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EL CUSTODIO DE CORACH QUE MATO A UN HOMBRE EN LA CALLE
De los piropos a las balas

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Testigos aseguraron que el policía piropeó a una mujer y al ser increpado por el marido, lo mató. El dijo que fue un robo.


Por Carlos Rodríguez
t.gif (862 bytes)  "¿Domicilio?", preguntó el sumariante, que abrió grande los ojos cuando escuchó la respuesta del custodio del Ministerio del Interior, Jorge Fabián Goyochea: "Balcarce 50", dijo sin inmutarse. En ese primer momento, la chapa que mostró Goyochea, de 36 años, hizo creíble su historia de que había matado en defensa propia a Marcos Alberto Viera, de 24, repeliendo un intento de robo. Goyochea está ahora detenido y acusado de "homicidio simple" por haber matado a una persona indefensa. "El acusado dice que intentaron asaltarlo y que estaban armados, pero sólo apareció la pistola que le pertenece a él", aseguró a Página/12 una fuente judicial. El episodio ocurrió en la localidad bonaerense de Claypole, en la madrugada del viernes, cuando Goyochea, cabo primero de la Policía Federal, iba en un automóvil de su propiedad y detuvo la marcha para decirle piropos a la concubina de Viera. El joven increpó al policía por su actitud y por toda respuesta recibió un tiro en el pecho, que partió de la 9 milímetros de Goyochea, quien ni siquiera se bajó del auto.

Anoche, el vocero de prensa del ministro del Interior, Carlos Corach, dijo a este diario que el funcionario no tenía "nada que decir sobre el caso" porque se trataba de "un hecho policial" que dependía de la Secretaría de Seguridad Interior, a cargo de Miguel Angel Toma. Consultado el vocero de Toma, replicó que "el caso le compete a Interior". En un primer momento, cuando se decía que fue un intento de robo repelido a balazos, Corach había avalado los dichos de Goyochea: "Intentaron asaltarlo con armas de fuego, él se resistió y en el enfrentamiento con dos delincuentes, uno de ellos resultó muerto".

Los hechos, sin embargo, ocurrieron de otra manera, según confirmaron fuentes allegadas a la investigación. Viera estaba acompañado por su mujer, Sabrina Góngora, y por su concuñado, Ariel Aguirre. Los tres estaban en la esquina de avenida Monteverde y Charcas, a media cuadra de la casa en la que viven. Los dos hombres cruzaron Monteverde para hablar desde un teléfono público, mientras Sabrina se quedó sentada en un banco ubicado al lado de la parada de colectivos.

La joven, que es atractiva, estaba vestida de entrecasa, con una bermuda y un pulóver. Al parecer, eso llamó la atención de Goyochea, quien circulaba por Monteverde en un Dodge 1500 y se detuvo en la esquina, creyendo que Sabrina estaba sola. Los piropos fueron subiendo de tono y la joven trató de disuadir al galán, sin lograr su objetivo. La situación fue advertida por Viera, quien cruzó otra vez la avenida y se puso a discutir con el cabo de la Federal, quien vestía ropas de civil.

La disputa verbal duró unos pocos minutos, hasta que Goyochea le puso fin de un tiro. Segundos antes había pasado por el lugar una patrulla de la Policía Departamental de Quilmes, cuyos integrantes declararon ante el fiscal Juan José Vaello que sólo vieron "dos personas que estaban discutiendo", sin que aparentara ser una situación de violencia extrema. Los policías regresaron de inmediato al lugar, luego de escuchar "un solo disparo", el que había efectuado Goyochea.

Como Viera estaba todavía con vida, los de la patrulla lo llevaron hasta el Hospital Arturo Oñativia, de Rafael Calzada, donde falleció. Goyochea acompañó a los policías y pudo imponer su versión del robo, asegurando que los dos hombres quisieron asaltarlo, luego de que su automóvil se detuviera por un desperfecto mecánico. Hay un dato que corrobora que de entrada le creyeron a Goyochea: el joven Aguirre fue obligado a desnudarse, en una sala del hospital, e interrogado como si hubiera cometido un delito.

La situación comenzó a esclarecerse cuando Góngora fue interrogada por el fiscal Vaello. La joven hizo un relato pormenorizado de lo ocurrido que dejó mal parado a Goyochea, quien había asegurado que los únicos que estaban eran Viera y Aguirre, ambos armados. El fiscal encontró únicamente la 9 milímetros del custodio del ministerio. "Hay un crimen y es el único acusado", recalcó una fuente judicial. La detención fue decidida por la jueza de Garantías Marisa Salvo, luego de indagar a Goyochea. Hoy, en conferencia de prensa, los abogados de la Coordinadora contra la Represión Institucional (Correpi), que representan a la familia de Viera, informarán en detalle sobre la marcha de la investigación judicial.

 

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