Por Irina Hauser
Si se hubieran presentado
todos juntos, los partidos de izquierda estarían peleando, por lo menos, una banca de
diputados en la Capital Federal. En realidad, la frialdad de los números los gratifica
con una cierta mejoría en comparación con las elecciones presidenciales del `95, cuando
ninguna de las fórmulas del sector logró atraer más de 75 mil votos y juntas todas
ellas rozaron apenas un 1,5 por ciento. Esta vez, las seis alianzas y fuerzas de izquierda
se llevaron en total el 3 por ciento de los sufragios para presidente. La Alianza
Izquierda Unida y el Partido Humanista, ubicados finalmente a la cabeza de los partidos
minoritarios, fueron los que más festejaron. Los demás hicieron como sí, aunque sólo
algunos admitieron a regañadientes que todavía están muy lejos de posicionarse como una
verdadera alternativa de poder.
Ojalá que este liderazgo que alcanzamos sirva para construir unidad para las
próximas elecciones. Patricia Walsh, la candidata al sillón de Rivadavia por la
Izquierda Unida, celebra haber sido, con un 0,85 por ciento de los votos, la que más
simpatías obtuvo entre los partidos ubicados a la izquierda de la Alianza.
Sabíamos que con la izquierda debilitada por seis candidaturas el resultado no
podía ser más que modesto, pero creemos que obtuvimos un reconocimiento a nuestra
propuesta de construcción de unidad, comentó ayer a Página/12.
El problema de la división es de ambición personal en algunos casos y de
sectarismo en otros. Es por esa razón que la izquierda no pudo hacer una elección
significativa, planteó Domingo Quarracino, el candidato presidencial del Partido
Socialista Auténtico. Todo depende de nuestra capacidad de ceder en cosas que no
son imprescindibles, tales como querer imponer candidatos propios en ciertos cargos,
agregó.
El diagnóstico que desnuda la disgregación izquierdista argentina reaparece
cíclicamente después de cada escrutinio. No fue diferente esta vez. El abanico de
resultados referidos a estas fuerzas que llamaban a no votar en blanco hablan por sí
mismos: detrás de Izquierda Unida, el Partido Humanista, liderado por la abogada Lía
Méndez, obtuvo el 0,71 por ciento de los votos para presidente; el Partido Obrero, que
candidateó otra vez a Jorge Altamira, sumó el 0,61 por ciento; el Frente de la
Resistencia, con Jorge Reyna como postulante, se detuvo en 0,36 por ciento; el Partido de
los Trabajadores Socialistas, con José Montes como candidato, se instaló en 0,24 por
ciento y, por último, un 1 por ciento más abajo se ubicó el Partido Socialista
Auténtico, que propuso a Domingo Quarracino como jefe de Estado.
Las cifras, pese a todo, reconfortan a algunos de los postulantes de izquierda. Yo
estoy muy feliz, hicimos una campaña muy intensa y, si hacemos comparaciones, desde 1995
cuadruplicamos nuestros votos, festejó Lía Méndez. Esta elección que dio
el triunfo a Fernando de la Rúa demuestra que la gente no quiere un cambio de modelo
añadió. En este contexto, los votos que obtuvimos como partido con una
propuesta revolucionaria cobran más importancia. Montes, por su parte, evaluó:
Nuestro resultado puede aparecer como inexistente pero para nosotros, al ser la
primera vez que nos presentamos, es un logro importante. Nos hace pensar en poder extender
nuestra idea de una izquierda de los trabajadores.
Algo les hace pensar a quienes dialogaron con este diario que la izquierda está en una
instancia de avance y no de retroceso. Al menos, alegan, lograron reponerse de los
patéticos números con que en el `95 perdieron la mitad de los votos agenciados en 1989.
Ahora recuperaron, y superaron por un poquito, los 503.451 votos que lograron hace una
década. La diferencia es que en ese entonces sólo se presentaron tres fuerzas (la
Izquierda Unida, el Partido Obrero y el Partido Humanista). Y que esta vez, el solo hecho
de verse superados por las cifras obtenidas por Luis Patti en la provincia, bastan para un
shock. A su vez, se alegran de haber totalizado alrededor de un 7,5 por ciento para
diputados en Capital unindicio de que hubo gente que cortó boleta para
favorecerlos, pero se lamentan al reconocer que no tienen ni un solo diputado que
los represente desde que el comunista Floreal Gorini perdió su banca en 1997.
Altamira creía o decía que él solo iba a llegar a un 5 por ciento. Ayer no contestó
los llamados de este diario bajo pretexto de que estaba sumergido en la elaboración de un
documento. Tampoco lo hizo Reyna. Ya pasé el mensaje, está reunido,
justificó una colaboradora.
Así las cosas, pese a que las ideas de izquierda logren empapar algunos campos como el de
la cultura y las artes, no logran instalarse en el de la política.
