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La hipótesis de la novia policía detrás del asalto

La hipótesis de la novia policía detrás del asalto

El ministro Soria confirmó que trabajan sobre la idea de que un asaltante de Ramallo estaba relacionado con una mujer de la policía. No cree que el tiro del final fuera para el gerente.

Soria cree que el “tiro de gracia” estuvo dedicado a Hernández.
“Lo mataron para que no se sepa que fue una entrega”, opinó.

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Por Horacio Cecchi

t.gif (862 bytes) El gobierno bonaerense trabaja sobre la hipótesis de que Martín Saldaña mantenía una relación afectiva con una mujer vinculada con la policía. La línea seguida por los hombres de Eduardo Duhalde tiene en su vértice la confabulación policial, discurso que estableció el candidato del PJ desde que culminó la masacre de Villa Ramallo. Saldaña, el único asaltante que resultó completamente ileso, pero que murió extrañamente en una celda de la comisaría 2ª local diez horas después del tiroteo, había obtenido información del banco por un entregador policial, según confió a Página/12 un miembro de la banda que aseguró no haber participado en el asalto. De acuerdo con esta versión, la amante de un político de la zona habría sido quien conectó a Saldaña con el policía. Ayer, el ministro de Justicia y Seguridad, Carlos Soria, sostuvo que “Saldaña no murió solo” y vinculó su muerte a la de Javier Hernández, fallecido en el Polo verde durante el tiroteo: “(A Hernández) lo mataron para que no se sepa que fue una entrega policial o para ocultar la cadena de encubrimientos”.
“Hay una presunción muy fuerte de que no se murió solo, por los contactos que tenía”, explicó Soria: “Y de que mantenía alguna relación afectiva muy fuerte con algún personal femenino que tiene que ver con la policía”. Desde que asumió en reemplazo de Osvaldo Lorenzo, Soria sostuvo la hipótesis de la confabulación policial destinada a entorpecer la carrera de Duhalde a la presidencia. “El mensaje que más les duele a algunos sectores que no quieren el cambio es decirles que la reforma no va a retroceder. Y entonces vienen los mensajes: ‘O transan con nosotros o les armamos un lío cada día’”.
Desde un principio se sospechó que la información interna del Banco Nación había sido provista por algún miembro de las fuerzas policiales. Los abogados de Norma Ojeda, la viuda de Martín Saldaña, también sostienen esa hipótesis: “No se puede robar un banco sin que lo sepa la policía”, señaló a este diario María del Carmen Verdú, mientras que su colega Daniel Stragá afirmó que “no me caben dudas de que existe un entregador policial que aportó datos a Saldaña”. El domingo, este diario publicó una entrevista a un miembro de la banda, que aseguró haber desistido de participar en el asalto precisamente porque presentía que “los entregaron”. Ahora, la línea de trabajo sostenida por Soria confirma ese dato y agrega que se trataría de una mujer policía relacionada afectivamente con Saldaña.
Por otro lado, el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense se mostró escéptico respecto de la versión publicada ayer que señalaba que “un tiro de gracia con Itaka mató al gerente de Ramallo”. “Nadie escuchó un tiro de Itaka –sostuvo Soria–. Sí se escuchó un tiro muy fuerte aislado, que se parece más a un tiro de un FAL”. Tampoco coincidió en que el gerente Carlos Chaves hubiera recibido el tiro de gracia, sino que estaba dirigido a Javier Hernández. “Estaba destinado a matar al cerebro de la banda, Hernández”. De todos modos, Soria dijo desconocer quién había realizado ese último disparo.
La hipótesis más firme que maneja el gobierno bonaerense es que tanto la muerte de Saldaña como la de Hernández coinciden en un punto: silenciar el nombre del entregador.
En cuanto a la causa que se sigue en la Justicia provincial por la muerte de Saldaña, trascendió que la cuerda fabricada con el cotín de un colchón, con la que fue encontrado ahorcado el detenido, estaba trenzada con una cinta plástica, roja, que también envolvía el nudo corredizo.
Hay una tercera causa, la iniciada por la denuncia de Aníbal Ibarra contra el juez Carlos Villafuerte Ruzo por triple homicidio por omisión, que por el momento sigue paralizada: como se preveía, ayer se excusó el segundo conjuez sorteado, el abogado Juan José Galera. El próximo viernes, a las 9 de la mañana se procederá a un nuevo sorteo, esta vez sobre los ocho abogados que quedan en la lista de conjueces.

