Por Cecilia Sosa "La educación es
conservadora. Las nuevas tecnologías no aseguran la revolución educativa. Se necesita
una visión más amplia para modificar los conceptos que tenemos sobre las maneras de
aprender. Hay que invertir la pirámide. Los estudiantes deben estar arriba, ellos son los
que aprenden." El pensamiento del físico francés Goéry Delacôte es, ante todo,
desmitificador y la prueba es el Exploratorium de San Francisco, el museo de ciencia, arte
y percepción más original del mundo, que él dirige desde 1991. Allí se realizan desde
insólitas exhibiciones interactivas hasta ejercicios de "desestabilización
confortable" para obligar a los docentes a repensar las bases mismas del conocimiento
(ver aparte). "La aparición de la tecnología desestabiliza las prácticas
habituales, pero esta desestabilización puede conducir a una vuelta a la tradición o a
una revolución", advierte en una entrevista con Página/12 y, fiel émulo del museo
que dirige, se lanza con entusiasmo a explicar las posibilidades perceptivas de un cubo
mágico de múltiples caras. Casi tantas como Delacôte.
Doctorado en la Ecole Normale Supérieure (París) --la misma que
albergó a Emile Durkheim, Henri Bergson y, en este siglo, a Jean Paul Sartre y Jacques
Derrida, entre otros--, el científico visitó la Argentina invitado por la Universidad de
Quilmes y la Editorial Gedisa para presentar su libro Enseñar y aprender con nuevos
métodos. La revolución cultural de la era electrónica. "Los nuevos métodos
educativos no son lo mismo que las nuevas tecnologías. Cuando los saberes cambian, los
instrumentos cambian, los conocimientos sobre los fundamentos cognitivos cambian. Pero no
cambia la educación", aseguró.
--¿Por qué la educación se resiste a cambiar?
--El oficio de docente es fundamentalmente conservador. El sistema
educativo consiste en mantener e introducir a los jóvenes en el sistema de los mayores
para trasmitirles e iniciarlos en la conservación de una cultura.
--¿Se puede revertir esa tendencia?
--Es el objeto de mi libro. Utilizando los nuevos saberes cognitivos,
utilizando las nuevas tecnologías, se puede hacer algo fundamental que es revolucionar el
sistema mismo. Los docentes siguen siendo las personas claves: son los que conocen a los
alumnos y los que están en el aula. Sin docentes que les enseñen cómo aprender a los
alumnos, el cambio es imposible. Pero se trata de una gestión social muy difícil y
sutil.
--¿Cómo hay que usar la tecnología para lograr ese efecto?
--La tecnología en sí misma no es suficiente para producir un cambio.
Al contrario, la tecnología puede reproducir y reforzar los viejos métodos. Hay muchos
ejemplos de utilización autoritaria, donde los docentes usan la técnica de manera
ilustrativa y no para invitar a los alumnos a aprender.
--¿Cómo hacer, entonces?
--Ofreciendo a cada docente una red de comunicación que le permita
inventar su propios métodos pedagógicos. Cada uno debe componer su menú, buscar en
Internet las formas de hacer cosas interesantes a través de manipulaciones interactivas y
manteniendo un diálogo continuo con docentes de más experiencia. Hay que construir un
conocimiento compartido acerca de una mejor manera de enseñar.
--¿Cree que con la nuevas tecnologías se puede recuperar la sorpresa
en el aprendizaje?
--Las nuevas tecnologías no son necesariamente generadoras de
sorpresas. Se puede realizar un acercamiento paradojal sin ellas. La aparición de la
tecnología desestabiliza las prácticas habituales, pero esta desestabilización puede
conducir a una vuelta a la tradición o a una revolución. Que estén dadas las
condiciones del cambio no significa necesariamente que la revolución llegue a su fin.
--Una vez disparado el cambio, ¿quién debe conducirlo?
--Es fundamental que haya una visión global sobre lo que debe ser la
educación. Sin ella, no hay progreso. Es casi un tema político. El problema consiste en
arribar a una alianza que involucre a universidades, ministerios e industriales. Como los
políticos no saben hacerlo, la única manera es sacándola del ámbito gubernamental,
crear agencias cuya función sea mantener esa visión en el largo plazo. Esas agencias
deben ser la expresión de diferentes competencias científicas y pedagógicas. Deben
estar representados profesores, pensadores, usuarios y proveedores. Todos deben jugar su
rol en la fabricación de los programas de transformación. --¿Y qué pasa cuando además
de conservadurismo hay falta de recursos?
