LOS ASESINOS A SUELDO CRUZAN LAS FRONTERAS
El llamado de la sangre

Dos de los que mataron a Argaña también asesinaron a un abogado frepasista en Formosa. Son miembros de "la Banda de los Turcos", con cuyo jefe Lino Oviedo se reunió un día antes del crimen de Asunción.

En la mañana del 14 de junio, un día feriado, el abogado frepasista formoseño Carlos Honorio Cubillas recibió una llamada en su teléfono celular. Le pedían una cita urgente. Cubillas la pactó para unos minutos más tarde, en su estudio del centro de la capital. La cuestión llevó unos pocos minutos: el abogado recibió cuatro balazos. Uno en el hombro, otro en el tórax y dos, de remate, en la nuca. El suceso tenía un par de características excepcionales. La primera, que los ejecutores del crimen por encargo son dos sicarios paraguayos buscados por su participación en el asesinato del vicepresidente Luis María Argaña; la segunda, la vinculación de los implicados con la política de ambos lados de la frontera. Es más, el único detenido hasta ahora, Hugo Romberg, cuñado de Cubillas, mantenía periódicos encuentros con Lino Oviedo.

En los meses previos a su muerte, Cubillas había comenzado a tramitar el tormentoso juicio de divorcio de su esposa, Carmen Alicia Romberg. De acuerdo con lo declarado en tribunales por el propio Cubillas, Carmen Romberg, asesorada por su hermano, Hugo, y por su compañero sentimental, Feliciano González, había tratado de impedir la entrada de su marido a Mega Cable Color, un canal de televisión por cable por el que la pareja litigaba y estaba valuado entre 5 y 7 millones de dólares. En abril, Cubillas había solicitado al juez interviniente que se investigaran fuertes retiros de dinero de la empresa efectuados por Carmen Romberg, "producto de las cuotas de abonados, pagarés y documentos de reconocimiento de deuda en favor de los individuos que la custodiaban, incluido abogados", así como el registro domiciliario del canal.

Mi cuñado

Carmen Romberg y su amante, Feliciano González, habían recibido protección y albergue en casa del cuñado de González, el empresario de la construcción Carlos Viggiano, un personaje que ganó una discutible popularidad al cobrar 80 millones de dólares para levantar la "Obra Palacio Legislativo de Formosa", conocida en la provincia como "el Palacio de la Corrupción". La edificación, prevista en principio en 5 millones, quedó inconclusa pese a haber recibido 75 millones más. Esos aportes fueron hechos, entre otros, por Julio Mera Figueroa, José Luis Manzano y Carlos Corach desde el Ministerio del Interior. Viggiano, oriundo de Adrogué, en la provincia de Buenos Aires, se convirtió luego en funcionario al acceder a la Secretaría de Hidrocarburos de Formosa, y hace unos meses aseguró a la prensa que jamás cobró semejante cantidad. Lo que nunca negó Viggiano fue su amistad con el ex presidente paraguayo Juan Carlos Wasmosy y con Albino Rojas Martínez, un habitué de las veladas de la Residencia Presidencial de Olivos, más conocido como El Soldado Chamamé.

A los dos meses de haber pedido acciones judiciales sobre el canal, Cubillas era asesinado. Los testigos dijeron haber visto descender en la puerta del estudio a dos hombres que llegaron en una camioneta Nissan 4x4, de color verde y doble cabina. Un mes más tarde, el 15 de julio, la camioneta Nissan fue localizada en la población paraguaya de Pedro Juan Caballero. Llevaba matrícula K488794 y era propiedad de uno de los

