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Por Raúl Kollmann La bolsa de plástico que se encontró en la celda de Martín Saldaña, el delincuente que apareció ahorcado dentro de su celda, tiene pelos y otro material orgánico en su interior. Todavía los análisis no han determinado si corresponden a Saldaña, pero los sofisticados especialistas de la Asesoría Pericial de la Corte bonaerense harán todo lo posible: el gran problema es que buena parte de los pelos están atrofiados y sólo queda uno que tal vez aporte los elementos necesarios para hacer un diagnóstico. Si efectivamente el pelo es de Saldaña, quedará probado que al integrante de la banda de Ramallo los policías le hicieron el submarino seco, es decir lo torturaron con una bolsa. Lo que los peritos ya saben es que Saldaña murió por la presión que ejerció el lazo en la yugular, pero no pueden determinar si se colgó o alguien le colocó la soga en torno del cuello. Ayer su cuerpo fue exhumado y se extrajeron nuevas muestras: ahora se intentará probar, también, si pasaron corriente eléctrica por su cuerpo. Saldaña apareció muerto en la celda de la comisaría segunda de Ramallo unas diez horas después de haber sido detenido. Era hasta ese momento el único de los asaltantes que había resultado ileso en la balacera desatada cuando salieron del banco con los rehenes. Varios puntos en torno de su muerte levantaron sospechas: pese a que había amenazado con suicidarse se lo dejó solo en la celda. Allí había cuatro colchones --algo inusual-- cuya tela fue usada para hacer el lazo con el que apareció colgado. Cuando se revisó la escena de la muerte, en presencia del fiscal Vicente Botteri, se encontró entre los colchones la bolsa de plástico. Los estudios que se están haciendo en la Asesoría de La Plata --un organismo de mucho prestigio científico-- fueron ordenados por el fiscal para establecer qué sucedió exactamente en la celda. Lo encontrado dentro de la bolsa es una prueba de máxima importancia, aunque es muy difícil el trabajo de laboratorio. Si efectivamente sometieron a Saldaña al submarino seco, los pelos que quedaron dentro del plástico son los menos resistentes, los que se salen más fácil. En general, esos pelos son los más atrofiados y el bulbo, la parte vital, está muerto. Por lo tanto esos pelos no sirven para el análisis. El trabajo consiste entonces en buscar pelos que no estén atrofiados, es decir que tengan materia orgánica. Una vez que se tenga ese elemento, una muestra microscópica, recién después se hace la comparación con el material que quedó de la autopsia y se determina si hay similitud genética. En la Asesoría están encargados de otros estudios, en base a las vísceras de Saldaña y una parte de la piel del cuello. Sin embargo, los peritos no creen posible probar, con ese material, si Saldaña se suicidó o si alguien le ajustó el lazo en el cuello. Lo que saben hasta ahora, a partir del estudio de la piel del cuello y de los pulmones, es que fue la presión de la soga la que provocó la muerte. Ayer recibieron el material extraído tras la exhumación y analizarán si en la comisaría pasaron corriente eléctrica por su cuerpo. La sospecha fue planteada por el abogado de la mujer de Saldaña, Daniel Straga, quien dijo que el asaltante tenía en uno de sus pies una lesión puntiforme, similar a las que deja la picana. En un primer vistazo, los especialistas sostienen que esa lesión es demasiado grande, del tamaño de la punta de un clavo, para ser de una picana. Además, las plantas del pie no son un lugar habitual de picaneo: por el grosor de la piel, suele doler menos, por lo que los torturadores tienden a aplicar la corriente en lugares más sensibles, como los genitales, la boca, las axilas. El caso Saldaña no ha hecho sino sumar dudas con el correr de los días. Página/12 relató que cuando al detenido lo descolgaron, ya muerto, tenía en los bolsillos un pequeño listado telefónico, anillos y relojes robados. O sea que al detenido ni siquiera lo revisaron. Lo que buscan los peritos ahora es si primero lo golpearon, lo ahogaron con la bolsa y después, todavía vivo, lo colgaron.
Por Horacio Cecchi La búsqueda se lleva adelante desde hace varios días, en Villa Ramallo y en todas las zonas aledañas. De ser localizado, se transformaría en el testigo clave de la causa, ya que hasta ahora los familiares de Saldaña sólo pueden guiarse por la sospecha de que no fue suicidio. Los indicios que hasta el momento surgieron de la primera autopsia no permiten determinar si el asaltante se ahorcó por decisión propia, si fue inducido o si lo colgaron entre varios y a la fuerza, y difícilmente se pueda determinar a partir de la segunda autopsia realizada ayer. La identidad del testigo es celosamente guardada por la fiscalía 3 de San Nicolás, donde se sustancia la investigación a cargo de su titular, Vicente Botteri. Página/12 presenció cuando la foto fue entregada a la fiscalía por los familiares de Saldaña. Se trata de una imagen tomada en el baño de su casa, mientras se lavaba los dientes: el cepillo lo utilizaba con la mano derecha. Según revelaron fuentes de la investigación, el dato será utilizado para contrastar con el nudo del lazo, que se encontraba ubicado del lado izquierdo posterior del cuello, y también para demostrar con qué mano se defendió en caso de haberlo hecho. En ese sentido, también le fueron extraídas todas las uñas de sus manos, buscando pelos, restos sanguíneos o telas. La autopsia realizada ayer fue la segunda y busca determinar, entre otras hipótesis, la de que Saldaña fue picaneado antes de su muerte. Se retiró un segmento de epidermis de los dos pies, en la zona que presentaba marcas puntiformes. Con el mismo sentido, también se le extrajo la bolsa del escroto. Los peritos comprobaron el hematoma de 4 centímetros por lado descubierto en la cabeza, provocado por un golpe con un objeto romo que coincidiría con los bastones policiales, y que fue producido no más de tres horas antes de su muerte, es decir, mientras permanecía detenido en la comisaría. Para que no existan dudas, se extrajo un trozo del cráneo que fue enviado a periciar a La Plata. Durante la autopsia estuvieron presentes, Botteri, el perito oficial Hugo Zunino, el abogado y el perito presentados por la viuda, Daniel Stragá y Hugo Nandín, y Juan Murray, representando a la madre de Saldaña, acompañado por el perito Gustavo Games.
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