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EL PAIS QUE QUEDO DESPUES DE LAS ELECCIONES DEL DOMINGO
Así se arma el nuevo rompecabezas

Cómo quedó la Alianza. Qué debe hacer el Frepaso. Cómo se reparte el poder. Qué harán los partidos para ganar consenso. Las bocas de urna. Políticos mediáticos y políticos profesionales. Chachitos y delarruitos. El mosaico poselectoral, reconstruido en diez opiniones polémicas.


Franco Castiglioni
Director de la carrera de Ciencia Política, UBA
“Qué debe hacer el Frepaso”

Fernando de la Rúa quedó debilitado respecto de lo que hubiese sido una victoria de la Alianza con un triunfo en la provincia. Por obvias razones tiene las tres provincias principales en manos del PJ, aunque esto no implica que necesariamente haya quedado en debilidad completa. Puede llegar a darse una nueva política: la del presidencialismo que negocia permanentemente con el parlamento. Existe un principio que indica que el presidente que no tiene mayoría queda muy mal. Tal vez ahora tengamos la experiencia en la cual el presidente y el jefe de gabinete consensúen políticamente en el parlamento. Ese futuro dependerá, además, de cómo se resuelva la interna peronista después de la derrota. Por supuesto la victoria hubiese sido más fuerte con la provincia ganada, pero puede ser que esta diferencia dé lugar a más controles y contrapese la gestión. Será una práctica que aleje el decisionismo permanente de los últimos años. Hasta puede ser interesante. El peronismo debe definir no sólo ganadores y perdedores, tiene que discutir acerca de qué rol de oposición va a tener y definir su identidad. La herencia del menemismo es uno de los puntos que llevará al peronismo a tener un tiempo de discusión interna sobre discursos y liderazgos. Después de la derrota en la provincia, evidentemente el Frepaso tiene que sustituir una de sus estrategias: la de mostrarse fuerte en la gestión midiendo Provincia-Capital y mostrar un espíritu aliancista muy fuerte. Ahora debe reemplazar la gestión que le hubiese dado controlar la provincia, con ideas y programas. Tendrá que ser el impulsor de políticas. Aunque sea una fuerza más pequeña y más debilitada por la derrota, debe sustituir aquello con un concepto más claro de su identidad, con proyectos de reforma como una fuerza progresista. Va a tener que hacer todo lo posible para ganar la Capital y dar mucha mayor importancia a la elaboración de ideas, no solo de tácticas. Debe mostrarse más como fuerza progresista. Es importante el rol de vice para buscar en el senado el contacto en lo que pueden llegar a ser importantes acuerdos en temas sociales. Un partido pequeño es usina de ideas, por ahora debe serlo. Se verá en la marcha si tendrá el espacio. No podemos anunciar que no o que sí. Veremos si lo logra hacer.

Enrique Zuleta Puceiro
Consultor
“Marco de empate”

El resultado de Buenos Aires remarca una situación planteada antes, aun cuando la Alianza hubiese ganado allí: la existencia de un esquema de gobierno dividido. Es imposible que ninguna esfera funcione al margen de políticas de cooperación con el resto de los actores. Lejos de ser una limitación, el resultado es un estímulo que exige a gobierno y oposición enfoques consociativos y cooperativos. Nadie está en condiciones de imponer y plantear iniciativas que desborden este marco saludable, de empate, que ha quedado establecido. Cavallo mismo ha hecho una elección estimable. Lo convierte en actor importante, con un partido de ideas, que libera al resto del peso de tener que defender ortodoxias económicas. Con él las ideas económicas que andan dando vuelta tendrán su expresión política pura. Para la Alianza la derrota significa la necesidad, planteada desde hace mucho de reajustes: tiene que ver con el peso excesivo del radicalismo, con sus aparatos, líderes y esquemas de acción política. Y tiene que ver con la parálisis de ideas y de gente: desde la formación no hubo incorporaciones políticas importantes, con rigideces programáticas y esquematismos burocráticos que trababan el desarrollo. La derrota de Meijide es un severísimo llamado de atención sobre la coalición. Nació para regenerar políticamente al país y ahora se encuentra paralizada en el proceso de ampliación y penetración social. Es un severísimo toque de atención. Se ha castigado a la Alianza. Al mismo tiempo los sectores progresistas no se han sentido representados por el mix programático. De la Rúa ha trascendido esto y Alvarez también, como gestor de la coalición. Sobre ambos recae un severo llamado de atención y una pesada responsabilidad. Lamentablemente Graciela tuvo que sufrir en forma personal este llamado que se vio esbozado en las internas con De la Rúa en el ‘98: el Frepaso no lo digirió entonces y hoy tiene otra derrota que lo pone al borde al borde de la crisis de crecimiento.

