Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


UN CAMARISTA DENUNCIO QUE HAY POLICIAS INVOLUCRADOS EN EL ROBO DE AUTOS
Un patrullero para los ladrones

El camarista de San Isidro Fernando Maroto presenció cómo intentaban robar un auto y avisó al Comando de Patrullas. De inmediato llegó un “móvil policial fantasma” que facilitó el escape de los ladrones. Para el juez se trata de “una evidente y notoria maniobra de participación delictiva”.

El juez Maroto vio el intento de robo y la llegada del “móvil policial fantasma” desde su ventana.

na17fo01.jpg (10540 bytes)

Por Carlos Rodríguez

t.gif (862 bytes) Luego de presenciar un raro operativo frente a su domicilio, en la localidad bonaerense de Florida, un camarista de San Isidro pidió que se investigue la supuesta connivencia entre los ocupantes de un patrullero policial y unos ladrones que intentaron robar una camioneta estacionada en la calle. Fernando Maroto, de la Sala I de la Cámara de Apelaciones y Garantías en lo Criminal de San Isidro, relató a Página/12 que, al observar por la ventana de su casa que dos hombres querían llevarse el vehículo de un vecino, dio aviso al Comando de Patrullas de Vicente López. Con sorpresa advirtió que “un móvil policial fantasma”, cuyo número no alcanzó a ver, se anticipó a la llegada del Comando y en vez de apresar a los ladrones “no hizo más que facilitar el escape”. La investigación, dijo Maroto, “no arrojó todavía resultados”, pero es “un hecho de gravedad institucional” que explicaría por qué hubo en la zona “50 robos de auto en un mes”, según una estadística personal que lleva el camarista.
“Con esta denuncia no estoy acusando a la policía como institución –aclaró Maroto–, pero es evidente que hubo algunos policías que han actuado de una manera irregular que no corresponde.” La confirmación de sus sospechas la tuvo cuando el jefe del Comando de Vicente López, comisario Alejandro Osvaldo Blanco, le informó que desconocía procedencia, número del móvil e identidad de los ocupantes del auto marca Monza, con todas las identificaciones propias de un móvil oficial, que había llegado al lugar, bastante antes que los patrulleros enviados hacia allí. Maroto precisó que los hechos ocurrieron el 29 de setiembre, a las tres de la mañana, en la esquina de Melo y José María Paz, frente a su domicilio. Por la ventana vio que dos ladrones trataban de llevarse una camioneta, mientras los aguardaba un tercero a bordo de un Volkswagen Gol gris metalizado, con los vidrios polarizados. “Segundos después de que di aviso al Comando, los ladrones, que aparentemente tenían un teléfono celular, recibieron un llamado, se subieron de inmediato al Gol y salieron a toda velocidad.”
La sorpresa del camarista fue mayúscula cuando, casi mordiéndole las ruedas al Gol, apareció un patrullero Monza que, a gran velocidad, salió detrás de los delincuentes en aparente persecución, ya que dobló en una calle a contramano. “Primero me extrañó que el móvil llegara tan rápido y luego me sorprendió que los ladrones se perdieran de vista tan fácilmente, cuando todo hacía suponer que iban a detenerlos.” Con posterioridad, Maroto habló con dos custodios, que hacían guardia en dos garitas cercanas “que también coincidieron en que fue evidente que los dejaron escapar”.
Maroto consideró que “parece ser que los delincuentes fueron alertados que venía el Comando”. Cuando llegaron los hombres de la patrulla de Vicente López, el camarista salió de su casa y les preguntó “cómo había terminado la persecución” que él había presenciado. Le sorprendió que “ninguno de los oficiales tuviera conocimiento de la existencia del otro patrullero, algo muy raro porque cualquier tipo de persecución debe ser comunicada de inmediato a la central de operaciones para que se brinde el apoyo que fuera necesario”. Otro dato curioso es que el “patrullero fantasma” en ningún momento hizo sonar la sirena.
La denuncia fue realizada ante el fiscal Martín Etchegoyen Lynch, quien hoy les tomará declaración testimonial al comisario Blanco y al jefe de la comisaría de Florida, comisario Ernesto Ricardo Carrizo. A priori, ninguno de los dos tenía información alguna sobre el móvil misterioso. El fiscal también tomará el testimonio de los operadores de radio y del personal que estaba de servicio esa noche.
“Lo sucedido –sostuvo Maroto–, sólo puede ser interpretado como una evidente y notoria maniobra de participación delictiva, agravada por la condición de funcionarios policiales” de quienes iban en el patrullero. El camarista aclaró que su preocupación surge “primero como ciudadano que forma parte de una sociedad que está muy preocupada por la falta de seguridad”. Para Maroto se trata de “un caso muy preocupante, sobre todoteniendo en cuenta que las autoridades policiales todavía no han dado ninguna respuesta satisfactoria”.

