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CHINA COMUNISTA A LOS CINCUENTA
Cumpleaños kitsch

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La República Popular China celebró ayer sus 50 años con pompa y circunstancia. Hubo amenazas hacia Taiwan y el despliegue por primera vez de un misil balístico que puede alcanzar Norteamérica.


The Guardian
de Gran Bretaña

Por Duncan Hewitt
Desde Pekín

t.gif (862 bytes)  El Partido Comunista Chino celebró ayer en Pekín su 50º aniversario en el poder con un despliegue masivo de poderío militar en el mejor estilo kitsch de Guerra Fría. Desde el sobrevuelo de 90 aviones hasta los 100.000 estudiantes con banderas multicolores, el acto estuvo coreografiado hasta el último detalle a lo largo de meses de cuidadoso ensayo y preparación de todos los participantes. Trabajadores modelo y familias de hijo único se codearon con veteranos revolucionarios y niños en uniciclo. Fue una ocasión que enfatizó lo viejo y lo nuevo y el rol unificador del Partido Comunista. El presidente ruso Boris Yeltsin envió sus felicitaciones y esperó poder “reforzar nuestra asociación estratégica”.

Para el presidente y secretario general del Partido Comunista, Jiang Zemin, fue una oportunidad para destacar su rol central en el país. Jiang saludó desde el Portal de la Paz Celestial, desde donde Mao fundó hace 50 años la república popular, recalcando la determinación del partido de permanecer en el poder. “La experiencia ha demostrado que el socialismo es la única vía para salvar y desarrollar a China”, afirmó, para luego prometer lo que calificó como “modernización socialista” por otros 50 años. Pero las imágenes fueron más importantes que las palabras para un líder de 73 años que está claramente preocupado en enfatizar su legitimidad y la de su partido en un país que rápidamente está diversificando su economía. Jiang apeló directamente a la tradición comunista china vistiendo un “traje Mao” gris oscuro, mientras que sus colegas vistieron ropas occidentales. Por si alguien no había captado el mensaje, el desfile que siguió incluyó una pancarta del propio Jiang junto con las de Mao y Deng Xiaoping, sus predecesores en el poder.

La primera etapa del desfile estuvo dedicada a mostrar los avances de la era maoísta, con gigantescos fardos de trigo y el despegue de un cohete de cartón en medio de una nube de humo. La figura de Deng estuvo rodeada de miles de personas vestidas de verde que blandían mazorcas de maíz, símbolo del éxito de sus reformas en la agricultura. La tercera etapa, la de Jiang, incluyó pantallas de TV y la maqueta de una nave espacial tripulada.

El presidente reiteró otro punto central de su política, prometiendo “lograr finalmente la reunificación nacional con Taiwan”. Pero, quizá en vista del sufrimiento de Taiwan en el terremoto del mes pasado, no repitió las frecuentes amenazas de usar la fuerza para impedir que la isla declare formalmente la independencia. En realidad, no tenía que hacerlo: el desfile militar dejó bien en claro el mensaje. Las tres armas del Ejército Popular de Liberación (EPL) estaban representadas, con especial atención a las tropas de infantería de marina y 400 tanques y lanzamisiles. Pero el clímax fue cuando se exhibió por primera vez el Donfeng 31 (“Viento del Este”), misiles balísticos que pueden alcanzar Alaska.

Luego vino una procesión de aparentes “delegaciones” de la población china. Primero vinieron cientos de parejas recién casadas, vestidas con ropas de boda occidentales, y una carroza con 40 modelos envueltas en túnicas de seda y el pelo adornado por tocados de oro. Cuarenta empresarios del sector privado caminaron en representación de los 31 millones de empresarios independientes en China. Patinadores que vestían ajustados trajes verdes fluorescentes se deslizaron con borlas y abanicos de papel para formar los caracteres chinos de “Reforma y Apertura”. También pasaron 20 personas en sillas de ruedas, representando a los 60 millones de discapacitados existentes en China.

Los problemas de un Estado que se enfrenta a un desempleo y a tensiones sociales crecientes estuvieron subrayados por las operaciones de seguridad en las que estuvo enmarcado el acto. La noche antes se había declarado la ley marcial para sellar sectores de la capital. También se consumó unamasiva expulsión de trabajadores temporarios y otras personas consideradas inapropiadas para el cumpleaños del partido del pueblo.

 

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