Por Luis Bruschtein Sería una locura romper
ahora las reglas de juego de la Alianza, porque lo que necesitamos es más Alianza y no
menos, aseguró con énfasis el vicepresidente electo Carlos Chacho
Alvarez en el bunker de la coalición triunfante en las elecciones, el Hotel Panamericano.
Profesor de historia y diputado, para Alvarez se abre una situación inédita en
muchos planos en la Argentina. No quiero ser un vicepresidente inexistente, ni
tampoco uno que exista confrontando con el Presidente, explicó a Página/12 pocas
horas después de su triunfo acompañando la candidatura presidencial de Fernando De la
Rúa.
¿Cómo ve la estabilidad de la Alianza después de los resultados de las
elecciones?
Creo que sobre este tema se hacen análisis excesivamente apresurados respecto a la
situación interna de la Alianza, como si lo que pasó en la provincia de Buenos Aires
pudiera significar cierto desdibujamiento del Frepaso. Yo creo que no se comprende la
convicción que tienen los dirigentes de ambas fuerzas políticas, sobre todo la
convicción muy fuerte tanto de (Fernando) De la Rúa como de (Raúl) Alfonsín sobre el
valor estratégico de la Alianza. Sería una locura replantear las reglas de juego de la
Alianza. Es un error muy grave pensar que a alguna fuerza política le pueda convenir
reciclarse para atrás, hacia el sistema político tradicional, cuando la sociedad está
mucho más abierta que el sistema político tradicional. Los triunfos que consigue el
justicialismo en general, o los más importantes, como el de la provincia de Buenos Aires,
son a partir de actualizar y mantener la coalición conservadora en la política
argentina. Porque el triunfo de (Carlos) Ruckauf, a diferencia de lo que anunciaba
(Eduardo) Duhalde de que se agotaba un ciclo y un modelo económico junto con la alianza
que lo sostenía, termina concretándose a través de una coalición conservadora donde al
voto histórico del PJ se le suma el voto de la UCeDé, más el partido de (Domingo)
Cavallo. Esto quiere decir que los desafíos que enfrentamos después de lo que pasó en
la provincia se resuelven con más Alianza, no con menos Alianza. Uno se podría
preguntar: ¿Hay conciencia de esto? Yo creo que en los principales dirigentes, y sobre
todo en el presidente electo, hay mucha conciencia, y lo mismo puedo decir por lo que
hemos hablado durante mucho tiempo con Alfonsín, hay mucha conciencia del valor
estratégico de la Alianza como una coalición, que por el contrario no debe quedarse
limitada a dos fuerzas políticas, sino que debe tener una estrategia elaborada de mayor
apertura hacia nuevas fuerzas.
Cavallo dijo el domingo que no descartaba ser candidato en el 2000 a la jefatura de
gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Es probable que de esa manera se repita la misma
coalición que ganó en la provincia de Buenos Aires.
La alianza conservadora va a seguir existiendo en Argentina con distintas formas.
¿Pero en esa situación cambiarían las candidaturas que estaban previstas, más
concretamente la de Anibal Ibarra como candidato de la Alianza?
No, porque la Alianza también es una coalición y una de las condiciones para
construir una coalición de partidos y para construir una alianza es sobre todo construir
confianza. Una alianza tiene reglas y sobre el respeto de las reglas se construye la
confianza política. No hay ningún motivo, nada que indique que la Alianza deba
replantearse la candidatura de Aníbal Ibarra como jefe de gobierno, porque él es el
candidato de la Alianza que mejor está posicionado en la ciudad de Buenos Aires.
Hubo versiones de que usted podría reemplazarlo en la candidatura.
Es un despropósito hacer correr bolas que no tienen ningún asidero. El que piense
eso no me conoce, no sabe cómo he actuado siempre en la política. Vamos a ganar en la
Capital con la candidatura de Aníbal, que noestá en discusión en ningún ámbito de la
Alianza porque eso introduciría ruido, y creo que retrocederíamos en la forma como hemos
construido esta alianza, en un proceso inédito en la Argentina. Si alguien hubiera dicho
en la Argentina hace tres años que una alianza le iba a ganar al oficialismo 48 a 37 a
nivel nacional, una alianza que eligió a su candidato con más de dos millones y medio de
votos, que tiene un programa compartido y común, mucha gente hubiera dicho que eso no se
podía hacer. Yo creo que la Alianza hizo las cosas bien y de ahí no se puede retroceder.
Sería lamentable sobre todo cuando el gran desafío es gobernar en el sentido del voto de
la gente este domingo.
En la mayoría de las provincias la gente votó gobernadores de un color y
presidente de otro ¿qué lectura hace de esa realidad sobre la que deberá gobernar De la
Rúa?
