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"Para mi generación, Fito Páez fue más influyente que Silvio Rodríguez"

Amaury Gutiérrez es cubano, pero vive desde hace seis años en México. Allí vivió una serie de transformaciones, más allá de lo musical.

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Por Fernando D'Addario
t.gif (862 bytes)  Amaury Gutiérrez se crió y se formó culturalmente en Santa Clara, una ciudad que a despecho de su seducción casi mitológica, es un centro real de experimentación musical, con señales cruzadas entre los sonidos caribeños y el jazz. En su currículum profesional cabe apuntar su trabajo como vocalista de Afrocuba, el grupo que acompañó a Silvio Rodríguez. Y en su historia de vida primará la noche de 1993 en que decidió irse de Cuba. No se fue a Miami, sino a México, lo cual lo exime, en su país, del calificativo de gusano. En el DF tardó en aprender los preceptos básicos del capitalismo, pero parece que finalmente lo ha conseguido. Tiene un contrato firmado con Universal y un disco debut que lo coloca en una franja ambigua: la de un cantautor cubano con dreadlocks jamaiquinos que le ofrece buenas canciones de amor al mercado latino. En la entrevista que concedió a Página/12 en su primera visita promocional a Buenos Aires, habló de estas aparentes contradicciones.

--Sus canciones tienen una temática romántica. ¿Quiere diferenciarse de otros cantautores cubanos más comprometidos políticamente?

--No, es simplemente una cuestión de respeto para con mis compatriotas. Yo no puedo ponerme a hablar de las cosas que pasan en Cuba, para bien o para mal, cuando yo me fui del país y ahora estoy viviendo tranquilamente en México. Hace años mis canciones tenían un fuerte contenido social, pero estaba en Cuba, y se requería valor para hacerlo, como también para tomar la decisión de no volver más, que fue muy dura para mí.

--¿Por qué se fue?

--Es que artísticamente no tenía oportunidades. Los cantautores de hoy, si no se llaman Silvio Rodríguez o Pablo Milanés, no existen en Cuba.

--Usted se graduó en la Escuela Nacional de Artes de Cuba, donde estudió en forma gratuita. Sin esa formación, ¿sería el artista que es hoy?

--Sin duda que no. Yo le debo mucho a Cuba, por la educación que me dio, y más teniendo en cuenta que yo vengo de una familia pobre, pero tengo sentimientos ambivalentes: por un lado Cuba te educa, pero después tienes enormes dificultades para expresar y canalizar esa educación.

--¿En México le costó aprender a escribir "para el mercado"?

--Sí, me costó muchísimo acomodarme, estuve un año desorientado, porque es una cuestión de mentalidad. En Cuba no hay marketing. En México, sí. En Cuba no se venden discos, así que escribes sólo lo que te sale del alma. En México supe que, si quería sobrevivir, tenía que vender discos y, si quería vender discos, debía tener una imagen, cuidarla y privilegiar determinado tipo de canciones. Aprendí a hacer canciones más "fáciles".

--¿Esto hizo que también cambiaran sus referentes musicales? ¿Ahora se ve reflejado más en cualquier artista latino exitoso que en Silvio Rodríguez?

--Mi principal referente en lo que respecta a la nueva trova es Pablo Milanés, por su musicalidad. Y no puedo desconocer a Silvio, claro, que para mí es el mejor letrista de Iberoamérica. Ellos, en Cuba, eran una especie de hippies que fueron asimilados por el sistema, pero su naturaleza sigue siendo rebelde. De todos modos, para mi generación, fueron más influyentes Fito Páez y Djavan que Silvio y Pablo.

 

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