Por Javier Lorca * La quema de urnas colmadas con
cientos de votos, protagonizada anteanoche por estudiantes de Ciencias Sociales, desnudó
una profunda crisis en la facultad de la UBA, además de dejar un reguero de destrozos en
las aulas y de convocar repudios de toda la comunidad universitaria. “Fue un
desastre. Terrible. Una acción totalmente fascista”, lamentó un dirigente
estudiantil. Como consecuencia, y a sólo 45 días de que la UBA suspendiera otra
votación en Ciencias Económicas por graves hechos de violencia, la Junta Electoral
presidida por el decano Fortunato Mallimaci resolvió dejar en suspenso las elecciones que
debían elegir al nuevo centro estudiantil y a los consejeros directivos del claustro de
alumnos. Ya habían votado 2500 alumnos. Pero aún antes de que las urnas ardieran, los
comicios ya pendían de un hilo. De hecho, las autoridades de las cinco carreras de
Sociales se habían sumado a la protesta de doce agrupaciones estudiantiles de la unidad
académica y le habían reclamado al decano la anulación de los comicios por
considerarlos irregulares.
“Lo grave no fue sólo la quema de urnas. Hay un serio problema institucional”,
reconoció a este diario el secretario académico de Ciencias de la Comunicación,
Guillermo Mastrini. Ayer, frente a la denuncia presentada por el decano ante la Justicia
por los destrozos y la fogata, las carreras volvieron a enfrentársele. Le respondieron
señalando que el conflicto debería resolverse en el contexto de la autonomía
universitaria. “No es un problema que se solucione judicialmente. Es un problema
político muy profundo de la facultad”, afirmó Fabián Nievas, desde la carrera de
Sociología.
“Hace muchísimos años que no se producía este tipo de hechos en una universidad
pública –dijo ayer Mallimaci–. Fue un grupo de exaltados y forajidos,
estudiantes que no respetan la democracia”, aseguró. Y relató que estos alumnos
“irrumpieron” en la sala de reuniones del consejo directivo, “entraron
rompiendo la puerta, rompieron las urnas y los votos y de esa manera expresaron sus
criterios autoritarios y reaccionarios”.
“Fue un hecho deplorable”, sentenció ayer hasta el ministro del Interior,
Carlos Corach. Los repudios también llegaron desde todas las carreras de la facultad y
desde las federaciones universitarias de la Argentina y de Buenos Aires. A su vez, las
autoridades de la UBA –el rector Oscar Shuberoff y todos los decanos incluidos–
manifestaron su solidaridad con el decano Mallimaci y repudiaron “los actos de
barbarie de quienes pretenden eludir el veredicto de las urnas”.
Tal como informó Página/12 el martes y el jueves últimos, doce agrupaciones denunciaron
un virtual fraude pergeñado por la Alianza y apañado por el decano. La queja estaba
dirigida a la inclusión de “listas sábana”, donde se agrupaban los candidatos
para el consejo directivo (cuya elección es oficial y obligatoria) con los del centro de
estudiantes (votar es optativo). Al haber listas únicas –denunciaron– ambos
comicios se volvían obligatorios y se supeditaba la autonomía del movimiento estudiantil
a las autoridades académicas encargadas de supervisar la elección oficial.
Un argumento similar sostuvieron las direcciones de las carreras de Sociales (Trabajo
Social, Sociología, Ciencias de la Comunicación, Ciencia Política y Relaciones del
Trabajo) y de su Instituto de Investigaciones. En dos notas –una firmada por unos,
otra rubricada por otros– todos denunciaron que se estaba mezclando una elección de
claustro con otra gremial, y pidieron que se declarase la nulidad de los comicios.
Por todos esos motivos, no exentos de cálculos electoralistas desde ambas partes, cuando
el lunes se abrió la votación, sólo se presentaron las listas de la Alianza (Franja
Morada-Moves), el Ficso y el Frente Peronista Felipe Vallese (UjotaPé, FJA y otras). Las
demás llamaron a votar en blanco. Y convocaron a una asamblea para el martes, que debía
decidir cómo seguir el boicot: desde allí arrancó el grupo de estudiantesque entró en
la facultad, robó urnas y les prendió fuego sobre Marcelo T. de Alvear al 2200. También
pintaron paredes dentro de la sede, rompieron vidrios y amontonaron bancos.
