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Por José Comas Desde Viena El jefe de gobierno del Estado federado de Carintia y dirigente del Partido Liberal de Austria (FPOE), el populista de derecha Jörg Haider, de 49 años, se declaró ayer en Viena dispuesto a asumir la responsabilidad de gobernar, tras su éxito en las elecciones legislativas del pasado domingo. El presidente de Austria, Thomas Klestil, aceptó ayer la dimisión del gobierno de gran coalición entre socialdemócratas (SPOE) y populares (OEVP, democristianos), pero les encomendó de inmediato que continúen en los cargos hasta que se forme el nuevo Ejecutivo. Klestil espera hasta conocer el resultado final del escrutinio del voto por correo, previsto para el próximo día 12, para encargar la formación de gobierno. Todo indica que el encargo recaerá en el actual canciller federal, el socialdemócrata Viktor Klima (SPOE), de 52 años, por haber sido el partido más votado el pasado domingo, a pesar de que consiguieron el peor resultado desde la formación de la segunda república al final de la Guerra Mundial en 1945. En una conferencia de prensa, Haider calificó de argumentos estúpidos las informaciones de los periódicos internacionales sobre un giro de Austria hacia la extrema derecha, y dijo que su triunfo supone un retorno a la normalidad política y a la justicia. El canciller Klima (SPOE) y el dirigente de Los Verdes, el profesor universitario de 55 años Alexander van der Bellen, criticaron ayer las informaciones de los medios de prensa internacionales que presentan a Austria como un país de nazis. La reacción de la prensa internacional ante el triunfo de Haider ha causado impacto en Austria. Klima declaró ayer que no es correcto difamar a Austria como un país de nazis y añadió que el más de un millón de votantes de Haider no lo son. Tiene previsto el canciller convocar a una conferencia de prensa para defender a Austria como un país de elevada cultura y atractivo para los inversores. Esto, según Klima, no es una defensa de Haider, sino de Austria. El dirigente de Los Verdes, Van der Bellen, declaró también: Austria no era un país nazi antes de la elección, ni lo es ahora. Advirtió Van der Bellen contra la histeria desatada en la prensa internacional por el éxito de Haider. Según el político verde, esta histeria puede tener consecuencias negativas para las inversiones en Austria y advirtió al Partido Popular (OEVP) que debe tener esto en cuenta si entra a negociar una coalición con Haider. En un intento de lavar la imagen a Austria, Van der Bellen anunció que realizará una gira por las capitales más importantes de la Europa comunitaria. Por su parte, Haider acusó a la prensa extranjera de haberse dejado manipular por la coalición rojinegra (SPOE-FPOE), que trató de instrumentalizar la reacción internacional para tratar de influir sobre la votación del domingo, pero los austríacos no permiten que se les ordene desde el extranjero lo que tienen que hacer. El político derechista se pronunció ayer a favor de una Europa de las patrias y en contra del centralismo de la Unión Europea. A partir de ahora, dijo Haider, se tendrán más en cuenta los intereses de los austríacos en cuestiones de emigración, de energía nuclear y de la ampliación al este de la Unión Europea. Según Haider, su triunfo electoral supone el fin del estado de excepción en la política austríaca y se mostró dispuesto a aceptar la responsabilidad de gobernar y a entrar en negociaciones con todos los partidos, sin exclusiones. Si tras el escrutinio de los votos por correo el FPOE conserva el segundo puesto, Haider espera que el presidente Klestil les encargue formar gobierno.
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