Luis Stuhlman
Asesor de campaña de Fernando de la Rúa
“Ganaron los políticos”

Todos decimos, de manera más o menos complaciente, más o menos crítica, que vivimos en una era mediática, que los candidatos políticos exitosos son candidatos electrónicos, que cuanto más farandulero un candidato mejores chances tendrá, etcétera, etcétera. De Palito Ortega al Soldado Chamamé, de Luis Brandoni a Ricky Maravilla, de la Momia de Karadagian a Antonio Rattín, habíamos aceptado casi como natural la idea de reemplazar a estos políticos antiguos, aburridos, ineficaces, carentes de atractivos seductores, que no saben ni cantar, ni bailar, ni contar chistes, ni manejar la pelota con las dos piernas, y que, fundamentalmente, no saben entretenernos.
Pero ocurren las elecciones del 24 de octubre y algunas cosas nuevas empiezan a pasar en la Argentina. Una de ellas, no digo la más importante, no digo la más estructural, pero sí un gran cambio cultural, es que vuelven a ganar los políticos. Un político profesional, decente, honesto, trabajador, inteligente, serio y todos los adjetivos que cada uno le quiera agregar, pero un político profesional, con 30 años de trabajo como diputado, senador y jefe de gobierno, será nuestro próximo presidente de la Nación.
Otro político profesional, con más de 25 años de carrera, que ha sido ministro, diputado, embajador y vicepresidente, es gobernador de la provincia de Buenos Aires. Un veterano de la política como Sergio Montiel vuelve a gobernar Entre Ríos. Un intendente excelente se convierte en gobernador de Mendoza.
¿Quiénes pierden? Graciela Fernández Meijide, la política mediática más exitosa de la Argentina, quien de la nada, en menos de 10 años, construyó una carrera fulgurante. ¿Y dónde pierde? En el cuestionamiento a su eventual capacidad de gobernar. Y no importa de qué partido se trate: pierde Ortega en el peronismo, Pinky con la Alianza, Donald en San Isidro con Cavallo, Rattín con Patti, y así.
Algunas de estas derrotas me resultan dolorosas, personal y políticamente. Pero lo peor que podríamos hacer es negarnos a mirar lo que pasa. Y lo que pasa es que esta sociedad está cambiando más allá de lo que creíamos o esperábamos. Nos vuelve a dar grandes sorpresas. Cuando temimos que nada nuevo podía ocurrirnos entrega un presidente “aburrido” que promete, a tono con estos cambios, poner a las cosas donde tienen que estar. No es poca tarea.

Susana Decibe
Ex ministra de Educación
“Sin hegemonías”

Fernando de la Rúa queda ahora con mucha capacidad de decisión personal y en el marco de la Alianza el radicalismo logró una clara hegemonía. No conozco la capacidad de liderazgo de De la Rúa para opinar sobre qué van a hacer, ahora en este marco donde el poder queda absolutamente en términos individuales. Creo que la pérdida de Graciela Fernández Meijide en la provincia es una daño directo al Frepaso en sí mismo. Me imagino que para el gobierno de De la Rúa es más fácil la relación con Ruckauf que con Meijide dado que existen entre ellos menos contradicciones. Se abre en el país una instancia interesante en términos de esfuerzo y calidad de convivencia a futuro: Ruckauf sin mayoría absoluta en la provincia tendrá que poner en práctica capacidad de concertación; ni siquiera es una persona de la estructura política de la provincia. Si en la Argentinapodemos pasar con calma esta etapa nueva, a la que nos obliga un escenario sin hegemonías absolutas, es una prueba de fuego para la madurez política de los actores. El Frepaso debe hacer un esfuerzo enorme para construir estructuras en todo el país. Quedó muy muy debilitado, va a quedar como línea interna del radicalismo. En el marco de la convivencia con el gobierno radical deben hacer el esfuerzo adicional de existir ellos mismos. Vamos a ver si Chacho supera estas dificultades. El ha tenido éxito pero es personal. No lo ha podido trasferir a un partido.

