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Por Nora Veiras --¿Cómo es estar en campaña para presidente? --Muy complicado por dos cosas: la primera, el tiempo; la segunda, porque estamos totalmente desprovistos de todo aporte legítimo o ilegítimo (risas). --Por lo menos, tiene un problema menos. --Lo que nos correspondía por las últimas elecciones no nos lo dieron. Vamos poniendo lo que podemos cada uno de nuestro bolsillo y esto influye. --¿Usted fue peronista? --No. --Leí que hasta el '49 fue peronista. --Ah... en aquella época sí. Cuando se produce la revolución sí. Fijate que a mí me toca vivir la época de los famosos 30 --yo era un mocosito-- en la que ya se sabía que Patrón Costa iba a ser el presidente de la Nación. Se sabía que lo estaban matando a Ricardo Ortiz a comilonas porque era diabético. --¿Realmente fue así? --Sí, firmalo. Le encantaba comer y no se cuidaba nada. Lo mataron y quedó Castillo. A uno le ponían un perro al lado y uno lo agarraba. --¿Qué quedó de aquel peronismo? --Nada. Yo fui muy crítico de la personalidad de Perón, pero representó, históricamente, un avance sobre la crisis social. Hay un video en el que habla de la función del socialismo en la sociedad, es de una confección que uno lo firma. Las leyes tuvieron para mí un error --pero también comprensible históricamente--, la verticalidad en el gremialismo. Pero hay que ver que él recibió una formación fascista. Era la época, ¿dónde había democracia en Occidente? --Es ese sindicalismo verticalista el que, entre otros factores, permitió avanzar el modelo neoliberal. --Es que el modelo neoliberal, capitalista o globalizante, no tiene ni ética ni moral. Les interesa una sola cosa que es el dinero. Ya no son ni siquiera los seguidores del becerro de oro como solía decir yo. El becerro lo rompieron, el oro, punto. No es que adoran a un determinado sistema sino que adoran a todo aquello que les produce dinero y no les importa el costo humano que eso provoca. --¿Por qué la fuerza que se presenta con mayores posibilidades de acceder al poder defiende el modelo? --Creo que ahí hay una unión especuladora, lo que interesaba era llegar al poder y eso es muy peligroso: hace perder la visión ética de lo que hay que hacer en política. Yo no termino de entender a los socialistas que se han quedado en la Alianza porque además, no son críticos de determinadas situaciones. No se puede aceptar todo. Veo muy ambiguo qué se va a hacer con la universidad, ¿se va a arancelar parte, todo, o nada? Nosotros decimos que tiene que ser gratuita. El tipo rico tiene que pagar. --¿Usted apunta a la reforma tributaria? --Por supuesto. Hay reformas que son esenciales: la del Poder Judicial, por ejemplo, las designaciones a dedo. La policía sin preparación junto a sueldos miserables. Además, para mí hay un hecho obsesivo que es el de la deuda externa. --¿Ustedes plantean la suspensión, el no pago o la revisión? --La suspensión hasta que se haga la revisión. Los obispos norteamericanos --no Hesayne-- la dan como tres veces paga. Además tenemos el problema de todas las empresas privadas que se estatizaron. El señor Cavallo quiere ser presidente y nunca explicó cuál fue el beneficio para el país de la estatización de la deuda privada. --En su momento Alfonsín también dijo que se iba a pagar la deuda legítima... --Sí, le costó la cabeza a Bernardo Grinspun. Es una de las cosas que yo le achaco a Alfonsín: a él no se le conoce una tramoya económica, pero siempre, gallego cabezadura, se tragó las cosas y no se las dijo al pueblo. Eso es un gran error, entrando en el siglo XXI no se puede gobernar tapándole cosas a la gente porque, además, se corre el riesgo de pagarlo solo. También se forma ese entorno maldito que le hacen ver lo que no está pasando. --Usted, como católico, ¿cómo suscribe el postulado de Marx: 'la religión es el opio de los pueblos'? --Primero porque él dijo que la religión --se refería a todas-- buscan, no digo de mala fe en algunos casos, que la gente se conforme con lo que le pasa atribuyéndole las causas a Dios. ¿Yo me pregunto qué Dios va a querer que los chicos se mueran de hambre? Es la forma que encontró el hombre para justificar lo que hace y que la gente no se rebelara, eso la adormecía. --¿La Iglesia Católica hoy sigue apostando a eso? --Una parte sí. Hay una tensión interna. Sería falso decir lo contrario. Yo esperaba más de la conducción de Estanislao Karlic. El 11 de octubre va a haber una marcha de los excluidos, que es un movimiento que comenzó en Brasil, y no veo un apoyo decidido y firme. --¿A qué atribuye eso? --No sé. Si digo conservadurismo temo ser injusto, temor tal vez sí. Acá hay además una relación muy estrecha de la Iglesia con el poder político, económico y militar y eso frena muchas cosas. --Usted fundó con Carlos Auyero y Graciela Fernández Meijide la Democracia Popular en 1993. ¿Cuándo decidió apartarse de ese proyecto? --Cuando comenzaron las conversaciones con Carlos "Chacho" Alvarez para el Frente Grande. No me gustaba la forma, las ideas, el centralismo, la digitación que ahora se está viendo. A nadie le interesaba el trabajo con las bases. Llegaron a hacer una alianza con Ulloa en Salta. --¿La volvió a ver a Fernández Meijide? --No, pero no tengo nada personal. Pero ¿para qué me voy a encontrar? ¿Para hablar de qué?
--¿Usted cuestiona que se haya formado la Alianza? --Yo en el '95 fui como candidato a gobernador con Pino Solanas y a él ¿por qué lo ralearon? Había un verticalismo muy grande, donde no se discutían las cosas. Un proyecto nuevo requiere muchísima más difusión entre la gente. No sé trata de ir a ver al padre Farinello para la foto. --¿A qué atribuye entonces que, a medida que se institucionalizó el proyecto de la Alianza, crece su intención de votos? --Creo que más que por cuestiones ideológicas, la intención de voto creció porque lo que tienen en frente es desastroso. En este momento no hay país: hemos perdido la soberanía, la independencia, además de perder las fábricas. ¿Dónde quedaron las leyes laborales que siguen figurando en la institución? Es lógico que el hombre común se tire hacia algo que parecería ser una mejor situación. --¿Cuál es la responsabilidad de la izquierda en la atomización que muestra? --Creo que los que nos llamamos progresistas somos responsables. El problema es una cuestión humana, creo que hay en todos nosotros un ansia de estar primeros, de figurar primeros. Lo que llamamos izquierda necesita también una autopurificación y no estar cerrado a cosas que no representan nada para el pueblo. --¿Por ejemplo? --Estar atado a las viejas teorías del 1900, cuando lo que se ve es que está desapareciendo el hospital público, la escuela pública, aun la escuela privada está perdiendo alumnos. No quiero ponerme en la situación de juez, creo que no hemos sabido hacer un diálogo productivo. Nosotros no somos nada pretenciosos, que vamos a salvar el mundo, pero sí empezar desde abajo a trabajar con la gente. --¿El espacio del socialismo auténtico lo ve en los descontentos con la Alianza? --Diría que de todos lados. Aun de los ambientes cristianos. Tenemos la expectativa de recuperar el espacio vacante dejado por nuestros "primos" socialistas. --¿Alguna vez se imaginó candidato a presidente de un partido socialista? --No (risas).
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