La asamblea había sido convocada principalmente por el Movimiento por la Refundación de
Sociales (MRS), integrado por El Mate, Venceremos, el MST, Lucía Cullen y otras
agrupaciones. “Estoy indignado. Más allá de los responsables materiales, los
responsables políticos son los que convocaron a la asamblea”, dijo a este diario
Alejandro Macció (Franja-Alianza), titular del centro de estudiantes. Y desde el Ficso,
Sebastián Chouza, aseguró: “Repudiamos lo que pasó. Los culpables son los que
armaron la asamblea y votaron tomar la facultad. Ahora dicen que se les fue de las
manos”. Y aprovechó para repartir culpas: “Exigimos la renuncia del decano
porque no fue competente para garantizar la elección. Y repudiamos los métodos con que
la Alianza arma las elecciones y también las prácticas fascistas de quienes quedan
afuera”.
Pero los dirigentes del MRS también repudiaron la quema y los daños edilicios.
“Nosotros no participamos. Quisimos frenar la quema, pero no pudimos”, dijo un
militante de El Mate. Diversos estudiantes presentes en la asamblea coincidieron en que
los principales culpables fueron militantes del PO y el PTS. Una consejera directiva, Ana
Arias (de Lucía Cullen), comentó: “Los más perjudicados con la quema somos
nosotros. La Alianza se pone en el lugar de víctima. Queríamos pelear la nulidad de la
elección desde lo institucional. Teníamos el apoyo de las carreras. Ahora el fraude pasa
a segundo lugar”.
Por el momento, los 15 mil alumnos de Sociales deberán esperar una nueva reunión de la
Junta Electoral para saber cuándo se reanuda la elección. Desde la Alianza, ayer se
estaba impulsando que fuera el próximo lunes. Mientras tanto, hoy habrá una reunión
extraordinaria del consejo directivo.
* Colaboraron Cecilia Sosa y Marina Caporale.
UN PASEO ENTRE LOS RESTOS DEL INCENDIO
Distraídos, decanos y militantes
Por Marina Caporale
“Venía a votar, pero veo que no están las mesas”, comentaba un distraído en
el primer piso de la sede de Sociales en Marcelo T. de Alvear al 2200. A su alrededor, una
alfombra de boletas y sobres pisoteados recordaba los incidentes del martes por la noche,
cuando un grupo de estudiantes rompió y quemó las urnas que contenían los primeros
votos de la semana. En un día bastante agitado, la facultad vio ayer un desfile de medios
periodísticos, autoridades universitarias y dirigentes estudiantiles. También, por los
pasillos, se escucharon fuertes discusiones entre militantes. Mientras, la mayoría de los
cursos tuvieron clases, sobre todo en la sede de Parque Centenario.
“Si hubo fraude, está bien que llamen a no votar. Pero al final siempre pasa lo
mismo: para hacernos escuchar, terminamos cayendo en la violencia”, opinó Carolina
D’Ambrosio, alumna de Trabajo Social. Y Roque, un estudiante de Sociología,
comentó: “Yo estuve en la asamblea y me pareció que era bastante democrática. Con
la quema de las urnas se tiró a la basura una reunión que había sido fructífera y se
ayudó a legitimar a la Alianza”, dijo mientras caminaba por la facultad. Frente a la
sala del consejo directivo, todavía se podía ver la mesa de una agrupación usada por
varios estudiantes para forzar la puerta de la sala y secuestrar las urnas. “No
podría asegurar quiénes fueron los militantes que rompieron las puertas. Me parece
cómodo decir `fueron esos zurditos con ideas raras’”, aclaró Roque.
La asamblea había decidido tomar la facultad, pero ayer las clases fueron casi normales.
La salvedad fue el revuelo constante de militantes de distintas agrupaciones
universitarias y la visita que recibió el decano Fortunato Mallimaci de parte de los
decanos de varias facultades de la UBA. Por el piso quedaron las tablas que suelen formar
los cuartos oscuros y unos pocos pedazos de vidrio caídos de dos puertas rotas. En las
paredes del aula magna, escritas con pintura roja, se podía leer: “Aula pintada por
los estudiantes en asamblea” y “No al fraude. Fuera la burocracia de la
Alianza”.
“Este lío de las agrupaciones es tan oscuro que no entiendo nada, y prefiero
quedarme afuera. Ya sé que la verdad está escondida. Si hubieran seguido las elecciones,
habría votado en blanco”, afirmó Angel Sabatini, un estudiante de Trabajo Social
desilusionado con las actitudes de ambas fracciones. “A mí me da mucha tristeza.
Pensaba votar hoy”, dijo una alumna de Relaciones del Trabajo que no quiso dar su
nombre. “Voto porque es obligatorio, porque ni siquiera conozco las listas”,
agregó.
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