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EL LEMA DE CHACHO ALVAREZ SOBRE EL FUTURO DE LA COALICION
“Más Alianza, y no menos”

El vicepresidente electo dijo en un reportaje con Página/12 que Ibarra será el candidato al gobierno porteño, que la Alianza no cambiará las reglas y que lo mínimo es no incrementar el patrimonio durante la gestión.

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Por Luis Bruschtein

t.gif (862 bytes) “Sería una locura romper ahora las reglas de juego de la Alianza, porque lo que necesitamos es más Alianza y no menos”, aseguró con énfasis el vicepresidente electo Carlos “Chacho” Alvarez en el bunker de la coalición triunfante en las elecciones, el Hotel Panamericano. Profesor de historia y diputado, para Alvarez se abre “una situación inédita en muchos planos en la Argentina”. “No quiero ser un vicepresidente inexistente, ni tampoco uno que exista confrontando con el Presidente”, explicó a Página/12 pocas horas después de su triunfo acompañando la candidatura presidencial de Fernando De la Rúa.
–¿Cómo ve la estabilidad de la Alianza después de los resultados de las elecciones?
–Creo que sobre este tema se hacen análisis excesivamente apresurados respecto a la situación interna de la Alianza, como si lo que pasó en la provincia de Buenos Aires pudiera significar cierto desdibujamiento del Frepaso. Yo creo que no se comprende la convicción que tienen los dirigentes de ambas fuerzas políticas, sobre todo la convicción muy fuerte tanto de (Fernando) De la Rúa como de (Raúl) Alfonsín sobre el valor estratégico de la Alianza. Sería una locura replantear las reglas de juego de la Alianza. Es un error muy grave pensar que a alguna fuerza política le pueda convenir reciclarse para atrás, hacia el sistema político tradicional, cuando la sociedad está mucho más abierta que el sistema político tradicional. Los triunfos que consigue el justicialismo en general, o los más importantes, como el de la provincia de Buenos Aires, son a partir de actualizar y mantener la coalición conservadora en la política argentina. Porque el triunfo de (Carlos) Ruckauf, a diferencia de lo que anunciaba (Eduardo) Duhalde de que se agotaba un ciclo y un modelo económico junto con la alianza que lo sostenía, termina concretándose a través de una coalición conservadora donde al voto histórico del PJ se le suma el voto de la UCeDé, más el partido de (Domingo) Cavallo. Esto quiere decir que los desafíos que enfrentamos después de lo que pasó en la provincia se resuelven con más Alianza, no con menos Alianza. Uno se podría preguntar: ¿Hay conciencia de esto? Yo creo que en los principales dirigentes, y sobre todo en el presidente electo, hay mucha conciencia, y lo mismo puedo decir por lo que hemos hablado durante mucho tiempo con Alfonsín, hay mucha conciencia del valor estratégico de la Alianza como una coalición, que por el contrario no debe quedarse limitada a dos fuerzas políticas, sino que debe tener una estrategia elaborada de mayor apertura hacia nuevas fuerzas.
–Cavallo dijo el domingo que no descartaba ser candidato en el 2000 a la jefatura de gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Es probable que de esa manera se repita la misma coalición que ganó en la provincia de Buenos Aires.
–La alianza conservadora va a seguir existiendo en Argentina con distintas formas.
–¿Pero en esa situación cambiarían las candidaturas que estaban previstas, más concretamente la de Anibal Ibarra como candidato de la Alianza?
–No, porque la Alianza también es una coalición y una de las condiciones para construir una coalición de partidos y para construir una alianza es sobre todo construir confianza. Una alianza tiene reglas y sobre el respeto de las reglas se construye la confianza política. No hay ningún motivo, nada que indique que la Alianza deba replantearse la candidatura de Aníbal Ibarra como jefe de gobierno, porque él es el candidato de la Alianza que mejor está posicionado en la ciudad de Buenos Aires.
–Hubo versiones de que usted podría reemplazarlo en la candidatura.
–Es un despropósito hacer correr bolas que no tienen ningún asidero. El que piense eso no me conoce, no sabe cómo he actuado siempre en la política. Vamos a ganar en la Capital con la candidatura de Aníbal, que noestá en discusión en ningún ámbito de la Alianza porque eso introduciría ruido, y creo que retrocederíamos en la forma como hemos construido esta alianza, en un proceso inédito en la Argentina. Si alguien hubiera dicho en la Argentina hace tres años que una alianza le iba a ganar al oficialismo 48 a 37 a nivel nacional, una alianza que eligió a su candidato con más de dos millones y medio de votos, que tiene un programa compartido y común, mucha gente hubiera dicho que eso no se podía hacer. Yo creo que la Alianza hizo las cosas bien y de ahí no se puede retroceder. Sería lamentable sobre todo cuando el gran desafío es gobernar en el sentido del voto de la gente este domingo.