Hay una situación inédita en la Argentina, hay un mapa plural. De todos modos creo
que influyó mucho el desdoblamiento de las elecciones a gobernadores. Córdoba es un
ejemplo: se vota cada semana en un municipio, un intendente de una fuerza, otro de otra.
El voto local por un lado, el voto personalizado por el otro. Vamos hacia una crisis de
los proyectos colectivos y ante una crisis de representatividad de las máquinas
electorales que van bajando lentamente su predominio. Aunque perdió hay que valorizar la
excelente elección de Graciela Fernández Meijide ante el aparato electoral más poderoso
del país. Hay un voto que se va personalizando en una sociedad más abierta y con mayor
autonomía electoral.
Hace poco un periódico publicó la declaración de bienes que presentaron algunos
candidatos ante la organización Poder Ciudadano. Usted era el que menos tenía, no pasaba
de los 90 mil pesos. Un poco en broma, decía que usted estaba al borde de la indigencia.
Ojalá ser pobre en Argentina fuera tener esos bienes. Yo soy de clase media: un
departamento, una casita en Ezeiza y un auto. Soy profesor de historia, estudié en la
Universidad, no fui empresario y en los últimos años viví del sueldo de legislador, que
son 4800 pesos. ¿Qué patrimonio podría tener? No soy un pobre, ojalá todos los pobres
tuvieran eso.
Pero ser político y declarar eso, es también un capital político. Y también lo
compromete para cuando declare nuevamente sus bienes dentro de cuatro años.
Sí, pero eso es lo mínimo, no incrementar el patrimonio durante la gestión... Si
eso se ve como una virtud es porque realmente estamos muy mal en Argentina. Yo no lo
exhibo como valor diferencial, creo que tendría que ser lo elemental. Lo más importante
es instrumentar la vicepresidencia y ayudar a construir un buen gobierno porque todos
coincidimos en que el rol del vicepresidente tiene que ser diferente en la Argentina, y
escapar a dos síndromes: ser un vicepresidente improductivo, metaforizado por la
campanilla, o un vicepresidente cuya existencia descansa en la confrontación con el
presidente. El gran desafío es cumplir bien con el papel de mejorar la visibilidad del
Senado, de mejorar la calidad institucional de ese Senado que está bastante deteriorado
ante la opinión pública y también aportar lo que mejor pueda para que se haga un buen
gobierno en políticas específicas como los temas del conocimiento, los temas de la
reforma política que a mí me interesan mucho y los temas de la gestión estatal, porque
si queremos defender el rol del Estado en la Argentina tenemos que trabajar mucho en la
eficacia de la esfera estatal.
¿Ustedes esperan ser reelectos en el 2003?
La verdad, nosotros no estamos pensando en el 2003. Para nosotros serán muy
importantes las elecciones legislativas del 2001 porque se juegan cosas muy decisivas en
cuanto a la posibilidad de impulsar proyectos. Lo de la reelección se da de una manera
muy sencilla: si la gente cree en el 2003 que hicimos un buen gobierno, habrá oportunidad
para un nuevo gobierno y si no, no. Se trata de hacer bien las cosas pero no tenemos una
estrategia de reelección.
¿Usted piensa que en cuatro años tendrá tiempo para completar sus propuestas?
Sí, creo que es un tiempo suficiente como para demostrar un rumbo distinto.
¿Cómo espera que sea la relación con la oposición justicialista?
Yo creo que se abre una etapa en principio de colaboración porque el Pj a nivel
nacional termina golpeado. Si intenta una oposición salvaje quedará mal parado ante la
sociedad. Seguramente se irán planteando las cosas cada vez más difíciles cuando se
acerque la competencia, en el 2001, que será una batalla muy importante. En general ahora
hay una actitud en todos de reconocer que se abre una situación inédita en la Argentina.
Es inédito que gobierne una alianza, es inédito que un gobierno justicialista le ceda el
gobierno a otro de distinto signo, es inédito lo que pasa en el justicialismo que tiene
un liderazgo que está atravesando una crisis de credibilidad muy fuerte y surgen otros
liderazgos. Son situaciones distintas, también nosotros vamos a procesar las relaciones
en la Alianza desde el gobierno, son situaciones nuevas. En la Argentina se inaugura una
nueva etapa.
