El ex jefe del campo de concentración de
Jasenovac, extraditado de Argentina, fue condenado a 20 años de prisión en Croacia. |
Dinko Sakic, ex jefe del campo de concentración Jasenovac, fue condenado ayer en Croacia a 20 años de prisión, la pena máxima en ese país para crímenes cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. El tribunal de Zagreb lo encontró culpable de "crímenes contra la humanidad y violación de las convenciones internacionales". Sakic, de 78 años, vivió en el balneario de Santa Teresita hasta que, en abril de este año, admitió parte de su pasado en una entrevista televisiva. Dos meses después fue extraditado a Croacia para ser juzgado. Representantes del Centro Simon Wisenthal manifestaron estar conformes con el resultado del proceso, que sirvió "como una revisión de la complicidad croata con el nazismo". La apacible vida de Sakic en Santa Teresita fue perturbada cuando la televisión reveló que entre los años 1942 y 1944 comandó el campo de concentración Jasenovac, conocido como "El Auschwitz de los Balcanes". Al revelarse la ubicación del jerarca ustasha --croatas que colaboraban con el nazismo--, Croacia y Yugoslavia pidieron su extradición, que fue concedida al primero de esos países. Sakic confiaba en tener un juicio benévolo ya que el presidente croata, Franjo Tudjman, había negado reiteradamente el papel colaboracionista de sus compatriotas y había ordenado el cierre del museo de Jasenovac, donde se recordaba a las víctimas del campo. Sin embargo, fue condenado con la pena máxima. "Durante el período en que dirigió el campo de concentración, Sakic maltrató, torturó y asesinó a prisioneros al ordenar tales actos y al participar de las ejecuciones. En tanto que comandante del campo no hizo absolutamente nada para impedir que dichos actos fueran cometidos por miembros de la defensa ustasha que actuaron bajo su mando", aseguró el presidente del Consejo Judicial del Tribunal de la provincia de Zagreb, Drazen Tripalo, en la lectura del veredicto. Vestido con un traje marrón y una camisa blanca, el criminal croata, que se había declarado inocente, no se inmutó cuando leyeron el veredicto. Algunas agencias informativas extranjeras indicaron que por momentos esbozó una leve sonrisa. Al término de la audiencia, Sakic aplaudió y le dijo al fiscal: "Habéis servido bien a Belgrado". En la sala, había familiares de víctimas de Jasenovac, representantes de grupos de derechos humanos y activistas de extrema derecha. La fiscalía había alegado que mientras Sakic era el jefe de Jasenovac fueron asesinados cerca de dos mil prisioneros. Pero el juez Tripalo aseguró que es imposible determinar el número exacto y puso la cifra total de muertos en el campo en "decenas de miles". Según el Centro Simon Wisenthal, las víctimas de Jasenovac ascienden a 600 mil. Alrededor de 25 mil fueron judíos, el resto, serbios y gitanos. El tribunal dijo que Sakic fue responsable de asesinar personalmente a al menos a cuatro prisioneros y ordenar numerosas ejecuciones. El juicio, que terminó el miércoles pasado, se había iniciado el 15 de marzo. En el proceso se incluyeron el asesinato de una persona que había robado una espiga de maíz, disparos efectuados contra prisioneros como si se tratara de "una partida de caza" y la muerte de un número indeterminado de civiles. Entre los hechos considerados, el consejo judicial estimó probado que en septiembre de 1944 Sakic ordenó ahorcar a una veintena de prisioneros y mató a uno de ellos con un disparo de su pistola. "Este juicio debe servir de prueba para todos los que cometan crímenes de guerra contra la población civil que, tarde o temprano, tendrán que comparecer ante la Justicia y que sus crímenes no caducarán", afirmó el juez Tripalo. Los abogados de Sakic anunciaron que apelarán el fallo ante la Corte Suprema. Las instituciones de la colectividad judía manifestaron su conformidad con la sentencia. "Croacia puede estar orgullosa porque ha probado que no teme enfrentarse a su pasado", afirmó el ex presidente de la organización B'nai B'rith Tomy Baer. El director del departamento israelí del Centro Simon Wiesenthal, Efraim Zurrof, también declaró estar satisfecho con el veredicto, aunque consideró que Sakic debió ser juzgado por "genocidio". Además expresó la esperanza de que la esposa de Sakic, Nada Luburic, fuera juzgada dentro de poco por su papel en el departamento para mujeres de Jasenovac. Luburic fue sobreseída en primera instancia, pero el Centro Simon Wiesenthal recolectó documentación que prueba su responsabilidad en los crímenes cometidos en el campo. "Es una condena histórica porque es la primera sentencia de este tipo en un régimen poscomunista", manifestó Segio Widder, representante del centro en Argentina y uno de los impulsores de la extradición.
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