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El pais del Lego
Por Martín Granovsky

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t.gif (862 bytes) Algunos descansaron hasta el mediodía, después del festejo agridulce de la madrugada. Otros, incapaces de derrotar la carga imbatible de la adrenalina, unieron el domingo al lunes en una larga sesión de especulaciones, análisis y cafés interminables. De ese día único de 48 horas que vivió la Alianza quedaron muchos cabos sueltos que será interesante seguir en los próximos semanas. Fernando de la Rúa armó los equipos para coordinar la transición. El de Relaciones Exteriores lo integran cuatro nombres previsibles y una sorpresa. Los previsibles son el ex secretario de Industria Roberto Lavagna, la diputada electa Beatriz Nofal, el diplomático de carrera Arnoldo Listre y el experto Carlos Pérez Llana. La sorpresa es el coordinador del equipo: Rodolfo Terragno. ¿Terragno será canciller y por eso es el jefe del team? ¿O ya tiene asegurado otro puesto y por eso su presencia es una pista falsa?Carlos “Chacho” Alvarez comenzó la mañana diciéndole a Nelson Castro que le gustaría para Graciela Fernández Meijide un cargo ejecutivo. De la Rúa, por la tarde, lo apoyó. Si Graciela no sigue como diputada, ¿será ministra de Educación? ¿Caerá sobre ella la responsabilidad de negociar con el gremio docente hasta quitar la razón de ser de la carpa blanca, paso inicial para cualquier revolución educativa? ¿O el Frepaso buscará impulsarla para un cargo en el área social? El presidente electo no se apurará en designar su gabinete. Primero quiere contar con todos los elementos informativos para controlar la transición. Además, preferiría arrancar con un gabinete que dure más que su primer equipo en el gobierno de la ciudad. Sus allegados afirman que, más que pergaminos, buscará eficiencia para los 200 cargos de primera línea que necesita llenar para comenzar la gestión. Los precandidatos a ministerios y secretarías tratan de disimular sus deseos. Unos, porque saben que a De la Rúa lo irrita cualquier gesto que suene a pedido. Otros porque se guardan para un segundo turno siguiendo la Ley de Carranza. El ex ministro radical Roque Carranza decía que los primeros gabinetes de un Presidente pueden ser como un desembarco: la mitad se muere en la costa.Cohabitación, diálogo, consenso, mensaje de las urnas, control y balance suenan como la nueva familia para describir la nueva situación política. Una primera visión indica solo que De la Rúa y Alvarez necesitarán del Congreso para gobernar, lo cual es casi una tautología en democracia. Tendrán el Senado con mayoría peronista, la Corte con mayoría menemista y mayoría simple de la Alianza, pero incluso si el número le da deberá tejer el quórum con los provinciales o los cavallistas, en la Cámara de Diputados. Sin embargo, todo el país quedó armado como un Lego. Ninguna pieza puede jugar suelta. Un ejemplo del Lego es la provincia de Buenos Aires. Carlos Ruckauf gobernará, pero tendrá que negociar igual que De la Rúa con su propia legislatura. O más. En la renovación de bancas, la Alianza quedó con mayoría en la Cámara de Diputados. Tendrá una bancada de 50 o 51 legisladores, contra 41 o 42 del Partido Justicialista y dos de Luis Patti. También controlará el Senado, con un bloque de 24 contra 20 del justicialismo. Hay, aún, dos escaños en discusión. En los próximos 15 días la Justicia Electoral deberá pasar en limpio quién ganó en Lomas de Zamora y Avellaneda, donde tanto la Alianza como el PJ dicen haber triunfado. Si la Alianza llegara a gobernar Avellaneda, tendrá un concejo deliberante de 12 contra 12. Otro caso de Lego. Y a propósito: la Alianza extendió su poder territorial al ganar intendencias fuertes como Quilmes, San Martín y Morón. Quilmes tendrá intendente radical, pero los de San Martín y Morón serán del Frepaso. Aun si el Frepaso no conquistara finalmente ni Lomas ni Avellaneda contaríacon la jefatura de gobiernos que deciden la suerte de millones de personas. Junto a la necesidad del propio de De la Rúa de recostarse en Alvarez para tender un canal de negociación con el peronismo y contrapesar el poder de un partido radical que no lo ama, el entramado bonaerense es otra pista para examinar el futuro de la Alianza en el país del Lego.

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