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Nuevos estudios muestran que el
Viagra también sirve a las mujeres

En un congreso sobre disfunciones sexuales, realizado en Boston, se presentaron cinco trabajos sobre el uso del sildenafil en mujeres con efectos beneficiosos. Un científico argentino presente allí explica por qué.

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Los estudios en Estados Unidos hasta ahora incluyen un número no muy importante de mujeres.Sin embargo, ya hay otros en curso con centenares de pacientes que se conocerán el año próximo.

Por Pedro Lipcovich

t.gif (862 bytes) Ellas todavía envidian eso que ellos tienen para el sexo pero, pronto, ellas también lo tendrán. Se trata, por supuesto, del Viagra, el medicamento para asegurar la erección. Esta droga contribuiría a resolver problemas “en la excitación sexual, la lubricación y el orgasmo”, según conclusiones presentadas este fin de semana en Estados Unidos. Es que, como la erección masculina, la respuesta sexual femenina también se vincula con la irrigación sanguínea, lo cual hace que males como la hipertensión o el exceso de colesterol puedan afectarla. Entretanto, para los varones, el consumo del medicamento creció un 39 por ciento en la Argentina durante los últimos cuatro meses, gracias a una campaña de difusión. Cada mes, cien mil erecciones argentinas se deben al Viagra. En el Segundo Congreso Internacional sobre Disfunciones Sexuales Femeninas, efectuado en Boston, se presentaron cinco trabajos sobre el uso del sildenafil –nombre de la molécula activa del Viagra– en mujeres: “Los resultados indican un aumento en la excitación sexual, la lubricación y la posibilidad de obtener orgasmos”, dijo a este diario el médico argentino Edgardo Becher –presidente de la Sociedad Latinoamericana para el Estudio de la Impotencia–, quien participó en el congreso. En el varón, como en la mujer, la excitación sexual nace de estímulos que provienen del cerebro. El sildenafil “no es afrodisíaco, no produce mayor deseo sino que ayuda a mantener los cambios físicos causados por el deseo sexual”, puntualiza Becher. En el hombre, la excitación produce liberación de óxido nítrico, que hace aumentar la irrigación sanguínea en el pene produciendo la erección; el óxido nítrico es destruido por una enzima y el sildenafil, a su vez, inhibe esta enzima. En la mujer, “la estimulación sexual también produce la liberación de óxido nítrico, y en la vagina hay muchos receptores al sildenafil”, anuncia Becher. En ellas, la droga actuaría “facilitando una mayor irrigación de la vagina, la vulva y el clítoris, lo cual mejoraría la receptividad, la lubricación y teóricamente la posibilidad del orgasmo”. Es que “la lubricación sexual de la mujer no es producida por glándulas sino que es un trasudado de los vasos sanguíneos que se dilatan y congestionan: el mecanismo es parecido a la erección en el varón”. Por eso, el remedio serviría “para las mujeres cuya disfunción sexual se vincula con alteraciones en la lubricación: al mejorar la lubricación, mejorarían las condiciones para el orgasmo”. En cambio, el sildenafil “no tiene aplicación a las mujeres con dispareunia (dolor durante el coito) ni vaginismo (contracción muscular que impide la penetración), ni con trastornos del deseo como la aversión sexual”, precisa el especialista. El medicamento tampoco se aplicaría a la falta de lubricación por razones hormonales en la menopausia. Los ensayos presentados comprenden un pequeño número de pacientes: hay en curso, en Estados Unidos y Europa, investigaciones rigurosas sobre centenares de casos, cuya finalización se prevé para el año próximo. Sólo entonces se podrá gestionar ante la Food & Drugs Administration (FDA) de Estados Unidos que el Viagra pueda recetarse a señoras y señoritas. Lo seguro es que “en la respuesta sexual femenina también hay causas orgánicas: como para el hombre, influyen en ella factores como la hipertensión o el colesterol, que afectan la circulación sanguínea”, explica Becher.En cualquier caso, “esto es sólo la punta del iceberg”, metaforiza Becher, ya que “todavía sabemos muy poco de las disfunciones sexuales femeninas”. En el intento por descongelar esa punta de hielo, el sexólogo Adrián Sapetti sostiene que “el Viagra para las mujeres podría ser útil en el marco de una terapia más compleja, a diferencia de los varones, que pueden limitarse a tomar la pastilla antes de la relación. Es que en la anorgasmia femenina suelen jugar inhibiciones de orden psicológico”. Entretanto, hoy en la Argentina, “sumando todas las marcas, se venden unas cien mil tabletas por mes, lo cual constituye un aumento del 39 porciento en los últimos cuatro meses”, reveló Miguel Davico, gerente del laboratorio Pfizer. Este aumento de volumen se debe a que “luego de muchos meses sin crecimiento, encaramos una campaña dirigida al público en general para concientizarlo”, y las ventas se mantienen firmes.

 


 

EMPEZO OTRA NEGOCIACION SOBRE MEDIO AMBIENTE
En un clima de escaso acuerdo

t.gif (862 bytes) Ayer comenzó en Bonn, Alemania, una nueva convención sobre medio ambiente. María Julia Alsogaray, presidenta de la Cuarta Conferencia sobre el Cambio Climático celebrada el año pasado en Buenos Aires, entregó el mando a su par polaco Jan Szyszko. Junto con el cargo, el presidente de la quinta convención recibió también las negociaciones estancadas: la puesta en práctica del protocolo de Kioto, tendiente a reducir el efecto invernadero, parece cada vez menos probable.En la apertura, Alsogaray remarcó la necesidad de llevar a la práctica lo antes posible el Protocolo de Kioto de 1997 para la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero y lamentó que los avances en pos de la protección del clima hayan sido mucho más lentos de lo esperado. Szyszko, por su parte, instó a los 5000 delegados, de 160 países, a evitar los enfrentamientos y dar señales claras para la reducción de las emisiones. La convención, que sesionará hasta el 5 de noviembre, tratará los temas que la infructuosa conferencia llevada a cabo en Buenos Aires en el ‘98 no logró resolver. Los principales problemas para llegar a un acuerdo los presentan los países desarrollados, especialmente Estados Unidos, que están preocupados por el costo y las repercusiones económicas en la actividad industrial que implica la reducción de emisiones de gases.El Protocolo establece que los países ricos deben reducir en un 5,2 por ciento las emisiones de seis gases del efecto invernadero hasta los años 2008 o 2010 en relación con los años 1990 o 1995. La puesta en práctica de este documento parece bastante difícil, ya que hace falta la firma de 55 y hasta el momento sólo fue ratificado por 15 países en vías de desarrollo.Uno de los puntos en conflicto es el “comercio de emisiones”, uno de los mecanismos para reducir las emisiones de gases. Se trata de que los países que las bajen más allá de las metas fijadas puedan vender ese excedente a los que no las alcanzaron. Mientras que Estados Unidos propone no poner topes a esto, la Unión Europea considera que es imprescindible limitar la compraventa. Teme que un comercio sin control de emisiones permita a los países ricos cumplir sus deberes con las compras a los pobres, sin adoptar medidas serias de reducción. Las perspectivas de la conferencia hacen pensar que habrá que esperar a la próxima, a celebrarse en La Haya a fines del 2000 o principios del 2001, para que se empiece a vislumbrar algún tipo de acuerdo.

 

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