Mussa, un disgusto Otro disgusto para la izquierda uno más estuvo encarnado por los
resultados que obtuvo el otrora menemista Juan Ricardo Mussa, que se postuló para
presidente con su partido Alianza Social Cristiana. Esa extraña fuerza obtuvo 66.513
votos, el equivalente al 0,36 por ciento de los sufragios para la presidencia, un número
que lo ubicó debajo del Partido Obrero. Mussa, que desde 1983 se viene sumando a cuanta
elección haya, se define como peronista de nacimiento y como empresario. Quienes tengan
buena memoria, sin embargo, recordarán que era el dueño de la empresa del famoso caso de
los guardapolvos de Bauzá. Y que su compañera de fórmula era la hija del dueño de
aquella firma. |
PRIMICIAS, LEJOS DE LA REALIDAD
Bocas poco fiables
Por Raúl Kollmann
Las
encuestas en boca de urna produjeron ayer más de una polémica. En primer lugar, porque
algunos se anticiparon a las 18 del domingo para dar a conocer sus pronósticos y, sobre
todo, porque en el caso de la provincia de Buenos Aires sirvió para que se hicieran
verdaderos bloopers: Crónica TV tituló a toda pantalla Ganó Meijide, en tanto que Canal
13 fue igualmente categórico, Meijide gobernadora de Buenos Aires. Todas las bocas de
urna estuvieron más bien lejos del resultado verdadero, aunque la de Mora y Araujo, para
Azul Televisión, fue la única que predijo la victoria de Ruckauf en territorio
bonaerense.
Como los pronósticos meteorológicos y los diagnósticos de los economistas,
tampoco las encuestas son una ciencia exacta. Estamos ante una ciencia social, que puede
trazar escenarios posibles, no predecir milimétricamente. Con esta frase, Mora y
Araujo explicaba anoche la distancia entre las bocas de urna y el escrutinio.
Estos fueron los datos dados a conocer a las 18:
Canal 13
utilizó la boca de urna del CEOP: cuatro puntos 44.9 a 41.0, en favor de
Meijide. Sobre esa base otorgó el triunfo a la candidata de la Alianza.
América tuvo
la de Sofrés-Ibope: casi tres puntos 47.7 a 44.9 a favor de Meijide, aunque
el titular de esa empresa, Enrique Zuleta Puceiro, dijo que había que ser cauto.
Telefé tuvo
dos bocas de urna: la de Sofrés y la de Mansilla, Delich y Asociados, ambas mostraron
tres puntos de ventaja para Meijide.
Azul también
puso al aire dos bocas de urna. La de Sofrés y la de Mora y Araujo, que otorgaba 46.4 por
ciento a Ruckauf y 45.5 por ciento para Meijide. Azul no proclamó ganador a nadie y se
remitió a esperar el escrutinio. Lo meritorio es que Mora y Araujo trabajó en esta
campaña como consultor de la Alianza y sin embargo pronosticó el triunfo de Ru- ckauf.
En lo que sí acertaron todos los canales es en la caída de Luis Patti: las bocas de urna
le otorgaron entre 4 y 7 puntos.
En cuanto a la elección presidencial, los sondeos dados a conocer a las 18 otorgaron a De
la Rúa una ventaja que rondó los 16 puntos casi en consonancia con las encuestas
preelectorales, un dato que después no se verificó. Todo indica que nadie pudo
medir la buena elección que hizo Duhalde en provincia de Buenos Aires donde De la Rúa se
impuso por apenas dos puntos.
La jornada de ayer volvió a poner sobre el tapete que las bocas de urna son una guía,
pero que no pueden consagrar ganadores o perdedores, sobre todo cuando la elección es
peleada.
EN EL MERCADO DEL RATING, CANAL 13 GANO
Televidentes con poco zapping
Las caras
de Mónica Cahen DAnvers, César Mascetti y Santo Biasatti lograron seducir a los
espectadores y Canal 13 lideró ampliamente el rating durante las seis horas de
transmisión que sucedieron a la finalización de los comicios del domingo. El largo
informativo que el 13 puso en el aire el día de la elección, bajo el nombre general de
Presidente 2000 promedió 15,6 puntos a lo largo de la jornada. En los
espacios que dedicaron a la cobertura entre las 18 y las 24, Telefé tuvo 7,8 de promedio
de rating, América 6,5 puntos, Azul 4,5 y ATC 2.8, según las mediciones de la empresa
Ibope.
Las mediciones máximas del 13 se verificaron entre las 21 y las 22, cuando el presidente
electo Fernando de la Rúa leyó desde el chupetemóvil, frente a la multitud
que se había congregado en la Plaza de la República. El canal alcanzó picos de 22,4,
21,2 y 19,3 puntos, a las 21.30, a las 21.45 y a las 22, respectivamente. Antes y
después, cuando Julián Weich retomaba la conducción de una emisión inusual de
Sorpresa y media, bajó el rating. El programa de Weich promedió los 13,5
puntos.
Los especiales de elección de América, Azul Noticias, y ATC Telefé emitió a las
21 PNP de luxe también incrementaron su rating a la hora en que De la
Rúa hablaba delante de una multitud en el Obelisco. América alcanzó en ese momento los
5,2 puntos, mientras que ATC y Azul hicieron 4 y 3,4 respectivamente. Esos números, sin
embargo, estuvieron muy por debajo de lo que fueron las máximas mediciones de estos
canales.
América alcanzó su pico, con 9 puntos, alrededor de las 20.30, en el marco del especial
de Día D, conducido por Jorge Lanata. Azul Noticias alcanzó su máxima a las
22.45, con 5,6 puntos, y Telefé Noticias, minutos antes de las 22, hizo 11,1,
aunque Tal para cual, PNP de luxe y Versus,
sumaron promedios de 13,4, 9,7 y 8,2 respectivamente. El canal estatal, por su
parte, no logró superar los 5,9 puntos, lo que para su bajo encendido parece una hazaña.
La máxima medición de ATC fue a las 23, cuando Eduardo Duhalde y Carlos Ruckauf
comenzaban una conferencia de prensa en la quinta de San Vicente.
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