sospechosos, Cristóbal Benítez Ramírez. De acuerdo con los identikits remitidos a Asunción por la policía formoseña, el otro sicario sería un tal Cándido López. Entre ambos, las fuerzas de seguridad paraguayas calculan un centenar de homicidios y agregan un dato de alto voltaje: los nombres de los dos integran la lista de los buscados por el magnicidio de Luis María Argaña. Pero los "killers" no son cuentapropistas. Forman parte de la llamada "Banda de los Turcos", es decir, de los pistoleros a sueldo que responden al siriolibanés Fahad Jamil Georges, un "padrino" afincado en la localidad brasileña de Ponta Porá, fronteriza con Pedro Juan Caballero. Un día antes de la muerte de Argaña, Oviedo había visitado a Fahad Jamil Georges. Allí, en Ponta Porá, donde la misión de "enfriar" enemigos, adversarios o personas incómodas se cotiza entre 20 y 30 mil dólares, estarían ocultos los dos sospechosos del asesinato del abogado formoseño. "Si Ciudad del Este monopoliza el negocio de las armas, Pedro Juan Caballero es el reino de la droga y Ponta Porá es su espejo, del lado brasileño". No es una definición caprichosa. En la descripción de la zona coinciden todas las policías de la región.

A las once de la noche del día del ataque al abogado Cubillas y casi por casualidad, la policía formoseña, que había intensificado la vigilancia caminera, se topó con otro hallazgo: el ex mayor carapintada Carlos Walter Jaime. Jaime declaró ser de profesión "desocupado" y no conocer a Cubillas pero sí al único detenido, Hugo Romberg, con quien, dijo, se había reunido el día anterior en el Hotel Guaraní, en Asunción. El ex mayor desocupado agregó que el encuentro se había producido para reclamarle a Romberg la devolución de un dinero que éste le adeudaba. Por ese motivo, agregó, había convenido con Romberg entrevistarse nuevamente, en Formosa, 24 horas después. Fuentes próximas a la investigación barajan la hipótesis de que Jaime podría haber cumplido un papel nada secundario en la celada tendida a Cubillas, como intermediario del arreglo con los sicarios, y tienen la certeza de que, aunque el domicilio que fijó en su declaración es de Corrientes, en la actualidad está radicado en Paraguay. Romberg, por su parte, generador de proyectos de importación y exportación, era un frecuentador de Paraguay y de la amistad de Lino Oviedo. Oviedo solía llamarlo con frecuencia y tras esos telefonazos, Romberg partía con su camioneta cargada de pelotas de fútbol para el equipo que el general sponsoreaba. No en vano la barriada de Francisco Alvarez, donde Oviedo se instaló durante sus primeros meses de asilo, recibió como regalo del fugaz vecino el terreno para una canchita. El, muros adentro, se distendía jugando picados con los Albatros.

Con el cable al cuello

Cubillas era un abogado vastamente conocido en la provincia. Fue él quien, junto a su letrado patrocinante en el divorcio, el también frepasista Pedro Velázquez Ibarra, pidió el juicio político al presidente del Superior Tribunal de Justicia provincial, Carlos Gerardo González, por mal desempeño y reiterados delitos dolosos. Antes, había apuntado a Viggiano por el escándalo del Palacio Legislativo. Es más: era uno de los mayores acreedores de Viggiano Construcciones en el concurso preventivo de crisis. Mega Cable Color constituía el bien más importante del patrimonio del matrimonio Cubillas, calculado en aproximadamente 10 millones de dólares. Mega Cable no sólo avivó la codicia de quienes rodeaban a su ex mujer; también había despertado, en ese mismo período, el interés de potenciales compradores. Incluso, personas cercanas a su ex esposa, Carmen Romberg, realizaron gestiones ante el COMFER para lograr la transferencia del canal. La negociación se frustró puesto que existía una insoslayable orden judicial de no innovar. Allegados a Cubillas afirmaron a Página/12 que una de las propuestas fue realizada, en representación de terceros, por Albino Rojas Martínez, El Soldado Chamamé. Tras el asesinato de Cubillas la policía formoseña requisó el automóvil del amante de Carmen Romberg. El Fiat Regatta estaba en la puerta de la casa de Viggiano. Junto a Viggiano, otro hombre presenciaba el procedimiento e intentó intervenir. "Soy Albino Rojas, asesor presidencial", se identificó.