 

Contra el olfato policial

Con la aseveración de que “el mentado olfato policial no justifica la requisa” de personas en la calle, el juez federal de Córdoba Alejandro Sánchez Freytes absolvió a un joven colombiano acusado de llevar una pequeña cantidad de marihuana y criticó, por el contrario, a las fuerzas de seguridad por comportarse como si pertenecieran a un “Estado autoritario”.
“La opción es clara –escribió en su fallo el juez–: o se vive en un estado de libertad, bajo el imperio de las garantías constitucionales, o bien se vive en un estado de libertad vigilada; esto es lo mismo que decir que todos estamos bajo libertad condicional, lo que es propio de un Estado autoritario.”
El magistrado fundamentó su decisión al declarar “nulo” el procedimiento policial que derivó en el secuestro de droga a esa persona, por no haber seguido los requisitos legales establecidos. Sánchez Freytes efectuó un severo llamado de atención sobre “la necesidad de respetar por parte del personal policial la aplicación del Código de Procedimiento Penal”.
El hecho que derivó en esta resolución ocurrió en mayo del año pasado en la localidad de Capilla del Monte, cuando un grupo de tres jóvenes fue interceptado en la calle por el cabo José Ortega y el agente Daniel Ochoa. Los efectivos, quienes luego justificaron su proceder en la existencia de una llamada telefónica anónima que supuestamente alertó sobre el comportamiento de los jóvenes, encontraron en poder del joven Nahuel Medio cuatro gramos de picadura de marihuana.
El abogado del joven planteó la nulidad del procedimiento, al señalar que se habían violado mandatos constitucionales y legales al no haber existido motivo que legitimara el accionar de los uniformados. El magistrado hizo lugar al planteo y recordó que las sospechas “no deben consistir en su mera invocación, o en términos vagos y estereotipados”.


DENUNCIA CONTRA UN CUSTODIO DEL MINISTRO CORACH
“Gatillo fácil en la Rosada”

Por C.R.

t.gif (862 bytes) “Lo fundamental es advertirle al ministro (del Interior, Carlos) Corach que tenía un ‘gatillo fácil’ en su custodia y adentro de la Casa de Gobierno”. Juan José Roldán, tío del joven Marcos Alberto Viera, asesinado el viernes pasado por el custodio del Ministerio del Interior Jorge Fabián Goyochea, cuestionó “la falsa información que hacía aparecer a mi sobrino como delincuente” y confió en que el victimario “será condenado por homicidio simple”, tal como dice la carátula de la causa, a cargo de la jueza de Garantías Marisa Salvo, como adelantara Página/12. Corach, que antes había avalado la versión del custodio, que dijo haber sido víctima de un supuesto robo, reconoció ayer que “la situación en la que aparece este muchacho no es absolutamente clara”.
En conferencia de prensa, el concuñado de la víctima, Ariel Aguirre, testigo presencial de los hechos, aseguró entre sollozos que “Marcos pudo haberse salvado si la ambulancia hubiera llegado de inmediato”. Relató que Viera, luego de recibir un balazo en el pecho, disparado a quemarropa por Goyochea, “salió corriendo hasta la casa en la que vivía, a cien metros de la esquina donde lo habían herido, y después se cayó frente a la puerta”. Llamaron a una ambulancia que “nunca llegó y tras esperar 15 minutos la policía accedió a llevarlo al hospital, pero ya no había nada que hacer”.
El hecho ocurrió a la 0.30 del viernes, en Monteverde y Charcas, en Claypole. “Estuvimos mirando ‘Verano del ‘98’ y después salimos a buscar un kiosco para comprar cigarrillos”, contó Aguirre, en referencia a lo que hicieron esa noche con Viera y la concubina de éste, Sabrina Góngora.
“Cuando volvíamos para casa, Marcos andaba buscando un teléfono, cruzamos con él la avenida Monteverde y Sabrina se quedó sola en la vereda de enfrente, al lado de la parada de colectivos”. Allí fue cuando Goyochea, que iba en un automóvil, se acercó a la joven para “tratar de seducirla”, según definió Sergio Smietniansky, uno de los abogados de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) que asesora a la familia de Viera.
“La discusión entre Marcos y el policía no había sido violenta”, sostuvo Aguirre. “No pasó nada y por eso yo seguí caminando hacia la casa y pensé que él, cuando mucho, le iba a decir a Sabrina que lo acompañara para que la dejaran de molestar”. Recién tomó noción de la gravedad cuando escuchó el tiro y vio a Marcos correr mientras se tomaba el pecho. Aguirre y Góngora, al declarar en la causa, aseguraron que hubo otros dos disparos, efectuados al parecer por una comisión policial que pasaba por el lugar, y que en un primer momento “compró” la versión del asalto dada por Goyochea. La única dirección que dio el custodio fue “Balcarce 50”. Cuando se le pidió el domicilio real, se negó a darlo porque –dijo– “teme ser víctima de una represalia”.

 

PRINCIPAL