Tras cinco años comenzó a aplicarse el sistema Excalibur en la investigación. Detectó una llamada a Telleldín desde un teléfono que pertenecía al abogado de la AMIA, días antes del atentado. |
Por Raúl Kollmann El famoso sistema Excalibur tardó cinco años en implementarse en la causa AMIA. Es más, ahora hace falta un programa que vale 40.000 dólares para procesar más rápido el cruce de llamadas y el Estado no quiere poner ese dinero. Lo insólito es que después de 60 meses de ocurrido el atentado y a 24 meses de iniciada la aplicación del Excalibur, las conclusiones son escasas. De la maraña salió apenas un dato curioso: Carlos Telleldín, el último tenedor de la Trafic, recibió cinco días antes del atentado una llamada desde un celular que estaba a nombre de la empresa Justice S.A., propiedad de Luis Dobnievsky, el abogado de la AMIA. El letrado le explicó a Página/12: "Nunca ese celular estuvo en mi poder, ni siquiera lo tuve en mis manos. Uno de los abogados de la empresa tenía como cliente y amigo a un integrante de la banda de Telleldín. A ese hombre, el abogado le prestó el celular un minuto y llamó a la casa del Enano, como le dicen a Telleldín. Lo único que pretenden es usar cualquier cosa en contra mío", reclamó Dobnievsky. La implementación del sistema Excalibur fue más que tardía. Inicialmente hubo un ofrecimiento de la gobernación de la provincia de Buenos Aires de cederlo, pero con la condición de que fuera operado por un hombre de la Bonaerense. Al final, todo el sistema se puso en marcha bajo la órbita de la Brigada Antiterrorista de la Policía Federal que conduce el comisario Jorge Palacios. Prácticamente el único dato que trascendió hasta ahora es el de la llamada desde el celular de la empresa de Dobnievsky a la casa de Telleldín. "Nosotros fundamos una empresa de prepagas jurídicas en 1992 --explica el letrado--. Desde allí contratamos varios celulares, porque los abogados hacían guardias en sus casas para atender cualquier necesidad de los clientes. En ese marco, uno de los celulares estaba en poder de Eduardo Rigotti, un letrado que --ahora nos enteramos-- era amigo de Miguel Jaimes, el encargado de falsificar los números de chasis en los autos robados. Por supuesto que yo no sabía eso y menos todavía que había llamado a la casa de Telleldín. Lo supe cuando, hace poco, salió como conclusión del Excalibur". Rigotti declaró en la causa y contó que efectivamente era amigo de Jaimes desde la niñez. Estando con él, Jaimes le pidió el teléfono y según parece llamó a Telleldín, por cuanto ambos eran parte de la misma banda. Después Rigotti se convirtió en abogado de Jaimes. El letrado no sabe cuál fue el motivo de la llamada y argumenta que, como se hizo cinco días antes del atentado, sin que hubiera ninguna sospecha hacia Telleldín, no le prestó atención alguna. "Echando al ruedo la versión de una supuesta llamada mía a Telleldín antes del atentado quieren desacreditarnos frente al juicio oral. Lo que pretenden es embarrar la cancha. Nunca tuve relación alguna con Telleldín", señaló Dobnievsky apuntando a los letrados que trabajan para los policías detenidos en el caso. En realidad había --y hay-- gran expectativa por conocer las reales conclusiones que surgen de aplicar el Excalibur a la causa AMIA. El cruce de llamadas nunca se hizo y, por ejemplo, no está claro con quién se comunicaban Telleldín, los policías bonaerenses presos, los policías federales sospechados y los integrantes de la llamada pista iraní. El sistema se aplicó al caso Cabezas hace un año y medio, mientras que la aplicación en la causa AMIA se sigue demorando.
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