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Por V.G. ¿Ahora es que tengo que decir que le prestaba plata?, dijo Elena Ríos de Sosa mirando al abogado defensor, Mariano Cúneo Libarona. La ex suegra de José Manuel Pico tiene casi ochenta años y fue la primera testigo de la audiencia de ayer en el juicio por enriquecimiento ilícito contra su ex yerno y su nueva mujer, Karina Uroda. Sosa relató cómo le entregó sus ahorros al ex presidente del Concejo Deliberante para que éste los invirtiera y trató de reafirmar la imagen de asceta que el imputado transmitió el jueves durante su declaración. Era muy ahorrativo, trabajaba mucho. Y si tiene algo es porque lo heredó del padre y de la abuelita, explicó la mujer, que se largó a llorar después de terminar su testimonio. Luego, otros seis testigos parientes y amigos volvieron a ensalzar lo austero que era Pico. Durante la audiencia los testigos propuestos por la defensa trataron de contribuir a las dos líneas que habían quedado esbozadas durante la declaración de Pico: que sus propiedades las compró con dinero que obtuvo de sus trabajos y que no es suyo todo lo que se le atribuye. Según la documentación recolectada, el acusado posee 23 propiedades e hizo operaciones financieras por más de un millón de dólares. El ex concejal admitió ser propietario de trece bienes inmobiliarios y para justificar la posesión, invocó su capacidad de ahorro y explicó que él se dedica personalmente a hacer las refacciones de su casa, incluyendo el cambio de los cueritos de las canillas. Ayer, sus familiares y amigos acompañaron esta versión mientras Pico y Uroda miraban desde el banquillo de los acusados. Es la persona más austera que conocí en mi vida. Jamás ha hecho un viaje al exterior, remarcó con énfasis Hugo Ricardo Fernández, primo hermano de Pico. Una vez le dije a la mujer a la legal aclaró que se pusiera una sirvienta. Pero ella misma se ocupaba de la casa, siguió Fernández. No gastaba. Estuvo muchos años sin irse de vacaciones. A los únicos lugares que iba eran a Córdoba y Necochea, por el sindicato de la pasta, manifestó Alejandro Martínez, ex secretario de Pico. A pesar de que varios testigos dijeron que el ex concejal no había salido nunca del país el mismo Pico había admitido que viajó a España y a Venezuela, aunque aclaró que fue invitado. Sosa, Fernández y Martínez declararon que le dieron sus ahorros a Pico para que él los invirtiera en una escribanía. La primera aseguró que le entregó seis mil pesos que, dijo, estaba juntando para que mis hijos no tuvieran problema en enterrarme. Fernández le habría dado 30 mil pesos y Martínez, 21. El primo aseguró también que uno de los siete vehículos que se le achacan a Pico se lo había comprado él, pero que no había hecho la transferencia. Alejandro y Mirta Susana Pico otros dos primos y Norberto Oscar Rama, presidente de una agencia de automotores donde Pico habría comprado una camioneta, terminaron la lista de los testigos que fueron escuchados por los jueces Eduardo Luis Duhalde, Juan Carlos Cardinali y María Cristina Deluca Giacovini. Las audiencias continuarán el lunes.
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