–En la mayoría de las provincias la gente votó gobernadores de un color y presidente de otro ¿qué lectura hace de esa realidad sobre la que deberá gobernar De la Rúa?
–Hay una situación inédita en la Argentina, hay un mapa plural. De todos modos creo que influyó mucho el desdoblamiento de las elecciones a gobernadores. Córdoba es un ejemplo: se vota cada semana en un municipio, un intendente de una fuerza, otro de otra. El voto local por un lado, el voto personalizado por el otro. Vamos hacia una crisis de los proyectos colectivos y ante una crisis de representatividad de las máquinas electorales que van bajando lentamente su predominio. Aunque perdió hay que valorizar la excelente elección de Graciela Fernández Meijide ante el aparato electoral más poderoso del país. Hay un voto que se va personalizando en una sociedad más abierta y con mayor autonomía electoral.
–Hace poco un periódico publicó la declaración de bienes que presentaron algunos candidatos ante la organización Poder Ciudadano. Usted era el que menos tenía, no pasaba de los 90 mil pesos. Un poco en broma, decía que usted estaba al borde de la indigencia.
–Ojalá ser pobre en Argentina fuera tener esos bienes. Yo soy de clase media: un departamento, una casita en Ezeiza y un auto. Soy profesor de historia, estudié en la Universidad, no fui empresario y en los últimos años viví del sueldo de legislador, que son 4800 pesos. ¿Qué patrimonio podría tener? No soy un pobre, ojalá todos los pobres tuvieran eso.
–Pero ser político y declarar eso, es también un capital político. Y también lo compromete para cuando declare nuevamente sus bienes dentro de cuatro años.
–Sí, pero eso es lo mínimo, no incrementar el patrimonio durante la gestión... Si eso se ve como una virtud es porque realmente estamos muy mal en Argentina. Yo no lo exhibo como valor diferencial, creo que tendría que ser lo elemental. Lo más importante es instrumentar la vicepresidencia y ayudar a construir un buen gobierno porque todos coincidimos en que el rol del vicepresidente tiene que ser diferente en la Argentina, y escapar a dos síndromes: ser un vicepresidente improductivo, metaforizado por la campanilla, o un vicepresidente cuya existencia descansa en la confrontación con el presidente. El gran desafío es cumplir bien con el papel de mejorar la visibilidad del Senado, de mejorar la calidad institucional de ese Senado que está bastante deteriorado ante la opinión pública y también aportar lo que mejor pueda para que se haga un buen gobierno en políticas específicas como los temas del conocimiento, los temas de la reforma política que a mí me interesan mucho y los temas de la gestión estatal, porque si queremos defender el rol del Estado en la Argentina tenemos que trabajar mucho en la eficacia de la esfera estatal.
–¿Ustedes esperan ser reelectos en el 2003?
–La verdad, nosotros no estamos pensando en el 2003. Para nosotros serán muy importantes las elecciones legislativas del 2001 porque se juegan cosas muy decisivas en cuanto a la posibilidad de impulsar proyectos. Lo de la reelección se da de una manera muy sencilla: si la gente cree en el 2003 que hicimos un buen gobierno, habrá oportunidad para un nuevo gobierno y si no, no. Se trata de hacer bien las cosas pero no tenemos una estrategia de reelección.
–¿Usted piensa que en cuatro años tendrá tiempo para completar sus propuestas?
–Sí, creo que es un tiempo suficiente como para demostrar un rumbo distinto.
–¿Cómo espera que sea la relación con la oposición justicialista?
–Yo creo que se abre una etapa en principio de colaboración porque el Pj a nivel nacional termina golpeado. Si intenta una oposición salvaje quedará mal parado ante la sociedad. Seguramente se irán planteando las cosas cada vez más difíciles cuando se acerque la competencia, en el 2001, que será una batalla muy importante. En general ahora hay una actitud en todos de reconocer que se abre una situación inédita en la Argentina. Es inédito que gobierne una alianza, es inédito que un gobierno justicialista le ceda el gobierno a otro de distinto signo, es inédito lo que pasa en el justicialismo que tiene un liderazgo que está atravesando una crisis de credibilidad muy fuerte y surgen otros liderazgos. Son situaciones distintas, también nosotros vamos a procesar las relaciones en la Alianza desde el gobierno, son situaciones nuevas. En la Argentina se inaugura una nueva etapa.

