Por
Fernando DAddario
Como se sabe, la televisión es capaz de anticipar la realidad o,
en su defecto, sugerirla: ayer a las cinco de la tarde, una hora antes
de que se ofrecieran oficialmente los resultados de boca de
urna, cualquier televidente abonado al zapping estaba en condiciones de
festejar de antemano, lamentarse a cuenta o convertirse en un testigo
indiferente de la evolución de los humores políticos ajenos.
Las imágenes del alicaído bunker porteño del PJ,
cada vez más raleadas frente a la profusión de conexiones
con su similar de la Alianza, eran el común denominador de la oferta
televisiva de aire, más los canales de cable Crónica TV,
TN y CVN, y constituían un síntoma inequívoco del
irreversible triunfo de De la Rúa. Poco después de las 18,
con los resultados consolidados solo a través de la palabra santa
de las consultoras, la transmisión de América, con la conducción
de Enrique Llamas de Madariaga y Mónica Gutiérrez, mostraba
la realidad a cuadritos: en uno, se veía a un Duhalde adusto, con
sonrisa forzada, casi recostado en una silla de su quinta de San Vicente,
negándose a asumir la derrota pese a la insistencia de su entrevistador.
Los otros tres cuadritos mostraban distintos lugares de festejo de la
Alianza, en el bunker capitalino, en La Plata, y en la 9 de Julio. Todo
al mismo tiempo y en la misma pantalla. Con la elección para gobernador
de la provincia de Buenos Aires, todos preferían ser más
cautos. Por las dudas.
La ansiedad periodística quedó expuesta ante los televidentes
sólo en la franja horaria que va desde las 17.30 hasta las 20,
con un crescendo en los 15 minutos previos a las 18, hora de cierre de
los comicios. Antes y después, haciéndose eco de la apatía
que mostró la ciudadanía durante la campaña electoral,
los canales respetaron su programación habitual, volviendo a la
carga con las elecciones a través de las habituales síntesis
nocturnas.
Crónica TV, Tn y CVN, en cambio, sostuvieron el peso de la jornada
con información permanente. Así, mientras a las 8 de la
mañana ATC ponía en pantalla una competencia de mountain
bike, Azul enseñaba a usar el programa de computación Word
y América vendía cuchillos mágicos a través
de Teve Compras, Crónica se puso al hombro la responsabilidad
periodística y, con título catástrofe y fondo rojo
sangre, tituló EL PUEBLO ESTA VOTANDO. Gracias a los
canales de cable, el pueblo pudo enterarse, también, que a Ova
Sabattini lo dejaron solo como fiscal de mesa, que De la Rúa había
desayunado cortado y jugo de naranja, y que había leído
muy temprano una carta que le escribió su nietita. La jornada se
hacía demasiado larga para los canales, y sólo cobraba algún
atractivo cuando alguno de los candidatos debía sortear el scrum
(seguramente influenciados por los jugadores de Los Pumas, que hacia el
mediodía hacían lo que podían y bastante más
frente a Francia, por Azul TV) periodístico y entrar a votar. ¿Cuál
es su sueño? fue la pregunta más escuchada.
A la hora de la verdad (de la verdad electoral, al menos) cada canal mostró
su juego: Crónica se adelantó a la difusión de los
hechos, y a las 17.12 pudo jactarse de su primicia: GANO
DE LA RUA. En Azul, Mariano Grondona se mantuvo ajeno a la vorágine,
convocando a su mesa de la reflexión a consultores como Manuel
Mora y Araujo y Graciela Römer, entre otros, y a un puñado
de políticos.
En Telefé, que previendo lo peor, empezó su transmisión
recién a las 17.50, Jorge Jacobson aseguraba que la gente había
votado una imagen, y Osvaldo Granados trataba de tranquilizar
a los mercados, pronosticando que muy pronto De la Rúa deberá
acatar lo negociado con el FMI. Mientras Duhalde seguía durmiendo
la siesta, a las 18 en punto (después de una cuenta regresiva
a lo satélite espacial) Canal 13, ya en simultáneo con TN
(desde las 17.30 CVN hizo lo propio con América, que a las 19 puso
en pantalla un especial de Día D) mostraba los guarismos
de su propia encuesta, y como por arte de magia, se vio a la gentefestejando
en los bunkers aliancistas. La noche se hizo para festejar. Algunos festejaron
con los furcios políticos de PNP, mientras
los canales internacionales emitían flashes Otros esperaron la
conferencia de prensa de De la Rúa, que si alguien bajaba el volumen
de la tele, podía pensar que estaba admitiendo la derrota, pero
no, estaba anunciando el triunfo de la Alianza. A su manera.
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