Lino Oviedo
volvió a hablar el viernes sobre la situación política de Paraguay, acodado en el
mostrador de una panadería en el fin del mundo, en Tolhuin. Hago golpes con los
votos, y los voy a volver a hacer, aseguró Oviedo después de asegurar que quiere
volver a su país para que el pueblo decida en las urnas si lo quiere como
presidente. Y agregó: Me persiguen como a Jesucristo. Carlos Menem fue
sorprendido por las nuevas declaraciones periodísticas del general apenas bajo del avión
que lo trajo de vuelta de su gira de despedida por Estados Unidos. Sin disimular el
disgusto que le produjo la incontenible verborragia de Oviedo, Menem ordenó al ministro
del Interior, Carlos Corach, estudiar detenidamente las palabras del ex hombre fuerte del
Paraguay antes de tomar medidas. El clima después de la reunión era tal que el ministro
no descartó la expulsión de Oviedo del país si se comprueba que violó las reglas del
derecho de asilo. Caben todas las posibilidades, aseguró Corach, quien
agregó con ironía: Más al sur no lo podemos mandar.
Por segunda vez en menos de quince días el ex general Lino Oviedo hizo declaraciones a la
prensa en las que se refirió a la política interna del Paraguay, lo que tiene prohibido
por su condición de asilado político.
Desde una panadería en Tolhuin, Tierra del Fuego, a 39 kilómetros de la Estancia
Rivadavia a la que fue confinado después de sus primeras declaraciones recogidas por el
diario La Nación, Oviedo volvió a romper el silencio.
Y dijo:
En
Paraguay yo combato a los poderosos, por eso me persiguen, como en algún momento se
persiguió a Jesucristo.
Quiero
que sepan que tengo la conciencia tranquila. Yo digo que vayamos a las urnas y que el
pueblo decida, si él puede ser presidente de su país.
Yo hago
golpes con los votos. Y los voy a volver a hacer, sólo que no le diré cuándo.
Y que si
los presidentes del Mercosur dan garantías sobre su seguridad física y jurídica
volvería al Paraguay.
Menem se enteró de las declaraciones de Oviedo apenas descendió del Tango 01, el avión
presidencial que lo trajo de vuelta a Ezeiza desde Estados Unidos. Horas antes, desde
Nueva York aún sin tener conocimiento de las nuevas definiciones del paraguayo, el
Presidente había dicho: El derecho de asilo es sagrado. Y ratificó que no
concederá la extradición de Oviedo que reclama el Paraguay.
Una vez que se desayunó de las palabras del ex general un Menem enojado convocó de
urgencia a su minigabinete. Cuando llegó a la quinta de Olivos ya lo estaban esperando el
ministro de Justicia, Raúl Granillo Ocampo; del Interior, Carlos Corach; el canciller
Guido Di Tella; y el secretario General del la Presidencia, Alberto Kohan.
Según fuentes de la Casa Rosada, el Presidente habría ordenado estudiar la forma de
sacar a Oviedo del país lo antes posible. Y poner fin así al polémico asilo
otorgado al ex militar golpista paraguayo, cuyo pedido de extradición fue rechazo por el
gobierno argentino, lo que generó un conflicto diplomático entre ambos países. El
Presidente está muy molesto por el comportamiento de Oviedo y considera que el general
paraguayo ha traicionado al Gobierno y roto las reglas de juego del asilo,
aseguraron las mismas fuentes.
Corach destacó que el gobierno argentino va a cumplir a rajatabla las
condiciones del derecho de asilo otorgado a Oviedo, entre ellas, que el ex militar
no debía realizar declaraciones políticas que desestabilicen la situación interna del
Paraguay. Y dijo que están estudiando detenidamente las palabras del ex
militar para determinar si sus declaraciones a un diario y a una radio porteña violan
estas condiciones.
El candidato presidencial del PJ, Eduardo Duhalde anticipándose a lo que decida
finalmente la Casa Rosada, pidió ayer la expulsión de Lino Oviedo. No puede
seguir violando las normas del asilo, advirtió elgobernador bonaerense quien
agregó: Ya se le había mostrado la tarjeta amarilla, y creo que es el momento de
marcarle la roja.
Por su parte, el candidato de la Alianza, Fernando de la Rúa, aseguró que si llega a ser
el próximo presidente hará que Oviedo se asile o resida en otro país no
limítrofe con Paraguay.
MATO A UN HOMBRE CON SU ARMA REGLAMENTARIA
Un custodio de Corach detenido
Por C. R.
Como en
la Argentina las cosas suelen ser al revés de lo que parecen, finalmente quedó detenido,
sospechado de homicidio, el custodio del Ministerio del Interior que en la madrugada del
viernes había matado a un supuesto ladrón, en la localidad bonaerense de Claypole. En un
primer momento, con el aval de una declaración pública del ministro Carlos Corach, el
cabo primero de la Policía Federal Jorge Goycoechea había argumentado que utilizó su
arma reglamentaria en contra de Marcos Vieira, de 25 años, porque éste presuntamente lo
había amenazado con un arma de fuego, con intenciones de robo, secundado por otro hombre.
El fiscal de Lomas de Zamora Juan José Baello, sin embargo, dispuso la detención del
custodio, por entender que habría atacado a un hombre desarmado.
La versión inicial de los hechos había sido avalada, incluso, por el propio fiscal
Baello, quien en primera instancia calificó el hecho como tentativa de robo y
homicidio. Ahora, sólo quedó la carátula homicidio y el único
imputado es Goycoechea. Sergio Smietniansky, abogado de la Coordinadora contra la
Represión Institucional (Correpi), dijo a Página/12 que interviene en el caso, como
representante de la familia de Vieira, porque se trataría de un nuevo caso de
gatillo fácil.
Los hechos ocurrieron en el cruce de Monteverde y Charcas, en Claypole, a las 2.30 del
viernes. El cabo de la Federal, que pertenece a la División Custodia del Ministerio del
Interior, se encontraba fuera de servicio y vestido de civil, en un Dodge 1500 del que se
había bajado por un desperfecto mecánico. En ese momento se cruzó con Vieira, quien
estaba acompañado por su esposa, Sabrina Miriam Góngora, y por un amigo, Ariel Aguirre.
Según la versión de Goycoechea, los dos hombres iban armados y se le acercaron con
intenciones de robo.
Curiosamente, luego de ver como le disparaban a Vieira, el joven Aguirre utilizó el mismo
argumento cuando lo llevó, herido de muerte, al hospital Arturo Oñativia: Nos
asaltaron y balearon a mi amigo. En su primera intervención, la comisaría 6ª de
Claypole detuvo a Aguirre, por entender que estaba involucrado en un caso de intento de
robo a mano armada. Ayer, el fiscal Baello le tomó declaración a Aguirre y también a la
señora Góngora.
Como resultado de esos testimonios y de la prueba reunida, Baello produjo un giro en su
investigación y ordenó la detención del cabo de la Federal. Habría sido decisivo el
testimonio de la mujer de Vieira, quien acreditó que lejos de tener un arma en su mano,
su esposo estaba hablando por teléfono mientras ella esperaba el colectivo. El suboficial
Goycoechea fue llevado detenido a la comisaría de Canning, en el partido de Esteban
Echeverría. Ahora lo acusan de homicidio.
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