--Si los magros recursos que se disponen son utilizados para las nuevas tecnologías,
entonces se irá hacia la regresión, no hacia el progreso. Se pueden hacer cosas
inteligentes con pocos medios. La fuerza de la enseñanza reposa sobre el trabajo de
personas, es una industria de la inteligencia y la razón, antes que de capital. Antes que
marginales o profetas de la técnica, hacen falta personas que puedan cambiar el sistema
apoyándose en sus fuerzas vivas. Es lo que más me interesa. Por ahora, lo único que he
podido hacer es animar una institución extremadamente interesante, pero pequeña.
Para
desbloquear docentes
Mientras millones de ojos del otro lado del
Atlántico contemplaban con estupor el eclipse solar del 11 de agosto último, dos mil
personas hacían lo mismo a las 4 de la mañana, en el museo Exploratorium de San
Francisco. O "la cueva de Alí Babá", como lo llama Delacôte. Allí, también
se reproducen campos magnéticos y tornados, entre otras 700 exhibiciones preparadas para
sorprender a sabios y a legos. "El museo es un cruce de caminos, un lugar de
encuentro donde las personas pueden experimentar, plantear sus preguntas y descubrir las
respuestas. Es un lugar social, donde ciencia y sociedad, y lenguaje, y arte, todo se
vincula. La tecnología incorpora los valores en los que creemos", dice el
científico. En el Exploratorium también funciona un laboratorio para profesores. Para
"desbloquearlos" se los somete a una "desestabilización confortable".
"Les doy una pila de diarios y les pido que encuentren la forma de fabricar un
asiento. No hay suficientes para apilarlos --cuenta con una sonrisa--. Hay que inventar
estructuras que conserven el equilibrio. Muchos dicen `no aprendo nada', otros se
desesperan, pero al final siempre lo logran." Y enfatiza: "No sólo hay que
modificar la relación con la tecnología, sino modificar el concepto que se tiene sobre
las maneras de aprender. Hay que invertir la pirámide. Los estudiantes deben estar
arriba, ellos son los que aprenden." El museo puede ser visitado en
www.exploratorium.edu. |
INSCRIPCION
Los aspirantes a ingresar en la UBA tienen
que inscribirse en el Ciclo Básico Común, de acuerdo con el siguiente cronograma y
según la inicial del apellido:
* A y B: 26 y 27 de octubre.
* C, CH, y D: hoy, mañana; 28 y 29 de
octubre, y 1º de noviembre.
* E, F y G: 7 y 8 de octubre; y 2, 3 y
4 de noviembre.
* H, I, J, K, L y LL: 12 y 13 de
octubre; y 5 y 8 de noviembre.
* M, N, Ñ y O: 14 y 15 de octubre; y
9 y 10 de noviembre.
* P, Q y R: 18 y 19 de octubre; y 11 y
12 de noviembre.
* S y T: 20 y 21 de octubre; y 15, 16
y 17 de noviembre.
* U, V, W, X, Y y Z: 22 y 25 de
octubre; y 18 y 19 de noviembre.
La inscripción se realiza de 9 a 19, en
todas las sedes del CBC. Hay que llevar DNI actualizado y fotocopia de sus dos primeras
páginas; una foto 4x4; y fotocopia del título secundario (o certificado analítico
legalizado en Azcuénaga 280; o certificado de analítico en trámite; o certificado de
alumno regular).
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EL DATO
Seminario reformista
Mañana se realizará el III Seminario Internacional
"Hacia una nueva Reforma Universitaria", que organiza la Secretaría de
Políticas Universitarias del Ministerio de Educación. El objetivo será debatir el lugar
de la Universidad como objeto de políticas de Estado. Participarán especialistas locales
y extranjeros, junto a legisladores y rectores. Los temas de los paneles serán:
"Financiamiento de las universidades nacionales" (a las 10), "Universidad y
desarrollo regional" (11.45), "Experiencias de reforma" (15), y
"Gobierno y políticas universitarias" (17.15). La entrada es libre, en el
Auditorio del Hotel Bauen, Callao 360. |
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