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A Arnaldo Bocco le falta seriedad. Probablemente esté buscando protagonismo en la campaña electoral. Pero todo lo que está diciendo sobre las cuentas públicas de la provincia de Buenos Aires es falso, irreal. En vez de vociferar que nuestro déficit fiscal es de 1800 millones de pesos, que muestre de dónde saca esa barbaridad. La situación fiscal que Eduardo Duhalde le dejará al próximo gobierno en Buenos Aires ya entró de lleno en la campaña. Por segunda vez en una semana, Jorge Sarghini, el ministro de Economía de Duhalde, salió al cruce de los datos que manejan tanto la Alianza como el FMI. Pero, más allá de las pujas preelectorales, la polémica encierra una cuestión de fondo: si es necesario que las provincias realicen nuevos ajustes, tal como lo reclamó Michel Camdessus, la máxima autoridad del FMI. La advertencia ya levantó resistencias entre los mandatarios provinciales. Las provincias tienen que despilfarrar menos y hacer más esfuerzos, señaló Camdessus desde Washington. El Fondo Monetario y el Banco Mundial pusieron en la mira las políticas de gasto público de las gobernaciones. La presión del FMI es para que el próximo gobierno se comprometa a mantener en caja tanto las cuentas nacionales como las provinciales. Ante el reclamo de Camdessus, la reacción de los gobernadores no tardó en llegar. No hay que hacer una receta de tipo monetarista. Esto me irrita, replicó Jorge Busti, gobernador de Entre Ríos. El justicialista, además, rescató que hay estados que están bien administrados y, de paso, criticó las últimas definiciones del referente económico de la Alianza. Machinea parece un empleado del FMI, sentenció. En las reuniones que el equipo de economistas de la Alianza mantuvo en Washington con los funcionarios del Fondo, éstos pusieron el foco sobre la situación fiscal de la provincia de Buenos Aires. Con preocupación, les comunicaron a los miembros de la oposición que las cuentas bonaerenses son insostenibles. Y que habría que realizar una poda presupuestaria. Fue con este dato en la mano que Arnaldo Bocco candidato a ser ministro de Economía en la provincia en caso de que triunfe Graciela Fernández Meijide apuntó sus dardos a Jorge Sarghini, el ministro de Economía de Duhalde, asegurando que el rojo provincial de este año ascenderá a 1800 millones de pesos, 700 millones más que el admitido por Sarghini. La Alianza insiste en que este año se les fue de las manos el gasto público y que por ese se desbocó el déficit. Incluso Arnaldo Bocco aseguró que se basa en datos oficiales. ¿Cómo se explica la diferencia si la fuente de información es la misma? le preguntó Página/12 a Sarghini. Los datos que yo proporciono son oficiales y están permanentemente auditados por el BID, ya que ese banco aprobó un préstamo por 350 millones de dólares que viene desembolsando en cuotas. Mientras tanto, que yo sepa no existe ningún informe oficial del FMI que diga que nuestra proyección de déficit será de 1800 millones. Eso lo ha dicho Bocco. Y si él tiene algún documento, o algo parecido, que lo haga público. En vez de vociferar, que muestre de dónde saca semejante barbaridad. Pero lo cierto es que Michel Camdessus aseguró que las provincias despilfarran. Y en Washington se preocupó especialmente por la situación fiscal de Buenos Aires. Eso lo dijo Bocco. Pero él dice muchas cosas de las cuales después se echa atrás. Como cuando en una charla que compartimos en el Colegio de Escribanos aseguró que el déficit iba a ser de 2000 millones, pero cuando le demostré que no iba a ser así, alegremente contestó que entonces es mejor, así encontraremos las cuentas en orden. A Bocco le falta seriedad. Probablemente esté buscando protagonismo en la campaña electoral. Todo lo que está diciendo sobre las cuentas de la provincia es falso. Irreal. Si fuera verdad, el BID no estaría a punto de desembolsar otros 50 millones para Buenos Aires. Ellos nos están auditando permanentemente. ¿El próximo gobierno bonaerense va a tener que hacer un ajuste. Para nada. Manteniendo el mismo nivel de gastos de este año en el orden de los 10.500 millones, no hará falta ningún ajuste. Hay que tener mucho cuidado en poner énfasis en la necesidad de ajustar en las provincias. No todas están mal administradas. Habrá que analizar caso por caso, pero teniendo en cuenta que puede haber saneamiento de las cuentas sin necesidad de afectar las partidas para educación y salud, por ejemplo.
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