 

“Gatillo fácil”

“El de Ramallo fue un típico caso de gatillo fácil.” Ayer, el candidato del PJ, Eduardo Duhalde, en plena campaña, volvió a plantear la hipótesis de la confabulación, cargando contra sectores de la policía, durante una conferencia de prensa que ofreció en Rafaela, provincia de Santa Fe. “Fue un retroceso en el camino de la recuperación de la seguridad”, dijo en relación con la masacre, e insistió en que el juez Carlos Villafuerte Ruzo debería apartarse de la investigación. Duhalde se mostró preocupado porque “cada día más gente común salga a defenderse por mano propia”. Por otro lado, también se refirió al asesinato de José Luis Cabezas, considerando que “el tema está terminado. Están presos los que mataron a Cabezas y el autor intelectual, y ahora va a comenzar el juicio”. Desde que finalizó en masacre el asalto al Banco Nación de Villa Ramallo, el actual gobernador bonaerense sostuvo que se trató de una confabulación de los comisarios desplazados durante la reforma llevada adelante por León Arslanian.


 

ROBO COMANDO EN UNA CLINICA DE MONTE GRANDE
Un asalto para curarse en salud

t.gif (862 bytes) Cuatro hombres armados a cara descubierta asaltaron ayer en escasos minutos una clínica privada en la localidad bonaerense de Monte Grande y huyeron con un botín de 2.000 dólares en efectivo, 200.000 en cheques y unos 12.000 en vales de comida. La policía sospecha que hubo un “entregador”, ya que los asaltantes usaron el nombre de dos empleadas para entrar al lugar. Hasta ahora, ninguno de los ladrones pudo ser atrapado.
Lo que parecía una visita de rutina terminó en un fugaz golpe comando. Ocurrió ayer cerca de las 12.30, cuando cuatro hombres, dos de ellos armados y luego de invocar el nombre y apellido de dos empleadas del lugar redujeron a los dos guardias de seguridad apostados en una de las puertas de la clínica Monte Grande, ubicada en Yrigoyen 242, del partido de Esteban Echeverría. En seguida, subieron con los custodios al segundo piso del edificio, donde funciona la administración.
Allí, según fuentes policiales, inmovilizaron a un tercer vigilador y posteriormente ingresaron en la oficina, en la que, luego de amenazar de muerte a la tesorera y otros seis empleados que se encontraban en el lugar, obligaron a la mujer a entregarles las sacas con el efectivo, los valores y los tickets de comida. Cumplido su objetivo, los hombres huyeron en un automóvil que los esperaba cerca de allí.
“No se descarta que haya existido un entregador”, informó el titular de la Jefatura Departamental Conurbano Sur, Daniel Rago, quien aclaró que los ladrones “evidentemente tuvieron que haber realizado tareas de inteligencia, por lo menos, porque sabían dónde estaban el dinero y la oficina de la administración.”
Intervinieron en las tareas de búsqueda en el partido de Esteban Echeverría efectivos de la comisaría local, de la Jefatura Departamental, de la Dirección de Investigaciones, y miembros del Grupo Halcón, asistidos desde el aire por helicópteros de la Bonaerense. La investigación del robo quedó a cargo del fiscal de Instrucción de Lomas de Zamora, Rubén Bacca. Hasta anoche, nada se supo de los asaltantes.

 

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