Por Fabián
Lebenglik *Desde Rosario@Mauro Machado (Rosario, 1954) vive y trabaja en esta ciudad, pero
hacía diez años que aquí no presentaba una muestra individual. El Centro Cultural
Parque de España reparó esta falta organizando una retrospectiva del artista que reúne
parte de su trabajo de los últimos cinco años. Machado que acaba de ser
seleccionado para exhibir en la próxima feria ARCO de Madrid durante febrero del
2000 es físico, pero a mediados de la década pasada abandonó ese camino para
dedicarse exclusivamente a la práctica artística. Sin embargo, mientras repartía su
tiempo entre la ciencia como docente universitario y el arte
especialmente en la estampa obtuvo el Tercer Premio de grabado del Salón
Nacional (1983), el Premio Braque en grabado (1985) que lo llevó a Francia por un tiempo;
y el Primer Premio de Pintura del Salón Nacional de Rosario (1987). En la década del
noventa obtuvo una beca de la Fundación Antorchas (1991) para formar parte del taller de
Kuitca; ganó una mención en el premio Costantini (1998) y recibió una beca del Fondo de
las Artes (1999) que lo ayudó a preparar esta muestra retrospectiva.A lo largo del
recorrido de cinco años, sus obras más antiguas se perciben como directamente
relacionadas con el carácter aleatorio de los procesos químicos y físicos, tales como
la oxidación de ciertas sustancias y la exposición de la tela a diversos cambios
climáticos. La clave era el uso de elementos extraartísticos y la
inoculación en términos de Machado de la variable temporal como constitutiva
del proceso creativo. El artista dejaba que el tiempo cronológico y el climático
actuaran sobre la tela determinando la densidad, textura y naturaleza de las formas y
colores. Así, los conceptos de autor y autoría se diluían en procesos de tipo objetivo,
ajenos a cualquier voluntad creadora. La cualidad artística de las obras surgía como
derivación natural de determinado circuito de relaciones, haciendo una analogía entre la
sociabilidad humana y las relaciones de los materiales a través de características
compartidas: atracciones, medio ambiente, contexto, funcionalidad, etc. El pintor iba, por
ejemplo, al Café de la Opera de esta ciudad y abría sus discos de Petri utilizados
en biología para el cultivo de preparados orgánicos para impregnarlos de la
atmósfera del lugar. ¿Es posible pensar que el clima, el ambiente, la densidad social,
la vida de relación, dejen marcas en el aire? ¿La inmaterialidad deja rastros
materiales? La obra de Machado permite apuntar la hipótesis de que la memoria y los
recuerdos sí dejan marcas físicas. Esta relación específica entre la ciencia y el arte
tiene mucho en común con las teorías del ruso-belga Ilya Prigogine, Premio Nobel de
Química que escribió acerca del valor creativo de los fenómenos aleatorios y propuso
incorporar a la teoría científica el componente accidental de la temporalidad. Cerrado
el ciclo de la experimentación con la materia y los efectos naturales (y, por lo tanto
descontrolados), la imagen pasó a ser el resultado nítido del control del artista. De la
indeterminación de las formas, cuyo resultado era de una densidad puramente pictórica,
se pasó al lugar dominante de la línea y la luz. Las formas que se multiplican en las
obras a partir de entonces lucen como diagramas en que se representa la estructura física
de los procesos de su obra anterior. Son figuras y combinaciones de figuras complejas,
derivadas de la geometría fractal, relacionadas con la física subatómica y los núcleos
que componen un todo. Puede decirse que son obra sin sujeto y obras de autor,
simultáneamente. En este sentido, Machado elige que el proceso se independice de él cada
vez más, hasta que en la última etapa utiliza el programa corel draw y luego hace el
ploteado de las imágenes resultantes (que proliferan y semultiplican en el contexto
tecnológico informático como se multiplicaban las colonias de hongos o las sales y
óxidos).Es tan radicalizado el salto que dio Machado en su obra, y al mismo tiempo tan
lógico, que incluye todos los niveles y jerarquías de la obra: desde el soporte y los
marcos hasta las condiciones de percepción, pasando por la iluminación y la
transparencia. Ahora utiliza acrílicos y marcos de ventana como soporte para algunas
obras y displays con luz, cajas de discos compactos, film transparente de poliéster sobre
marcos de madera, recipientes con hongos en cultivo, para otras.El artista recurre a la
terminología de la ciencia para titular sus nuevos trabajos y transforma esa jerga
