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Por Felipe Yapur "Ya sé que todo parece un sueño, pero estamos en la recta final y de algo tenemos que agarrarnos, ¿no?". La confesión es de un estrecho colaborador de Eduardo Duhalde y el sueño tiene nombre y apellido: Domingo Cavallo. El candidato del PJ no deja de imaginar al ex ministro quitándole votos a la Alianza para allanarle el camino hacia el ballottage. La aspiración por alcanzar al menos la segunda vuelta no es nueva. Entre los dirigentes más cercanos a Duhalde, este deseo comenzó a expresarse verbalmente luego de la masacre de Villa Ramallo. Hasta esos días todavía existía en el equipo de campaña una luz de esperanza que los hacía creer en un posible triunfo. "Al día siguiente de la masacre hicimos una encuesta y habíamos perdido cinco puntos. Necesitamos unos cinco días para recuperarlo, entonces varios nos dimos cuenta de que la única alternativa que nos queda es la segunda vuelta", confió un operador a este diario. Duhalde, obviamente, no suscribe públicamente a esta teoría. Y a pesar de que rechaza a viva voz las encuestas, hace 10 días --según explican sus colaboradores-- habría encargado una a Gallup, de más de 3 mil casos, que decidió no dar a conocer. "Los datos obtenidos no fueron muy distintos a los que se conocen, pero la diferencia con la Alianza es menor: unos 12 puntos y un porcentaje de indecisos muy importante: 18 por ciento. Con todo en el equipo de campaña concluimos en que la diferencia final puede ser de 10 puntos". Varios de los que participaron de la reunión donde se conocieron estos guarismos coincidieron en que "reducir la brecha en los poco más de 20 días que quedan de campaña es muy difícil. A lo sumo podemos lograr que esa diferencia se reduzca a siete puntos", confesó uno de los allegados al candidato. "Estos tres puntos los puede reducir Cavallo", señalan y sueñan los duhaldistas como aferrándose a una tabla salvavidas. "El Mingo tiene un solo bastión y es Capital Federal. Es aquí donde puede golpear a la Alianza", dicen antes de desgranar la teoría de la erosión. Esta teoría, este sueño, lo elaboraron luego de que --en riguroso secreto-- asesores de Duhalde realizaron consultas a un par de encuestadores. La única posibilidad que le queda al candidato del PJ es "tratar de mantener su caudal de votos y, si es posible, captar algunos más. Pero, y aquí está lo más importante, es confiar en que Cavallo le arranque voluntades a (Fernando) De la Rúa. La razón es simple. Hemos determinado, gracias a la consulta realizada a encuestadores, que de cada cuatro votantes a la Alianza, uno de ellos está dispuesto a cambiar su voto. Es verdad que ese voto no es para Duhalde, pero sí para Cavallo. Y esto lo saben los radicales y por ello están nerviosos", afirmó a este diario uno de los hombres de Duhalde, convenciéndose al mismo tiempo de su teoría. Es por ello que los duhaldistas consideran como música para sus oídos las críticas que Cavallo y su gente arrojan contra De la Rúa, pero sobre todo contra Duhalde. "De esta forma se despega de la imagen de cercanía que tenía con nosotros, y los indecisos o los votos frágiles que tiene la Alianza migran hacia Acción por la República. Cavallo es consciente de ello y está de acuerdo con esta estrategia. Así que una vez que pasemos a la segunda vuelta, seremos invencibles", dijo con marcado entusiasmo un operador duhaldista. Pero para concretar este sueño, Duhalde sabe que debe lograr una amplia ventaja en la provincia de Buenos Aires: "Tenemos que ganar por una diferencia de un millón de votos", dicen los duhaldistas. Y es en su terreno donde el candidato tiene problemas. Por un lado está la presencia del ex comisario Luis Patti. "Si Menem lo hubiera bajado a Patti, hoy Ruckauf estaría ganando tranquilo la provincia", suelen confesar los duhaldistas que no dejan de maldecir al Presidente. El bonaerense, dice, está triunfando en su provincia por más de 20 puntos, basado en los sondeos semanales que le acerca su propio equipo de encuestadores. Este equipo, integrado por sociólogos, especialistas en estadísticas y un ejército de jóvenes y mujeres que "barren" la provincia, es el que en 1997 le anunció la derrota de su esposa Hilda "Chiche" y que hoy le dice que el próximo 24 triunfará. Es allí donde reside la confianza de Duhalde y, por qué no el sueño del candidato.
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