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Alan Greenspan, el presidente de la Reserva Federal (banca central estadounidense), será nuevamente esta tarde el centro de las miradas de los financistas. A las 15.15 anunciará si eleva o mantiene la tasa de interés de corto plazo. Ayer, ante la presunción de que no cambiará nada, las acciones lograron un importante repunte: el Dow Jones subió 1,3 por ciento, impulsando a la vez el índice de papeles líderes MerVal a trepar 2,3 por ciento. En tanto, los títulos públicos crecieron un 1 por ciento en promedio. Las reuniones mensuales del directorio de la Reserva Federal se han vuelto un clásico de la economía globalizada. De su decisión no sólo depende la marcha de la economía estadounidense. También la dirección de los enormes flujos de capitales que diariamente se mueven por el mundo: un aumento de la tasa en los Estados Unidos les quitaría atractivo a los mercados emergentes. Este año, Estados Unidos ya elevó dos veces la tasa --medio punto en total--, a pesar de lo cual Greenspan no logró enfriar la notable expansión económica. Por ese motivo, los financistas están divididos entre quienes sostienen que debería volver a ajustarla antes de fin de año y quienes ven a esa posibilidad como inoportuna, ya que no se detectaron síntomas de inflación. Ayer en la city daban por descontado que la FED dejará la tasa de corto en el 5,25 por ciento anual. "Greenspan va a esperar nuevos datos económicos hasta mediados de noviembre, cuando sea la próxima reunión de la Reserva Federal", comentó a este diario un analista. Justamente, en Wall Street son mayoría los que sostienen que el índice Dow Jones se está corrigiendo sin necesidad de un nuevo retoque en la tasa: en el último mes, la caída llegó al 10 por ciento. Y los principales analistas neoyorquinos no descartan una contracción mayor durante el último trimestre del año. "Si bien mantendrá la tasa, es probable que Greenspan señale que las perspectivas son al alza. Los financistas van a estar muy pendientes de los próximos datos estadísticos", señaló a Página/12 Thomas Dujovne, economista de la Banca Nazionale del Lavoro. El consenso de que Estados Unidos no moverá la tasa animó a Wall Street y a los recintos latinoamericanos. En Nueva York, la suba fue del 1,3 por ciento; en San Pablo, del 0,9; en México, del 1,2 y en Chile, del 0,5. A su vez, la tasa de los bonos a 30 años del Tesoro estadounidense bajó al 6,09 por ciento anual, frente al 6,15 del último viernes. "Descontado el hecho de que la Fed no dará mayores novedades y desaparecida la incertidumbre electoral, en la city continuó prevaleciendo el optimismo sobre un inminente despegue de la economía y la confianza de que el Fondo Monetario ayudará al próximo gobierno", comentó a este diario Pedro Rabasa, economista del Scotiabank Quilmes. En efecto, los papeles cíclicos --aquellos representativos de las compañías cuyos resultados dependen de la actividad económica-- fueron los que más crecieron: Siderar, el 5,4 por ciento y Acindar, el 4,8. El deprimido volumen operado, de apenas 24,2 millones de pesos, también fue leído como un dato alentador por los especialistas: "Hay pocos vendedores porque se piensa que el MerVal va a seguir aumentando", dicen en el microcentro.
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