará con el privilegio y la indecencia" y tendrá "una austeridad espectacular en el gobierno", afirmó. Y como venía pregonando antes del accidente, el ex presidente insistió en lanzar eslóganes nacionalistas: "Estamos dispuestos a ser una nación y jamás una colonia". De la Rúa escuchó a Alfonsín al pie de la escalera que lo llevaba al escenario. Desde allí no podía verse lo que sucedía arriba. El candidato presidencial insistió con las promesas que tanto repite en las tandas publicitarias. "Se va a acabar la fiesta de pocos", e insistió en que "vamos a cortar la cabeza a la corrupción y a poner un gobierno honesto y austero". Antes, durante y luego del acto la constante fueron los fuegos artificiales, lanzados con una militancia fervorosa. No se detuvieron ni aun en los discursos. Por ejemplo, el primer orador, el candidato a intendente de La Plata, Javier Quinterno, debió alzar sus voz para competir con las explosiones. Tanto en las tribunas como en el césped predominaban las banderas radicales y las boinas blancas, pero también se ubicaron en lugar visible muchas pancartas del Frepaso. Según proclamaban los conductores, habían quedado diez mil personas sin poder ingresar al estadio, por lo que calculaban, con generosidad, la asistencia en 45 mil. Si antes del accidente, la presencia de Alfonsín muchas veces era incómoda para los candidatos de la Alianza, ayer todos se preocuparon en demostrar su alegría por el retorno del ex presidente a las tribunas. "Es una gran emoción y una gran alegría", respondió De la Rúa. Desde el escenario, Carlos "Chacho" Alvarez fue más preciso. "Es un día muy importante, muy trascendente para todos los argentinos que valorizaron en una situación límite a Alfonsín", explicó. Chacho estuvo entre los oradores más duros y prometió "cárcel para los ladrones del poder". "Se acaba el gobierno de los privilegios. Los que usen el poder para el enriquecimiento personal tienen que ir presos", machacó. El cierre del acto, no podía ser de otra manera, fue con fuegos artificiales mientras sonaba el Himno Nacional cantado por Jairo. Los candidatos, serios, cantaron juntos desde el escenario. Alfonsín, el gran protagonista de la noche, se había retirado, según explicó, por prescripción médica. El lunes tiene que seguir con la campaña en Córdoba y luego tiene programados otros actos en la provincia. Como si no hubiera pasado nada. EL ACTO FORMÓ PARTE DE LA ESTRATEGIA DE
STORANI
La decisión de realizar la concentración de ayer fue tomada mientras Eduardo Duhalde continuaba cambiando la fecha de su acto, que finalmente se concretó el sábado pasado en River. Como para seguir doblando la apuesta, la Alianza anticipó que convocará a otro acto masivo --el 16 de octubre en Rosario-- el mismo día en que el PJ festejará el Día de la Lealtad. Sin embargo, el acto de ayer no implica sólo un gesto de fortaleza frente al oficialismo. También tiene una interpretación interna. --¿El Comité de Campaña de la Alianza tuvo alguna incidencia en la organización? --le preguntó Página/12 a Storani, que tiritaba de frío esperando que comenzara el acto. --Yo sólo voy a decir que el 99,9 por ciento de la movilización, los afiches, la logística y la responsabilidad política son nuestras --respondió el jefe del bloque de diputados. Storani fue uno de los primeros radicales que apostó a la conformación de la Alianza, un dato que se encargó de recordar ayer durante su discurso. Luego de preguntarse por qué el menemismo había ganado tantas elecciones, el legislador sostuvo que "parte de la culpa fue de la oposición, que tardó demasiado tiempo en darse cuenta de que había que aliarse". A pesar de esta primaria voluntad aliancista, Storani y sus aliados bonaerenses --Leopoldo Moreau y Juan Manuel Casella-- fueron desplazados del núcleo fundamental de toma de decisiones una vez que la coalición estuvo conformada y en marcha. El ejemplo más claro fue el intento de De la Rúa de frenar con un plebiscito en la Capital Federal las ambiciones re--reeleccionistas de Carlos Menem: Storani no fue consultado antes del anuncio, del que se enteró por radio, y siempre estuvo en contra de la frustrada iniciativa. Pero, como en toda interna, las facturas llegan también del otro lado. Cerca de De la Rúa acusan a Storani de no trabajar por un triunfo de la Alianza y recuerdan que, antes de la interna contra el Frepaso, el acto más importante de la provincia de Buenos Aires no lo concretó el diputado sino Melchor Posse. La interna se completa si se tiene en cuenta que Storani y el jefe de campaña de la Alianza, el delarruista Rafael Pascual, se disputan la presidencia de la Cámara de Diputados para después del 10 de diciembre. La decisión de Alfonsín de reaparecer públicamente en el acto de ayer también implica una señal del ex Presidente a su ex hijo pródigo, con el que se reconcilió en los últimos tiempos. Alfonsín ya se convenció de que a fin de año volverá a la jefatura partidaria. A pesar de que tiene el apoyo del delarruismo para dar ese paso, el ex Presidente sabe que una vez instalado en la cúspide de la UCR podrían surgir diferencias con De la Rúa. Y cuenta con Storani como un aliado clave para los próximos años.
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