Jorge Telerman
Ex candidato a diputado del PJ
“Consenso obligatorio”


Por primera vez desde el retorno de la democracia, Fernando de la Rúa queda como presidente que tiene, ya no como posibilidad sino como obligación, la generación de consenso con fuerzas políticas. Esto no sólo por las complejidad de problemas de la Argentina, sino por la debilidad del radicalismo en el acceso al poder. Es una virtud y una habilidad generar consenso, y en el caso de De la Rúa eso se convierte en una imperiosa necesidad. En este sentido si se muestra talentoso y capaz de generar consenso le irá bien, se lo deseamos todos pero aún tiene que demostrarlo. La derrota del Frepaso en la provincia la leo desde un peronismo porteño que tiene que hacer un examen de conciencia e impulsar políticas de apertura. En este sentido creo que la derrota de Graciela Fernández Meijide hará recapacitar a muchos sectores del Frepaso: en términos de dónde está la corriente política en la que debería existir. El peronismo, en el proceso de renovación que anhelamos, esperamos que sea ese peronismo que sepa cobijar a muchos sectores que se alejaron de él. La mayor virtud del Frepaso ha sido ayudar a que el radicalismo vuelva al gobierno pero no a cambiar de ideas ni renovarlas.

Hugo Haime
Encuestador
“Sobreestimaron a Graciela”


Fernando de la Rúa queda con un alto nivel de consenso pero que va a tener que afirmarlo en los primeros cien días de gobierno. Al no haber sacado mas del 50 por ciento de los votos, su liderazgo parece condicionado con el guarismo compuesto entre ese 50 por ciento y, del otro lado, una alianza del justicialismo y Cavallo que saca lo mismo. Hay otro bloque histórico en paridad y, que las principales provincias estén gobernadas por el justicialismo, va a obligar a consensuar sobre todo en presupuesto y coparticipación federal. Sobre el futuro de la Alianza es difícil unarespuesta. Me parece que es complejo. De la Rúa es más que la Alianza. Meijide y Chacho han decrecido en prestigio en la opinión pública. Me parece que la Alianza continuará porque hay compromisos políticos, van a tener que hacer su experiencia de convivencia. El futuro de un gobierno de coalición, donde una de las fuerzas fue derrotada, lo va a decir la dinámica política interna y la necesidad política de De la Rúa. Pero es apresurado preguntárselo antes de la asunción de De la Rúa. Dentro del Frepaso habrá algunos replanteos porque fue muy clara la derrota en el interior de la provincia. Allí no se sentía que Meijide fuera su representante, y esto fue adelantado en de modo muy fuerte en la interna con De la Rúa en la provincia. Hoy un dirigente me decía: “Si Gilda es ídola en la provincia, hay que pensar cómo una mujer con las características de Fernández Meijide puede ganar”. Se ha hecho una sobreestimación propia en el caso de ella.

José Luis D’Andrea Mohr
Ex capitán del Ejército
“Que Chacho sea Chacho”


Con este resultado Fernando de la Rúa está más contento. Lo importante será saber cómo hace lo que ocurre sin hacer lo mismo que lo que ocurre. Cómo no hacer lo mismo. Y para no hacer lo mismo deberá hacer más caso al Frepaso y no a la UCR. Acá quedaron pendientes dos temas: cómo se trata la deuda exterior y qué hará el gobierno con los chicos que buscan las Abuelas. La gran esperanza en esto es que Chacho Alvarez siga siendo Chacho y no un “delarruito”, y como un Chacho lo beneficie también a De la Rúa. Es necesario aquí que De la Rúa comprenda que el Frepaso fue parte de su triunfo. Por lo tanto que su gobierno tendría que ser menos radical. Los dos partidos tienen que convencerse y tener claro que son Alianza y no son una de ambas cosas. Creo que empieza a surgir en algunas personas la idea de que la derrota de Meijide subordina demasiado al Frepaso. Pero es todo lo contrario: el Frepaso es una de las dos fuerzas de la Alianza y las alianzas se hacen para un triunfo o una derrota. El mapa político resultante obliga al que gobierna a ser mucho menos monarca que el que se va. Espero que Menem no aparezca en el 2003 aunque también espero, en el fondo de mi alma, que lo haga y saque el 0,7 por ciento en la elección para que tenga el mismo final de los soberbios: derrotados. Me acabo de dar cuenta de que no soy menemista.

