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![]() De entrada nomás quedó claro que Boca iba a extrañar demasiado a Juan Román Riquelme. Ni Pereda ni Cagna pudieron cargarse la responsabilidad de la gestación de juego. Así, las únicas armas con que contaba Boca para desnivelar eran alguna acción individual de Guillermo o algún cabezazo de Palermo. Para colmo, los jujeños sorprendieron casi en el arranque con un anticipo medido de Juárez y sacaron una ventaja que hasta ese momento no merecían. Pero más allá de los merecimientos, el gol entonó a los locales y desconcertó aún más a Boca: Samuel y Bermúdez perdían de alto, Serna no hacía pie en el medio y los otros volantes no podían agarrar la pelota. Si bien insinuaba peligro cuando apretaba, también dejaba una sensación de fragilidad cuando los que avanzaban eran Guiberguis, Mario Lobo o Juárez. Pero en ese ataque por ataque, Boca acertó primero con un derechazo a la carrera del Mellizo y cambió el partido. Gimnasia sintió el impactó. Por más que estaba jugando casi en el techo de su nivel y Boca se mostraba muy por debajo del suyo, las cosas estaban iguales. Ni hablar cuando Palermo hizo su primera aparición estelar. Luego de un cabezazo de Arruabarrena que tapó Castellano, surgió el rubio para tocar de arremetida y salir a festejar a los carteles... de su sponsor. Boca lo pudo liquidar ahí nomás luego de una falta de Aguírrez sobre Palermo, pero Castellano le volvió a atajar un penal a Boca, esta vez a Guillermo. El segundo tiempo fue mucho más aburrido. Boca no tuvo inteligencia para aprovechar los espacios que le regalaba Gimnasia, y el local atacó con muchas ganas pero sin claridad ni ideas. Todo en medio de un arbitraje flojísimo de Sergio Pezzota, que dejó pegar mucho, no cobró ni la mitad de las faltas que hubo y sacó las dos rojas en jugadas mucho menos graves que en otras que ni siquiera pitó. Con superioridad numérica, el conjunto de Bianchi dispuso de varias ocasiones para definirlo, pero siempre eligió la peor opción. Así hasta que reapareció Martín. Con un zurdazo cruzado dejó en claro que está intacto, y que Boca seguirá disfrutando de sus goles.
NO VIENEN EL PIOJO, KILY, CAVALLERO...
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