descriptiva en un prosa poética: axioma, colonia, álgebra, diagrama de estado, modelo,
especie, inoculación... Hay una transferencia de sentidos y términos que marcan la doble
vía entre la ciencia y el arte.Las estructuras que parece evocar el pintor tienen a su
vez una disposición sintáctica, es decir un esquema de ordenamiento, relación y enlace
de elementos. Cada núcleo entra en una combinatoria infinita y controlada. La proyección
y generación de formas, como si se tratara de explosiones controladas, producen
desarrollos y estructuras bajo determinadas reglas de composición, como sucede con las
formas combinadas y espejadas de los caleidoscopios, donde la composición y
recomposición pasan a formar parte de una lógica que las articula y yuxtapone.Las
representaciones de estructuras parecen ser el resultado de una inoculación
algebraica, como si fuera un virus informático que avanza hasta darles a todos los
contenidos una forma loca diseminada y controlada por un patrón exhaustivo.Si la teoría
general que puede servir de modelo para comprender la poética de Machado, es la de
Prigogine; la teoría específica es la del físico matemático y astrónomo británico
Roger Penrose, que en la década del sesenta determinó, junto con Stephen Hawking, las
características de los agujeros negros.Penrose se dedicó también a los juegos de
ingenio, geométricos y topológicos, al diseño de figuras imposibles, a las paradojas
lógicas y las afirmaciones autorreferenciales. En este sentido, los mosaicos
Penrose tienen relación directa en la construcción imbricada, los juegos
ópticos, las falsas perspectivas, las estructuras proliferantes con esta nueva
etapa en la obra de Mauro Machado. La obra de Machado tiene una lógica interna de avances
y retrocesos, esporulaciones, crecimientos hipertróficos, contaminaciones, atrofias y
proyecciones... es una producción que lucha contra la cronología, por lo tanto la
muestra quiebra la idea de cronología para romper con la tradición de una retrospectiva.
Frente a las regulaciones que impone el lugar, resulta productivo quebrar el efecto
digestivo y condescendiente de un recorrido cronológico. No toda la ciencia y, desde
luego, tampoco el arte, sostienen una temporalidad lineal. La linealidad es un ajuste, una
suerte de corrección y de puesta en caja que hace la percepción. Esta particular
antología retrospectiva cuenta la evolución, durante el último lustro, de una obra que
va de la experimentación con sales y óxidos al cultivo de hongos y de allí a la
modelización (primero en forma de rompecabezas de piezas hexagonales y luego como
dibujos), en la que el modelo pasa inicialmente al espacio y finalmente al terreno de la
teoría y la proyección en el plano. Como toda retrospectiva realizada por un artista en
la plenitud creativa, esta muestra supone, además, un corte y un cambio. (Centro Cultural
Parque de España, hasta fin de mes.)* Curador de la exposición.
Inauguran en la semana |
Tomás Fracchia, pinturas de tema urbano, desde ayer, en la
galería Nexus, Suipacha 1151.
Jorge Mingo, pinturas y Oscar Stáffora, esculturas, mañana, en el British Arts Centre
(BAC), Suipacha 1333.
Mónica Van Asperen, instalaciones arquitectónicas en progreso, desde el jueves 28, a las
19, en el C. C. Borges, Viamonte y San Martín.
Carlos Masoch (más conocido como el reverendo Douglas Vinci) sigue con sus
enigmáticos paisajes pictóricos, el 28, en Beckett, El Salvador 4960.
Artesanía africana organizada por la Casa de Africa en Buenos Aires-, el 28, en el
C. Cultural Gral. San Martín, Sarmiento 1551.
Mirta Rosenberg, pinturas, dibujos, técnicas varias, el 29, en Pabellón IV, Uriarte
1332.
Muestra gráfica infantil, sobre los derechos de los chicos por los chicos, el
viernes 29, en el C. Cultural San Martín, Sarmiento 1551.
En el Museo de Arte Contemporáneo de Bahía Blanca (Sarmiento 450), Oscar Smoje inauguró
una muestra retrospectiva de dibujos, objetos y pinturas de las décadas del ochenta y
noventa, que sigue hasta el 30 de noviembre. Durante el desarrollo de la exposición se
realizarán clases magistrales, conferencias, exhibición de videos y visitas guiadas con
la presencia del artista.
En el Centro Cultural Villa Victoria (Matheu 1851) de Mar del Plata, se inauguró la
muestra La fotografía es bella, pero no hay que decirlo, con obra de Marta
Ares, Dino Bruzzone, Paula Grandío, Pompi Gutnisky, Andrea Ostera, Paulo Russo y Augusto
Zanela. La exhibición, curada por Fernando Bustillo, sigue hasta el 6 de noviembre. |
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