El micro,
con un grupo de gitanos en su interior, escapaba de un casamiento, al parecer después de
una discusión. En plena carrera, el ómnibus se estrelló contra una carnicería de
Quilmes y mató a tres personas, incluido un bebé de ocho meses, y dejó heridas a otras
cuatro. El chofer estaba en absoluto estado de ebriedad, según informó la
policía.
El hombre conducía un viejo ómnibus escolar modelo 71 acondicionado para trasporte
de verduras. Sin embargo, trasladaba a doce personas. Era un grupo de gitanos que huía de
una fiesta de casamiento. Entre ellos, estaba la beba que murió en el impacto contra la
vitrina de la carnicería. En la carrera, un ciclista quedó aplastado por las ruedas.
Ocurrió poco antes de las ocho de la noche, en la esquina de Aramburu y Lisandro de la
Torre, en Quilmes.
El grupo de gitanos viajaba en un micro particular usado como casa rodante. No estaba
habilitado para el traNsporte de pasajeros aunque se trataba del medio de traNsporte usado
habitualmente por el grupo familiar que lo abordaba.
Fuentes del cuerpo de bomberos que llegó a la zona para socorrer a las víctimas dijeron
que el conductor del micro que terminó estrellado era perseguido por un auto. Al parecer,
una furiosa discusión en la fiesta produjo la huida del grupo. Los dueños de casa
querían obligarlos a participar del festejo y ellos se negaron, señalaron
testigos. El grupo se fugó del cortejo, pero en el escape el chofer notó que otro auto
lo perseguía. Mario Jobanovich, el conductor, quiso despistarlo, pero en la carrera se
puso loco según definió la policía y terminó estampando su
micro contra un Renault 19. Por el impacto, finalmente chocó un poste y tras él echó
abajo la vidriera de una carnicería. Aunque estaba abierta, y con público, fuentes de la
comisaría aseguraron que no existieron heridos entre los clientes.
Ahora, la esquina mantiene los rastros del desenfreno. Sobre el micro desvencijado viajaba
Brisa Jobanovich, la bebé fallecida, y su papá, Marcelo, también muerto. Los dos
fallecieron de inmediato. También murió el ciclista. Mario, el chofer, sufrió heridas
graves y fue trasladado al hospital Iriarte, de Quilmes. Con él quedaron internados dos
adolescentes, de 11 y 15 años, también gitanos que viajaban en el micro. Ambos sufrieron
politraumatismos varios.
Todos serían miembros de una única familia. Ahora, esa lista de muertos alimenta las
estadísticas difundidas ayer por la asociación Civil Luchemos por la Vida. De acuerdo
con ese informe, a un promedio de 21 muertes diarias, en lo que va del año casi seis mil
personas perdieron la vida en accidentes de tránsito.
CHOCARON DOS TRENES EN LONDRES
Infierno sobre las vías
Algunos
salieron despedidos por el aire. Otros pudieron salir del infierno, pero envueltos en
llamas. Muchos quedaron atrapados entre los hierros. Ayer, la estación de Paddington, al
oeste de Londres, se convirtió en un infierno: dos trenes de alta velocidad que viajaban
en sentidos opuestos chocaron a la hora en la que los vagones van repletos. Hasta el
momento son 26 los muertos y 132 los heridos, aunque es posible que esas cifras aumenten
cuando continúen los rescates. En la estación hubo otro accidente similar hace dos
años. Ahora, resurgió con fuerza la polémica sobre la cuestionada privatización de los
trenes en Gran Bretaña.
Eran las 7 de la mañana cuando, a tres kilómetros de la estación de Paddington,
chocaron un tren rápido y un Intercity, lo que provocó que algunos vagones descarrilaran
y se incendiaran. Aún no quedó claro cómo ocurrió la colisión: mientras algunos
testigos afirman que las formaciones embistieron de frente, otras versiones indican que
una de ellas descarriló y golpeó de costado a la otra.
El tren bajó la velocidad, pero no se paró, de repente se fue la luz, todo se
llenó de humo y enseguida se oyeron gritos de socorro, relató uno de los
sobrevivientes. Inmediatamente llegaron los bomberos, personal médico y la policía,
quienes comenzaron a prestar auxilio a las personas que se encontraban atrapadas entre los
restos del tren, que aún ardía. El caos imperaba: horas después de la tragedia los
bomberos continuaban cortando los hierros con enormes sierras, para poder liberar a las
personas que quedaron atrapadas.
El accidente es el segundo que ocurre en este tramo. El anterior, de similar magnitud,
ocurrió en 1997. British Rail, la compañía ferroviaria a cargo del transporte desde
hace cinco años, vuelve a ubicarse en el centro de la polémica por ser señalada como la
responsable de esta tragedia. El experto ferroviario Chris Jackson dijo estar en un
99 por ciento seguro de que esto fue una repetición exacta del último accidente.
Por su parte, los delegados sindicales acusaron a la empresa de no haber invertido en
seguridad.
En el lugar se hizo presente el ministro de transportes, John Prescott, quien prometió
una investigación urgente. Mientras tanto, el premier británico, Tony Blair, calificó
el hecho como una terrible tragedia. La estación de Paddington, una de las
más grandes del país, quedó cerrada. También dejó de funcionar la línea del
aeropuerto Heathrow.
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