REFLEXIONES DE GRACIELA DESPUES DE LA DERROTA
La coalición no se debilita
Hubiese sido, objetivamente, más fuerte haber ganado en la provincia,
admitió ayer Graciela Fernández Meijide y asumió haber sufrido un bajón
por su derrota del domingo, pero aclaró que, con esto, la Alianza no se debilita y
la intención es seguir fuertemente juntos. La ex candidata a la gobernación
bonaerense reiteró su deseo de que al gobernador electo, Carlos Ruckauf, le vaya bien
durante su gestión, y volvió a asegurar que su derrota se debió a que en la
provincia se formó otra alianza implícita que permitió que la UCeDé no explicitara que
había una alianza con Ruckauf. Esto, más los votos de Cavallo, sumó puntos
al candidato del PJ, sostuvo la diputada frepasista.
Meijide empezó el día reconociendo el bajón de haber perdido. Estoy
medio triste porque habíamos puesto mucho esfuerzo y yo quería ganar porque se podían
hacer muchas cosas en la provincia de Buenos Aires, dijo, pero enseguida agregó:
Deseo de todo corazón que lo pueda hacer Ruckauf cuando sea gobernador. En
ese sentido, aseguró que su deseo es que atienda a las necesidades de la gente más
humilde, que es la que ha quedado más desamparada en todo este tiempo.
El futuro político de Meijide es uno de los grandes interrogantes que se plantean a
partir de su derrota. Graciela aclaró que aún debe cumplir dos años de mandato como
diputada. A mí, ni los grandes triunfos, ni las derrotas me han cambiado la vida
personal. Han sido exigencias siempre de la vida política, dijo. Y finalizó:
Yo creo en la Alianza. Creo en los beneficios de la Alianza, y creo que Fernando
(por De la Rúa) lo encarnó bien y que la gente vio eso en él.
A la hora de analizar la derrota, en sintonía con De la Rúa, Meijide consideró que en
la provincia de Buenos Aires triunfó otra alianza. Lo que pasó es que
se armó otra alianza, implícita, no explícita, que permitió que la UCeDé, que llevaba
como candidato a Carlos Ruckauf, no explicitara que había una alianza. Esto, más los
votos de la Alianza, le sumaron al doctor Ruckauf. La diputada atribuyó esa
tercera fuerza la pérdida de votos de la Alianza, especialmente en el primer
cordón del Gran Buenos Aires.
De la Rúa, por su parte, destacó el papel de la diputada frepasista en la conformación
de la Alianza, al definirla como una figura muy importante para la política
argentina y subrayó que, pese a la derrota en la provincia, la Alianza está
más unida y más fuerte que nunca.
Con la derrota ya asumida, Meijide abrió la posibilidad de mandarle una carta de
felicitación a Ruckauf. Pero dejó claro que sólo lo hará en términos políticos.
Yo distingo muy bien lo que es personal de lo que es político, dijo. En la
lista de lo personal de la campaña quedarán las acusaciones de Ruckauf, que
hace una semana, exactamente, trató de abortista, anticristiana y
atea, todo por el mismo precio, a Fernández Meijide.
El Panamericano se transformó
en la antesala de la Casa Rosada
De la Rúa estableció su bunker
en el hotel. Crónica de un día en el que empezó a armarse el gabinete del gobierno
elegido el domingo.
Fernando de la Rúa no habla con el
movilero que está a sus espaldas, pero sí dedicó buena parte del día a atender a la
prensa. |
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Por José Natanson
Fernando de la Rúa
sonríe. Está sentado en el piso 18 del Hotel Panamericano, donde instaló su centro de
operaciones. Me llamó (el ministro de Economía) Roque Fernández. Le recomendé no
incrementar el gasto público, dice De la Rúa. El presupuesto tendría que
estar aprobado antes del 10 de diciembre, sugiere con tono de exigencia. Alejado por
un rato del trajinar de sus técnicos, que diseñan los pasos del futuro gobierno en otras
habitaciones, el Presidente electo pide un vaso de soda. Y ofrece, con una voz que mezcla
el cansancio y la alegría, las primeras definiciones luego de la elección del domingo
pasado.
¿Tiene previsto reunirse con el presidente Carlos Menem?
No está previsto. Pero nunca puede excluirse que el presidente electo se reúna con
el presidente saliente.
De la Rúa aceptó conversar durante un rato con un grupo de cronistas, interrumpiendo una
jornada que se dividió entre los planes de gobierno y la comunicación con distintas
personalidades. Después de su triunfo, el jefe radical recibió una serie de llamados VIP
del exterior: el primer ministro británico, Tony Blair; el de Italia, Massimo
DAlema; el presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti; el jefe del gobierno
español, José María Aznar.
¿Con quién más se comunicó?
Con muchos. Me llamó Roque Fernández. Me felicitó por la victoria y yo le pedí
que el Gobierno hiciera esfuerzos para no incrementar el gasto.
