Por Diego Fischerman
Hubo una vez
un disco que se convirtió en mítico. Un disco que fue LP, se reeditó mal en CD y
se distribuyó apenas. Uno de los pocos editados en vida de Piazzolla que, por algún
motivo, no tuvo la repercusión que se merecía. Y no por falta de nombres. Además del de
Piazzolla, ese disco llamado El tango tenía en los créditos el de Edmundo Rivero como
cantante y el de Jorge Luis Borges como letrista, más la aparición de Luis Medina Castro
como relator. Será por eso que hace unos años, el bandoneonista Daniel Binelli,
integrante del último sexteto de Piazzolla, tuvo la idea de revivir aquel trabajo. Los
convocados para completar el equipo fueron Jairo y Lito Cruz. El nuevo registro salió a
la venta en el sello Milan, pero el espectáculo nunca había sido presentado en vivo, ni
por Piazzolla ni por Binelli, hasta ahora. Ante una sala llena hasta al tope y por
iniciativa de un grupo de diputados, Borges, en el año del centenario de su nacimiento,
fue cantado por primera vez en público. Una versión prolija, bien
cantada y bien tocada, puso en escena los logros y, también, las inevitables distancias.
Por un lado, algunas de las obras están irremisiblemente fechadas. Sobre todo en la
Oda a Buenos Aires, escrita para canto, narrador, coro y orquesta, definida
por Piazzolla como la obra más audaz del ciclo, en la que la pretensiosidad
termina derrumbando sus méritos melódicos y poéticos. Por otra parte, las comparaciones
son difíciles de evitar. Y esta versión pierde, con respecto a la original, todas las
angularidades propias del estilo de Piazzolla como intérprete y la rugosidad de Rivero
como cantante. Jairo, obviamente, no intenta parecérsele y juega sus mejores cartas a
lograr un estilo propio como cantante de tango. Su voz cristalina, casi transparente, no
resulta previsible dentro del género pero genera, en cambio, un código nuevo. Algunos
temas instrumentales de Piazzolla y del propio Binelli completaron un recital que tuvo sus
puntos más altos en las canciones más sencillas (y más logradas): Jacinto
Chiclana, El títere y A Don Nicanor Paredes.
El disco original
El tango se editó en 1965. Tocaba el Quinteto
Nuevo Tango de Astor Piazzolla, Edmundo Rivero cantaba, Jorge Luis Borges era el letrista
y Luis Medina Castro, el relator. Eran apenas siete temas que, sin embargo, quedaron en la
memoria como una obra mayor. A pesar de la relación conflictiva de Piazzolla con el
género de la canción, estos tangos y milongas lograban una rara síntesis entre
tradición y vanguardia. Los títulos eran El tango (recitado por Medina
Castro), Jacinto Chiclana, Alguien le dice al tango, El
títere, A Don Nicanor Paredes, Oda íntima a Buenos Aires y
la suite El hombre de la esquina rosada. Una edición en LP desaparecida y una
versión casi secreta en CD que ni siquiera llegó a todas las disquerías, hicieron de
esta obra un objeto de culto. El próximo domingo 31 de octubre, la injusticia crónica se
revertirá. Ese día, con la edición de Página/12, el lector tendrá a su alcance el CD
con la edición original. |
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