 

Claves

ron2.gif (93 bytes)  Carlos “Chacho” Alvarez dijo que no será candidato a jefe de Gobierno en el 2000 porque esa postulación sigue reservada a Aníbal Ibarra.
ron2.gif (93 bytes) Explicó que ni él ni De la Rúa no quieren cambiar las reglas de la Alianza.
ron2.gif (93 bytes) Se preguntó si tres años atrás alguien hubiera imaginado un triunfo de 48 a 37 por ciento sobre el peronismo.
ron2.gif (93 bytes) Graciela Fernández Meijide reconoció que “fue un bajón” su derrota en la provincia pero dijo estar segura de que eso no resentirá a la Alianza.
ron2.gif (93 bytes) De la Rúa dijo que cuando Roque lo saludó él le pidió no subir el gasto.
ron2.gif (93 bytes) Anunció que no tiene previsto reunirse con Menem, pero no lo descarta.
ron2.gif (93 bytes) Machinea pasó toda la tarde en el cuartel general del hotel Panamericano.


 

REFLEXIONES DE GRACIELA DESPUES DE LA DERROTA
“La coalición no se debilita”

t.gif (862 bytes) “Hubiese sido, objetivamente, más fuerte haber ganado en la provincia”, admitió ayer Graciela Fernández Meijide y asumió haber sufrido “un bajón” por su derrota del domingo, pero aclaró que, “con esto, la Alianza no se debilita y la intención es seguir fuertemente juntos”. La ex candidata a la gobernación bonaerense reiteró su deseo de que al gobernador electo, Carlos Ruckauf, le vaya bien durante su gestión, y volvió a asegurar que su derrota se debió a que “en la provincia se formó otra alianza implícita que permitió que la UCeDé no explicitara que había una alianza con Ruckauf”. “Esto, más los votos de Cavallo, sumó puntos al candidato del PJ”, sostuvo la diputada frepasista.
Meijide empezó el día reconociendo el “bajón” de haber perdido. “Estoy medio triste porque habíamos puesto mucho esfuerzo y yo quería ganar porque se podían hacer muchas cosas en la provincia de Buenos Aires”, dijo, pero enseguida agregó: “Deseo de todo corazón que lo pueda hacer Ruckauf cuando sea gobernador”. En ese sentido, aseguró que su deseo es “que atienda a las necesidades de la gente más humilde, que es la que ha quedado más desamparada en todo este tiempo”.
El futuro político de Meijide es uno de los grandes interrogantes que se plantean a partir de su derrota. Graciela aclaró que aún debe cumplir dos años de mandato como diputada. “A mí, ni los grandes triunfos, ni las derrotas me han cambiado la vida personal. Han sido exigencias siempre de la vida política”, dijo. Y finalizó: “Yo creo en la Alianza. Creo en los beneficios de la Alianza, y creo que Fernando (por De la Rúa) lo encarnó bien y que la gente vio eso en él”.
A la hora de analizar la derrota, en sintonía con De la Rúa, Meijide consideró que en la provincia de Buenos Aires triunfó “otra alianza”. “Lo que pasó es que se armó otra alianza, implícita, no explícita, que permitió que la UCeDé, que llevaba como candidato a Carlos Ruckauf, no explicitara que había una alianza. Esto, más los votos de la Alianza, le sumaron al doctor Ruckauf.” La diputada atribuyó esa “tercera fuerza” la pérdida de votos de la Alianza, especialmente en el primer cordón del Gran Buenos Aires.
De la Rúa, por su parte, destacó el papel de la diputada frepasista en la conformación de la Alianza, al definirla como “una figura muy importante para la política argentina” y subrayó que, pese a la derrota en la provincia, “la Alianza está más unida y más fuerte que nunca”.
Con la derrota ya asumida, Meijide abrió la posibilidad de mandarle una carta de felicitación a Ruckauf. Pero dejó claro que sólo lo hará en términos políticos. “Yo distingo muy bien lo que es personal de lo que es político”, dijo. En la lista de “lo personal” de la campaña quedarán las acusaciones de Ruckauf, que hace una semana, exactamente, trató de “abortista”, “anticristiana” y “atea”, todo por el mismo precio, a Fernández Meijide.

