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ELECCION HISTORICA DE LA DERECHA


Subido al Cavallo

Por Romina Calderaro

No pudo lograr su objetivo máximo: ser el árbitro en un eventual ballottage. Sin embargo, ayer Domingo Cavallo se pasó el día sonriendo. No era para menos. El ex ministro de Economía hizo una de las mejores elecciones presidenciales de la derecha, equiparable a la realizada en 1963, donde Pedro Eugenio Aramburu obtuvo el 15 por ciento de los votos. Al cierre de esta edición, Cavallo obtenía el 11 por ciento de los sufragios y sumaba doce diputados a los cuatro que ya tenía el bloque de Acción por la República.
“Nos estamos posicionando como una fuerza independiente de los partidos tradicionales. De ninguna manera vamos a ser golondrinas de verano”, dijo, al final de un día signado por pequeños imprevistos. Por caso, a punto de votar, Cavallo se dio cuenta de que se había olvidado el documento y a la hora de almorzar, se encontró con Zulema Yoma, la ex primera dama, que lo saludó afectuosamente y le dio a entender que lo había votado.
Cavallo salió de su piso de Libertador a las ocho y media de la mañana. Desayunó en Tabac, la confitería de la esquina, y fue a votar al Instituto Bayard. A punto de entrar en el cuarto oscuro, a su colaborador más cercano se le ocurrió preguntarle si tenía el documento. Y aunque Sonia, su esposa, se lo había dejado listo antes de viajar a Córdoba para votar, el ex ministro tuvo que reconocer el olvido y esperar.
Después de votar, Cavallo tuvo la intención de caminar desde su casa hasta Fasianus, una paqueta confitería ubicada detrás de la cancha de River Plate, pero se subió a una camioneta cuando se dio cuenta de que a pie no llegaría a tiempo para ver al partido de Los Pumas.
El almuerzo fue el momento más interesante. Porque empezaron a llegarle las primeras encuestas a boca de urna, que confirmaban los datos de las encuestas, y porque, en el selecto restaurante Morena de la Costanera se encontró con Zulema Yoma y su hija Zulemita. Se saludaron afectuosamente.
–Anoche me llamó para brindarme su apoyo. Es una mujer que ha sufrido mucho por culpa de Menem– comentó Cavallo, y más tarde, consultada por los periodistas, la ex primera dama dijo haber votado “a un hombre que luchó para que la Justicia sea independiente”.
Después de los mariscos a la parrilla, su plato preferido, y el pez espada a la plancha con tomate, Cavallo fue a dormir la siesta. A las cinco y media apareció por la sede de Acción por la República. Dijo que los dos millones de votos obtenidos son “más de lo que esperábamos”, se alegró de poder constituirse como “garantía de buen gobierno”, y advirtió que, si de ahora en más su bloque de diputados se opone a la aprobación de una serie de leyes, “será por el bien del país”.
Al cierre de esta edición, Cavallo había logrado en Capital el 15,80 de los votos. Aunque no lograron constituirse en la segunda fuerza en el distrito –el PJ 23,81 por ciento– el ex ministro y su equipo ya piensan en ganar la jefatura de gobierno porteño en el 2000, y desde ahí pelear presidencia en el 2003, igual que De la Rúa.
–¿Piensa que puede encolumnar al peronismo para el gobierno porteño? –preguntó este diario a la tarde, en la combi rumbo a Fasianus.
–Vamos a ver, el peronismo es un partido muy fuerte.
–Además, puede estar Menem como jefe de la oposición.
“Psé..”, musitó, antes de ponerse a hablar con José Luis Fernández Valoni.

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