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UN COLECTIVO SE ESTRELLO CONTRA UNA CARNICERIA
En micro hacia la muerte


t.gif (862 bytes)  El micro, con un grupo de gitanos en su interior, escapaba de un casamiento, al parecer después de una discusión. En plena carrera, el ómnibus se estrelló contra una carnicería de Quilmes y mató a tres personas, incluido un bebé de ocho meses, y dejó heridas a otras cuatro. El chofer estaba “en absoluto estado de ebriedad”, según informó la policía.
El hombre conducía un viejo ómnibus escolar modelo ‘71 acondicionado para trasporte de verduras. Sin embargo, trasladaba a doce personas. Era un grupo de gitanos que huía de una fiesta de casamiento. Entre ellos, estaba la beba que murió en el impacto contra la vitrina de la carnicería. En la carrera, un ciclista quedó aplastado por las ruedas. Ocurrió poco antes de las ocho de la noche, en la esquina de Aramburu y Lisandro de la Torre, en Quilmes.
El grupo de gitanos viajaba en un micro particular usado como casa rodante. No estaba habilitado para el traNsporte de pasajeros aunque se trataba del medio de traNsporte usado habitualmente por el grupo familiar que lo abordaba.
Fuentes del cuerpo de bomberos que llegó a la zona para socorrer a las víctimas dijeron que el conductor del micro que terminó estrellado era perseguido por un auto. Al parecer, una furiosa discusión en la fiesta produjo la huida del grupo. “Los dueños de casa querían obligarlos a participar del festejo y ellos se negaron”, señalaron testigos. El grupo se fugó del cortejo, pero en el escape el chofer notó que otro auto lo perseguía. Mario Jobanovich, el conductor, quiso despistarlo, pero en la carrera se “puso loco” –según definió la policía– y terminó estampando su micro contra un Renault 19. Por el impacto, finalmente chocó un poste y tras él echó abajo la vidriera de una carnicería. Aunque estaba abierta, y con público, fuentes de la comisaría aseguraron que no existieron heridos entre los clientes.
Ahora, la esquina mantiene los rastros del desenfreno. Sobre el micro desvencijado viajaba Brisa Jobanovich, la bebé fallecida, y su papá, Marcelo, también muerto. Los dos fallecieron de inmediato. También murió el ciclista. Mario, el chofer, sufrió heridas graves y fue trasladado al hospital Iriarte, de Quilmes. Con él quedaron internados dos adolescentes, de 11 y 15 años, también gitanos que viajaban en el micro. Ambos sufrieron politraumatismos varios.
Todos serían miembros de una única familia. Ahora, esa lista de muertos alimenta las estadísticas difundidas ayer por la asociación Civil Luchemos por la Vida. De acuerdo con ese informe, a un promedio de 21 muertes diarias, en lo que va del año casi seis mil personas perdieron la vida en accidentes de tránsito.

 


 

CHOCARON DOS TRENES EN LONDRES
Infierno sobre las vías

t.gif (862 bytes) Algunos salieron despedidos por el aire. Otros pudieron salir del infierno, pero envueltos en llamas. Muchos quedaron atrapados entre los hierros. Ayer, la estación de Paddington, al oeste de Londres, se convirtió en un infierno: dos trenes de alta velocidad que viajaban en sentidos opuestos chocaron a la hora en la que los vagones van repletos. Hasta el momento son 26 los muertos y 132 los heridos, aunque es posible que esas cifras aumenten cuando continúen los rescates. En la estación hubo otro accidente similar hace dos años. Ahora, resurgió con fuerza la polémica sobre la cuestionada privatización de los trenes en Gran Bretaña.
Eran las 7 de la mañana cuando, a tres kilómetros de la estación de Paddington, chocaron un tren rápido y un Intercity, lo que provocó que algunos vagones descarrilaran y se incendiaran. Aún no quedó claro cómo ocurrió la colisión: mientras algunos testigos afirman que las formaciones embistieron de frente, otras versiones indican que una de ellas descarriló y golpeó de costado a la otra.
“El tren bajó la velocidad, pero no se paró, de repente se fue la luz, todo se llenó de humo y enseguida se oyeron gritos de socorro”, relató uno de los sobrevivientes. Inmediatamente llegaron los bomberos, personal médico y la policía, quienes comenzaron a prestar auxilio a las personas que se encontraban atrapadas entre los restos del tren, que aún ardía. El caos imperaba: horas después de la tragedia los bomberos continuaban cortando los hierros con enormes sierras, para poder liberar a las personas que quedaron atrapadas.
El accidente es el segundo que ocurre en este tramo. El anterior, de similar magnitud, ocurrió en 1997. British Rail, la compañía ferroviaria a cargo del transporte desde hace cinco años, vuelve a ubicarse en el centro de la polémica por ser señalada como la responsable de esta tragedia. El experto ferroviario Chris Jackson dijo estar “en un 99 por ciento seguro de que esto fue una repetición exacta del último accidente”. Por su parte, los delegados sindicales acusaron a la empresa de no haber invertido en seguridad.
En el lugar se hizo presente el ministro de transportes, John Prescott, quien prometió una investigación urgente. Mientras tanto, el premier británico, Tony Blair, calificó el hecho como una “terrible tragedia”. La estación de Paddington, una de las más grandes del país, quedó cerrada. También dejó de funcionar la línea del aeropuerto Heathrow.

 

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