A las ocho de la noche, en una habitación del hotel, algunos técnicos escogidos por De
la Rúa discuten los primeros pasos del Gobierno sobre una larga mesa de roble. Nicolás
Gallo, uno de los hombres de mayor confianza del jefe radical, llegó al Panamericano
temprano, con un plano enrollado bajo el brazo. La imagen es poco sutil: Gallo es
candidato a convertirse en ministro de Obras y Servicios Públicos. O de Infraestructura,
como prefiere llamar a la futura cartera.
¿Cuándo va a anunciar el nombre de sus ministros?
Fue acertado no hacer nombres durante la campaña, porque después de las elecciones
uno tiene un panorama más claro. Y ahora no quiero hacer anuncios anticipados. Además,
no se trata sólo de anunciar el gabinete. Vamos a presentar al futuro gobierno. Pero
antes hay que apreciar el clima creado en el país.
¿Qué clima?
Un clima de unión, de colaboración. En provincias en donde había ganado el PJ la
gente nos votó. Es un mensaje.
La incógnita sobre quién ocupará cada ministerio es el tema más conversado entre los
dirigentes de la Alianza, que dedican largas horas a las más variadas especulaciones. Sin
embargo, antes de definir nombres, De la Rúa deberá terminar de diseñar la estructura
del Ejecutivo. Página/12 anticipó en setiembre pasado la idea de construir un gabinete
horizontal y descentralizado, similar a los que funcionan en Chile o en Brasil. El esquema
preveía la división del Ministerio de Economía en dos organismos y la elevación al
rango ministerial de algunas secretarías, como Acción Social o Turismo. Pero las
opiniones contrarias comenzaron a aparecer apenas se conoció el proyecto. José Luis
Machinea y Rodolfo Terragno aseguraron que el proyecto no se compadecía con la imagen de
austeridad que pretende mostrar el futuro gobierno. De la Rúa dio órdenes para limitar
la ampliación a un máximo de diez u once carteras, aunque mantuvo la idea de eliminar
algunas secretarías y fusionar otras.
Claro que el análisis de la elección del domingo también ocupó un lugar en la agenda
de los jefes de la Alianza. Un piso más arriba, el vicepresidente electo Carlos
Chacho Alvarez reparte su tiempo entre las notas periodísticas y la
comunicación con los dirigentes del Frepaso, preocupados por la situación de su partido
luego de la derrota de Graciela Fernández Meijide.
¿Cuál es su evaluación de la derrota en la provincia? En la provincia hubo
una ley de lemas de hecho. Yo hablé con Graciela. La escuché bien. Muy entera.
Chacho Alvarez habló sobre la posibilidad de incluirla en el gabinete.
Del gabinete no voy a hablar, por ahora dice De la Rúa. Sus ojos enfocan la
ventana, desde la que se ve el Obelisco. Parece relajado.
Ayer se contactó brevemente con Carlos Ruckauf y con José Manuel De la Sota, dos
justicialistas que controlarán provincias importantes, con los que deberá construir un
diálogo.
¿Se va a reunir con los gobernadores?
Es mi deseo. Pero todavía no lo hemos programado.
¿Qué actitud percibió en los dirigentes justicialistas con los que se comunicó?
He recibido señales constructivas sostiene. De la Rúa decidió pasar los
próximos tres días en el Panamericano para el previsible aluvión de movileros en la
puerta de su casa no perturbe a los vecinos de su departamento de Barrio Norte. Chacho
Alvarez es otro que se mudó al hotel, convertido en el centro neurálgico de la futura
coalición de gobierno. José Luis Machinea, el coordinador de economistas de la Alianza,
también pasó la tarde en el hotel. Conversó con De la Rúa, con Terragno y con Gallo.
Aunque falta una señal pública, en la coalición todos descuentan que se convertirá en
el sucesor de Roque Fernández.
¿Machinea está confirmado?
Ya dije que sobre el gabinete hoy no voy a hablar. Lo que sí puedo adelantar es que
di instrucciones para redactar algunas leyes, algunas modificaciones a la Ley de
Presupuesto, que debería estar aprobada antes del 10 de diciembre. Hay que avanzar sobre
el gasto superfluo.
El último item del delarruismo es la agenda de giras. El Presidente electo le prometió
al brasileño Fernando Henrique Cardoso que lo visitará en su primera salida al exterior,
como un gesto de la importancia que le asignará al Mercosur. De la Rúa también analiza
la posibilidad de asistir, el 8 de noviembre, a la reunión de la Internacional Socialista
que se desarrollará en París. Aunque su presencia todavía no fue confirmada, allí
podría estar el presidente norteamericano Bill Clinton, a quien el jefe radical quiere
saludar personalmente antes de asumir como Presidente.
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