 


 

El Panamericano se transformó
en la antesala de la Casa Rosada

De la Rúa estableció su bunker en el hotel. Crónica de un día en el que empezó a armarse el gabinete del gobierno elegido el domingo.

Fernando de la Rúa no habla con el movilero que está a sus espaldas, pero sí dedicó buena parte del día a atender a la prensa.

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Por José Natanson

t.gif (862 bytes) Fernando de la Rúa sonríe. Está sentado en el piso 18 del Hotel Panamericano, donde instaló su centro de operaciones. “Me llamó (el ministro de Economía) Roque Fernández. Le recomendé no incrementar el gasto público”, dice De la Rúa. “El presupuesto tendría que estar aprobado antes del 10 de diciembre”, sugiere con tono de exigencia. Alejado por un rato del trajinar de sus técnicos, que diseñan los pasos del futuro gobierno en otras habitaciones, el Presidente electo pide un vaso de soda. Y ofrece, con una voz que mezcla el cansancio y la alegría, las primeras definiciones luego de la elección del domingo pasado.
–¿Tiene previsto reunirse con el presidente Carlos Menem?
–No está previsto. Pero nunca puede excluirse que el presidente electo se reúna con el presidente saliente.
De la Rúa aceptó conversar durante un rato con un grupo de cronistas, interrumpiendo una jornada que se dividió entre los planes de gobierno y la comunicación con distintas personalidades. Después de su triunfo, el jefe radical recibió una serie de llamados VIP del exterior: el primer ministro británico, Tony Blair; el de Italia, Massimo D’Alema; el presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti; el jefe del gobierno español, José María Aznar.
–¿Con quién más se comunicó?
–Con muchos. Me llamó Roque Fernández. Me felicitó por la victoria y yo le pedí que el Gobierno hiciera esfuerzos para no incrementar el gasto.
A las ocho de la noche, en una habitación del hotel, algunos técnicos escogidos por De la Rúa discuten los primeros pasos del Gobierno sobre una larga mesa de roble. Nicolás Gallo, uno de los hombres de mayor confianza del jefe radical, llegó al Panamericano temprano, con un plano enrollado bajo el brazo. La imagen es poco sutil: Gallo es candidato a convertirse en ministro de Obras y Servicios Públicos. O de Infraestructura, como prefiere llamar a la futura cartera.
–¿Cuándo va a anunciar el nombre de sus ministros?
–Fue acertado no hacer nombres durante la campaña, porque después de las elecciones uno tiene un panorama más claro. Y ahora no quiero hacer anuncios anticipados. Además, no se trata sólo de anunciar el gabinete. Vamos a presentar al futuro gobierno. Pero antes hay que apreciar el clima creado en el país.
–¿Qué clima?
–Un clima de unión, de colaboración. En provincias en donde había ganado el PJ la gente nos votó. Es un mensaje.