Nelson Castro
Periodista
“Viene el desequilibrio”

Es un triunfo fuerte de la figura de Fernando de la Rúa a nivel nacional pero disociado de lo que pasó en Buenos Aires con Ruckauf. De la Rúa asume con un gran nivel de legitimidad porque incluso ganó en Buenos Aires, pero eso no tiene un correlato en la fuerza política. Esto lo va a obligar a la cohabitación. No va poder gobernar sin la búsqueda de consensos. Si eso es positivo o no lo veremos en el futuro. Pero de entrada hay que descartar cualquier embestida contra la corrupción porque eso hecha por tierra el consenso de cualquier tipo. La legitimidad de De la Rúa va a ser acotada en el tiempo, este escenario le va a exigir un gran nivel de inmediatez para aprovecharla. Tiene una corta luna de miel. La derrota del Frepaso acota las figuras de este partido casi a Carlos Chacho Alvarez. La Alianza queda desequilibrada y esto obliga al Frepaso a hacer una elección muy buena en la Capital el año que viene. Bajar la candidatura de Ibarra para colocar a Alvarez sería contradictorio con las promesas hechas al electorado. Además, el Senado quedaría en manos del PJ. Poner a un radical terminaría con la licuación del Frepaso.

Horacio González
Sociólogo
“La política está viva”

Las urnas van largando lentamente, se diría que agónicamente, su secreto. Sin ese enigma dramáticamente develado, la política recibe el golpe mortal que le asestan los sondeos previos, que pretenden actuar “científicamente”, palabra que usó un presentador de televisión a las seis de la tarde del domingo, para denominar los datos de la llamada boca de urna.
Se diría que una de las formas primordiales que debe adquirir la política es revelar que aún posee esos misterios, que ningún método inductivo podrá escrutar previamente.
Si se impusiera la creencia de que eso es posible, se perdería al fin el elemento súbito e indeterminado que le da vivacidad a la voluntad colectiva.
La boca de urna tiene el modelo de los programas de entretenimientos televisivos con un ganador ungido, repentinamente sacado del anonimato. Pero si este estilo ahistórico y de suspenso banal se expande a la política, mata el tiempo y la densidad propias que le son propios. La política siempre busca identificar e identificarse con un momento atípico, antes que ser una sociometría axiomática.
Con todo, en estas elecciones hubo sorpresas que generó la política contra la sociometría, aunque no necesariamente quiere decir que hayan sido buenas sorpresas. Pero revelan que la política sigue viva, aún cuando es tutelada por toda clase de recursos técnicos, financieros y discursivos para controlar la temible evidencia que siempre poseen sus signos expresivos.

Víctor De Gennaro
CTA
“Chau, Menem”

Lo más importante de esta elección es el Chau Menem. Es categórico el mensaje de la gente a lo largo y ancho del país. La gente dice basta de esto aunque no sepa muy bien porqué lo quiere cambiar y cómo es el cambio. Es un cachetazo a todos los que nos vendieron que Argentina se puede bancar este modelo. El próximo gobierno tendrá que abrir espacios para discutir, sobre todo acerca del principal problema que es la desocupación. Aunque la Alianza perdió en la mayoría de las provincias el espacio institucional es sólo uno de los factores de poder. Se ha demostrado que Chacho Alvarez, desde que abrió el espacio del grupo de los ocho, se ha consolidado como un referente indiscutible, junto con Alfredo Bravo, Graciela Fernández Meijide y otros dirigentes que fueron avanzando. El Frepaso es parte de la Alianza y su cuota de poder dependerá de las políticas que genere.

 

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