Cuando la legislatura paraguaya tomó conocimiento de los detalles que rodearon el homicidio de Cubillas dudaron primero y se sobresaltaron después. El martes, un coche oficial recogió, en Formosa, los tramos más sustanciosos del expediente judicial y cargado de papeles retornó a Paraguay. Allí, la Comisión Bicameral esperaba el material para dar comienzo a la tarea de cruzar datos.

NO HAY UNANIMIDAD ENTRE LOS MAS CERCANOS AL PRESIDENTE
Menem decide el futuro de Oviedo

Por Adrián H. Mouján
En el gobierno nacional existen posiciones encontradas respecto de cuál será la situación de Lino César Oviedo a partir de hoy, cuando el presidente Carlos Menem se reúna con los ministros Carlos Corach, de Interior, y Guido Di Tella, de Relaciones Exteriores, para evaluar la medida a adoptar. Mientras algunos colaboradores del presidente Carlos Menem aseguran que el ex general paraguayo "se va a tener que ir pronto, porque colmó la paciencia", una fuente de la Secretaría de Seguridad Interior le aseguró a Página/12 que la condición del asilado "no se modificará, por lo menos hasta el 24 de octubre, aunque se van a extremar las medidas para que no tenga más contactos con la prensa".

"Oviedo se va a tener que ir, le colmó la paciencia al Presidente. Se le dieron varias oportunidades y él siguió quebrando las reglas. Ahora Menem dijo basta", fue la explicación que le dio a este diario un allegado a Menem. Este conocedor de la intimidad presidencial, tanto en la Casa Rosada como en la Quinta de Olivos, le auguró un destino en el extranjero al jinete bonsai, como se lo conoce a Oviedo en su país. "El destino podría ser Venezuela, Puerto Rico o Alemania", añadió la fuente, quien aclaró que será el gobierno nacional el encargado de buscarle nuevo refugio a Oviedo.

Este colaborador de Menem explicó que el enojo presidencial tuvo su punto más alto cuando leyó las declaraciones que el ex general golpista formuló a La Nación, pero que con el correr de los días el ánimo presidencial empeoró. "Menem ya pasó la etapa del enojo, ahora está fastidioso, lee el nombre de Oviedo en un diario y se fastidia, no se le puede hablar del general", detalló el colaborador presidencial.

Pero, en otro sector del área política del Gobierno, consideran que Menem no le revocará el asilo a Oviedo. "No va a pasar nada. ¿De qué sirve pedirle mañana (por hoy) que se vaya lo más rápido posible, si tiene tiempo entre el 24 de octubre y el 10 de diciembre para hacerlo?", explicó el funcionario de la Secretaría de Seguridad. En las cercanías de Miguel Angel Toma explican su posición de la siguiente manera: "Menem cree que, tarde o temprano, Oviedo va a ser presidente del Paraguay elegido democráticamente. Si esto llega a ocurrir, se va a equilibrar la balanza política dentro del Mercosur, porque Asunción se va alinear rápidamente detrás de Argentina. Oviedo va a romper el esquema trazado por (Luis) González Macchi (actual presidente de Paraguay), que se encolumnó detrás de Brasilia".

La fuente gubernamental fundamentó esta teoría señalando que "desde que González Macchi y otros funcionarios paraguayos criticaron a Menem por su negativa a extraditar a Oviedo, Corach, Kohan, Di Tella y varios de nosotros les reclamamos que tuvieran la misma actitud con Brasil que tiene asilados a (Alfredo) Stroessner y a (Raúl) Cubas Grau". En la Secretaría de Seguridad Interior creen que en la reunión de hoy se acordará que el embajador en Uruguay, Andrés Antonietti, siga desempeñándose como el mensajero con el ex general paraguayo y que su primera tarea será "prohibirle que hable con los medios. Le va a decir que la orden es que no salga de la estancia".

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