La incógnita sobre quién ocupará cada ministerio es el tema más conversado entre los dirigentes de la Alianza, que dedican largas horas a las más variadas especulaciones. Sin embargo, antes de definir nombres, De la Rúa deberá terminar de diseñar la estructura del Ejecutivo. Página/12 anticipó en setiembre pasado la idea de construir un gabinete horizontal y descentralizado, similar a los que funcionan en Chile o en Brasil. El esquema preveía la división del Ministerio de Economía en dos organismos y la elevación al rango ministerial de algunas secretarías, como Acción Social o Turismo. Pero las opiniones contrarias comenzaron a aparecer apenas se conoció el proyecto. José Luis Machinea y Rodolfo Terragno aseguraron que el proyecto no se compadecía con la imagen de austeridad que pretende mostrar el futuro gobierno. De la Rúa dio órdenes para limitar la ampliación a un máximo de diez u once carteras, aunque mantuvo la idea de eliminar algunas secretarías y fusionar otras.
Claro que el análisis de la elección del domingo también ocupó un lugar en la agenda de los jefes de la Alianza. Un piso más arriba, el vicepresidente electo Carlos “Chacho” Alvarez reparte su tiempo entre las notas periodísticas y la comunicación con los dirigentes del Frepaso, preocupados por la situación de su partido luego de la derrota de Graciela Fernández Meijide.
–¿Cuál es su evaluación de la derrota en la provincia? –En la provincia hubo una ley de lemas de hecho. Yo hablé con Graciela. La escuché bien. Muy entera.
–Chacho Alvarez habló sobre la posibilidad de incluirla en el gabinete.
–Del gabinete no voy a hablar, por ahora –dice De la Rúa. Sus ojos enfocan la ventana, desde la que se ve el Obelisco. Parece relajado.
Ayer se contactó brevemente con Carlos Ruckauf y con José Manuel De la Sota, dos justicialistas que controlarán provincias importantes, con los que deberá construir un diálogo.
–¿Se va a reunir con los gobernadores?
–Es mi deseo. Pero todavía no lo hemos programado.
–¿Qué actitud percibió en los dirigentes justicialistas con los que se comunicó?
–He recibido señales constructivas –sostiene. De la Rúa decidió pasar los próximos tres días en el Panamericano para el previsible aluvión de movileros en la puerta de su casa no perturbe a los vecinos de su departamento de Barrio Norte. Chacho Alvarez es otro que se mudó al hotel, convertido en el centro neurálgico de la futura coalición de gobierno. José Luis Machinea, el coordinador de economistas de la Alianza, también pasó la tarde en el hotel. Conversó con De la Rúa, con Terragno y con Gallo. Aunque falta una señal pública, en la coalición todos descuentan que se convertirá en el sucesor de Roque Fernández.
–¿Machinea está confirmado?
–Ya dije que sobre el gabinete hoy no voy a hablar. Lo que sí puedo adelantar es que di instrucciones para redactar algunas leyes, algunas modificaciones a la Ley de Presupuesto, que debería estar aprobada antes del 10 de diciembre. Hay que avanzar sobre el gasto superfluo.
El último item del delarruismo es la agenda de giras. El Presidente electo le prometió al brasileño Fernando Henrique Cardoso que lo visitará en su primera salida al exterior, como un gesto de la importancia que le asignará al Mercosur. De la Rúa también analiza la posibilidad de asistir, el 8 de noviembre, a la reunión de la Internacional Socialista que se desarrollará en París. Aunque su presencia todavía no fue confirmada, allí podría estar el presidente norteamericano Bill Clinton, a quien el jefe radical quiere saludar personalmente antes de asumir como Presidente.

 

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